4

7.6K 1K 24
                                    

No he asistido a clases, no he podido.
Mamá ha venido a verme, me preguntó si estaba bien.

—¡Ian! ¿Por qué no me lo has contado? Tienes fiebre —Me ha dicho mientras tocaba mi frente.

Tengo ganas de decirle que la culpa es de ella, que he llorado toda la noche, pero no puedo.

—¿Quieres que pida permiso en el laboratorio y me quede contigo hoy?

Sé que la felicidad es momentánea, que es un sentimiento efímero, pero lo que sentí esa tarde se podría parecer más a esa emoción.

Ian © | Libro #1 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora