42. Anónimo

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Dylan

Al despertar, ya no sentía la presencia de Grace sobre la cama, me levanto y veo que mi camiseta no estaba en el suelo. Me dirijo al baño a lavarme la cara y los dientes.

Salgo de la habitación y me llegó un aroma delicioso, Grace está preparando el desayuno.

Grace estaba tan centrada a lo que preparaba que llegue por detrás de ella tomándola de la cintura. Tenia mi camiseta.

— Buenos días — dijo con una sonrisa.

— Buenos días — besé su mejilla. — Que bien huele.

— Gracias — dijo.

Aun la seguía abrazando, depositando besos pequeños sobre su hombro.

— Listo, terminé el desayuno — mordió su labio.

Gira y me deposita un beso sobre mis labios y toma la sartén para servir los huevos revueltos que había terminado de hacer unos instantes.

Le ayude poner los platos sobre la mesa. Me agradece, la mesa parecía realmente increíble. Grace hoy se habia levantado muy temprano para impresionar a este chico tonto.

— Grace, esto es impresionante— dije con una sonrisa.

Agacha la mirada por un momento y se sonroja.

— Gracias Dylan — dijo. Tomé su mano y vuelve a mirarme a los ojos.

— Te amo — dije y ella dibuja una sonrisa sobre su rostro.

— Yo también Te amo — dijo y apretó más mi mano.

— Bueno, creo que hoy tendré el privilegio de saber como cocinas — froté mis manos de emoción.

— Espero que te guste — tomo su servilleta.

— Ya verás que si — tome el primer bocado.

Grace parecía ansiosa de saber cual sería mi reacción, empecé y no estaba nada mal. Hice un gesto agradable y Grace solo dio un suspiro de paz y alegría.

— ¿Te gusto?— dijo aun sin probar un bocado.

— Claro, ¿Donde aprendiste a cocinar? — pregunte.

— Bueno, cuando tenía 11 siempre me llevaba muy bien con Esther y a esa edad me llamaba la atención de cocinar ,desde ese entonces cada tarde me enseñaba sus recetas y como debía preparar cada una de ellas.   — sonríe al recordar el momento — en ese momento parecía ser tan feliz cocinando  — borró su sonrisa de inmediato — mi madre nunca tuvo la intención de hacer eso conmigo y otras cosas que se pudiera hacer entre madre e hija — soltó su tenedor sobre el plato.

— Yo creo que no es momento que hablemos de tu madre — tome su mano y ella solo me mira — ven aquí — dije.

Grace se levanta de su asiento, le indique que sentará sobre mis piernas.

— Se que es difícil olvidar esos momentos— dije y ella tenia los ojos llenos de lagrimas — pero yo me encargaré de que olvides cada tormenta de tu pasado.

Sonríe tímidamente y me abraza. La abrazo.

— Recuerda que yo estaré contigo en cada momento, te cuidaré porque tu eres lo más valioso que tengo desde que llegaste a mi vida — susurro sobre su oído. Ella me abraza más fuerte.

— Dylan... eres el chico tan más lindo que he conocido en toda mi vida, y mil gracias por soportarme todo en este tiempo y créeme que si hubieras sido otro tipo de persona ya no estuvieras aquí conmigo — dijo alejándose unos centímetros.

Mi guardaespaldas |Dylan O'Brien|[Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora