Capítulo 3.

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Toni, Josh y yo habíamos pasado toda la mañana hablando. Más bien, Toni y yo habíamos hablado, Josh se había pasado todo el tiempo sin apartar su vista de él, y babeando. Lo invité a comer y ahora estaba ayudándome a hacer el almuerzo.

- Veo que eres un gran chef- Dije mientras lavaba unas verduras. Él había decidido el menú y que cocinaría para nosotros, por mucho que yo había insistido en cocinar.

- Me gusta hacerlo, me relaja mucho cocinar- Sonrió y cogió las verduras de mis manos- Yo pico esto.

- Puedes dejarme hacer algo, también se cocinar- Me hice la ofendida y él rió.

- Lo siento, solo quiero ayudar.

- Lo sé- Dibujé una pequeña sonrisa en mis labios.

- Esto ya esta casi hecho, ¿quieres probarlo?- Preguntó y asentí en su dirección. Cogió una cuchara sopera y atrapó un poco de caldo de la comida que había preparado, la acercó a mis labios y lo probé- ¿Y bien?

- Esto está...- Lo miré y él frunció el ceño- increíble- Sonreí y él respondió de la misma forma.

- Me habías asustado, pensé que no te gustó- Rió contagiándomelo.

- Es lo que intenté- Contesté divertida mientras preparaba la mesa y él colocaba la comida sobre ella.

- Que mala eres, ¿no?

- ¡¿Yo?!- Exclamé llevándome una de mis manos a mi pecho.

- Sí- Rió nuevamente- tú.

Fui a responder pero otra voz conocida irrumpió en la sala.

- ¿A que viene tanta risa por aquí?- Preguntó Josh mientras entraba en la cocina.

- Solo hablábamos

- ¿Y de qué hablabais?- Volvió a interrogar mi amigo a la vez que se sentaba en una de las sillas que se encontraban frente a la mesa.

- De la comida que ha preparado Toni- Respondí

- ¿Y qué gracia tiene eso?

- Ninguna, ya se lo he dicho yo, pero ella no se entera- Intervino ahora Toni y abrí la boca en señal de sorpresa por sus palabras.

- ¿Perdón?- Pregunté incrédula y una pequeña carcajada salió de mis labios.

- Sí, yo te perdono, pero no tiene gracia y eso no lo puede discutir nadie- Respondió el moreno de ojos intensamente azules y negué.

- Estás loco- Acusé y reí.

- Yo no soy el que se ríe por una simple comida eh- Levantó las manos en su defensa.

- Pues nada, ya no hablo más- Me senté después de pronunciar mi frase y el chico rió. Dirigí mi mirada nuevamente en su dirección y arqueé levemente las cejas- ¿Y ahora de qué te ríes?

- Que era broma, boba. Solo intentaba ponerte nerviosa.

- Pues lo has conseguido- Respondí cruzándome de brazos.

- Tampoco es muy difícil ponerte nerviosa, tienes muy poca paciencia- Dijo ahora John y lo fulminé con la mirada.

- ¿Tienes algo que decir?- Pregunté con cara de pocos amigos.

- No no, ya he dicho lo que quería decir.

- Pues entonces, querido John, cállate- Ordené con tono enfadado, aunque ciertamente no lo estaba. Por muy nerviosa que pudiera llegar a ponerme John nunca podría enfadarme con él.

- A sus órdenes, mi sargenta- Dijo mi amigo divertido y me aguanté las ganas de reír, pero Toni soltó una carcajada por la respuesta de mi amigo y no pude evitar que mis ojos se posaran en él.

Era tan guapo que podría llevarme mirándolo horas y horas y no llegar a cansarme nunca. Su dentadura era una perfecta pieza blanca y deslumbrante que quedaba increíblemente bien junto a esos labios carnosos que movía con mucho ritmo al hablar. Y cuando mis ojos se encontraban con los suyos, notaba como el tiempo se paraba y me perdía en la profundidad de su mirada, esa mirada llena de luz y alegría, esa mirada que no imaginaba poder ver triste jamás, porque con solo mirarlo una sensación de alivio te invadía por completo,era como ver a un ángel disfrazado de un bello humano.

***

La comida se hizo bastante entretenida, John se había llevado gran parte del tiempo intentando sacarle a Toni si le gustaban los chicos. No se lo había preguntado directamente, pero yo lo conocía bastante bien como para saber qué quería conseguir con sus preguntas. Toni a su vez le había contado cosas de su anterior relación, y aunque le había dicho que era con una chica él seguía insistiendo en saber si le gustaban los chicos, porque, según él, no le había aclarado nada y que él sabía cuando algún chico estaba receptivo.

- Algo que no me ha quedado claro- Comenzó John y ambos dirigimos nuestra atención a él- Entonces...¿eres gay o no?- Preguntó y me atraganté con mi propia saliva, así que empecé a toser.

Toni pareció no reaccionar por un momento, pero cuando lo hizo respondió:- ¿Gay? ¿yo?- Preguntó frunciendo el ceño divertido- ¿Por qué piensas que soy gay? Si te he contado sobre mis relaciones con chicas.

- Bueno, una cosa no quita la otra. Mírame a mí, hace tres años estuve con una chica, pero después conocí a su hermano que estaba más bueno que ella y desde ahí...

- Y desde ahí los ha enganchado uno detrás de otro- Lo corté.

- Exactamente, y nunca mejor dicho- Se encogió de hombros.

- Bueno, de momento que yo sepa solo me gustan las chicas, pero si algún día me empiezan a gustar los chicos a ti será al primero que llame- Respondió Toni y John hizo una mueca un tanto extraña.

- Prométemelo- Dijo mi amigo conservando la mueca de antes, una mueca de asombro, tal vez.

- Te lo prometo.

- ¡Dios! ¡Nunca te he pedido nada, pero hazme ese favor! ¡Cambia de acera a este chico y te prometo que te rezo todos los días!- Exclamó mi amigo arrodillándose en el suelo con las manos unidas en señal de súplica mientras Toni y yo no podíamos aguantar la risa por su acto.

- ¿Siempre es así?- Preguntó el chico y asentí en su dirección- Me cae bien- Volvió a reír.

Portobello Road | Toni Mahfud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora