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Todos observamos el cuerpo gris que intentaba luchar de vez en cuando con las cuerdas de las sillas. no parecía forcejear en verdad, más bien parecía que estuviese probando las fuerzas de aquellas cuerdas de curo grueso. Dylan estaba cerca de él, observando sus movimientos detenidamente dando de vez en cuando una respuestas a las palabras del cuerpo atado en la silla.

- No puedo creer... -dije mientras me llevaba las manos a la cabeza, el nudo en mi garganta me impidió terminar la oración, pero sabía que los demás habían comprendido mis ideas. Cerré los ojos calmando mis emociones, no funciono, camine hasta la pared más cercana y comencé a ahuecarla de un solo puñetazo cargado de toda mi rabia contenida.

- ¿Enojado vampiro? ¿cómo se siente saber que le fallaste a la única persona que estaba dispuesta a dar su vida por ti? Pero sabes que... Gracias. Sin ti y tu desconfianza hacia ella yo no estaría aquí. -su voz retumbó en mi cabeza como tambores luego del golpe de las baquetas. Quise golpearlo, pero mi cabeza claramente me advertía, él tal vez hablaba, se movía, pero todo eso lo hacía con el cuerpo de Mel, no podía dañarlo, no sin lastimarla luego a ella.

- Por ahora ahí que llevarla hasta las celdas subterráneas, hasta conseguir solucionar el problema. -dijo Carter haciendo ademanes a los guardias para que llevarán al demonio hasta la tercera planta por debajo del castillo, donde casi no se puede ver nada y donde tu única compañía son las ratas. Me falto el aire al imaginar a mi pequeña en esos lugares, pero estaba entre el filo y el concreto, y saber que no había salida era un completo dolor de cabeza para mi sistema. Deje de golear la pared cuando está mostró más de diez marcas en respectivos lugares sin importancia, gire en cero y le di la cara a la chica sentada atada a una silla. Sonreía como si supiera que iba a pasar de por medio, odie aun más a aquel monstruo que había entrado a su cabeza por estar controlado mis pensamientos con sus actos.

- No... Llevenla a la torre y aseguren las puertas. -Carter me lanzo una mirada amenazante mientras hacia que los chicos se detuvieran antes de obedecer mis ordenes. Me llene de cólera al ver como se estaba comportando con esta situación, olvidando por completo que aquella chica que estaba poseída era mi alma gemela. Aun no me salia de la cabeza como días atrás había propuesto que la mataríamos, solo para estar seguros. Él muy hijo de puta estaba dejando de ser mi padre.

- ¿Qué crees que haces? -pregunto mientras se acercaba a mi. Mi madre con las manos rígidas en su vestido se acercó para evitar un posible enfrentamiento.

- Que no se te olvide que aquella chica que esta siendo poseída por ese maldito demonio es mi alma gemela, y yo soy el que debe tomar las decisiones que no sólo protejan a mi familia, si no también a su cuerpo. -dije mirándolo con suma autoridad, aun sabiendo que estoy en sus dominios, en su hogar, bajo sus reglas y bajo su código de padre. Por Mel yo haría lo que fuera. Las aletas de su nariz se abrieron en un claro respiro profundo intentando liberar tensión.

- Estas cometiendo un error. -susurró tomando de una sus manos a mi madre y apartándola de mi con fuerza. Quise gritar al ver la fuerza que había utilizado para su movimiento, aunque claramente no le hacía daño a mi joven madre, pero era molesto saber que se desahogaba con ella.

Asentí a los chicos que aún sostenían el cuerpo de Mel con sogas mientras está intentaba soltarse. Su sonrisa al mirarme delató que si había cometido un error, pero no iba a redimir mis errores ni mucho menos cambiar el problema, mientras ella estuviera segura y cómoda yo dormiría en paz y con los dos ojos cerrados. Pero sabía que uno de sus propósitos había sido cumplido; mi padre y yo ahora estábamos en desacuerdo y quien sabe en qué nos perjudicaría al final.

Salí de esas cuatro paredes en cuanto vi como todos me miraban. Era decepcionante saber que los únicos dispuestos a ayudar a Mel no éramos del todo su familia, su propia madre veía peligroso que su hija estuviera cerca. Yo por otro lado prefería estudiar los movimientos de aquel demonio, mientras sepamos cuales son sus puntos de caída tal vez podríamos acabar con él.

No me detuve al escuchar pasos por detrás de mí, el inconfundible olor a roble que desprendía el cuerpo de Dylan junto con el de su alma gemela había llegado a mis fosas nasales. Seguro de que no era Dylan, me senté en una de las bancas del jardín y espere hasta que Sofia se sentara a mi lado, por ahora ella era mi único apoyo, junto con Beyn y necesitaba toda la ayuda posible para no derribar lo que hasta ahora e mantenido en pie; mi calma. O al menos no la he derivado del todo.

- ¿Alguna idea? Las opciones están abiertas. -dijo mientras colocaba su mano en mi pierna en un gesto amistoso y de total apoyo. Tenia un millón de ideas, desde la más estúpida hasta la única que no quería consultar y que no valía la pena ser mencionada. Suspiré antes de pensar en las palabras de Mel, por ahora mi única solución era su diario y lo que había dentro de él.

- ¿Alguna vez Mel te mostró un diario extraño de hojas desteñidas? -pregunte mientras miraba a la distancia intentando encontrar respuestas entre las partículas de polvo en el aire.

- Mel no es para nada cuidadosa, disimulada o astuta. Un diario de ella seria fácil de encontrar y leer, pero los diarios de Mel eran modernos, de páginas desteñidas jamás le he visto uno. -comento con respectiva nostalgia en su voz, no la culpo, con sólo ver el color amarillo ya estoy pensando en Mel, o con sentir el olor a caramelo en el aire, todo me recuerda a su presencia, su espíritu, ya que su cuerpo para mi no es grato.

- Sofia, antes de que pasara todo esto Mel me contó una forma de eliminar al demonio, solo teníamos que encontrar ese cuaderno. -una sonrisa surco mi rostro, sabía donde estaba el diario y era sorprendente verse con las respuestas a los problemas en las manos- y se donde esta. Por suerte se lo quitamos justo antes de encerrarla en la habitación. Debe estar en la oficina de Carter.

Sofia se colocó de pie y me extendió su mano. Al darnos vuelta vimos a Beyn con una sonrisa en su rostro lo que nos mostró que el había estado escuchando. Sonreí mientras comenzaba a caminar hasta la entrada de la mansión sintiendo que ya muy pronto estaría cerca de mi pequeña. Luego de todo esto, nuestros futuros problemas serán rocas fáciles de saltar en el camino.

Encontrare a mi pequeña. Dentro de ese cuerpo maldito debe de estar y yo la buscare dándolo todo para encontrarla.

I'll Find You [IWPY#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora