Despertar

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El hombre vagaba a media noche, la calle solitaria vagamente iluminada por el faro ya era la tercera semana que repetía el camino a la misma hora, al parecer eso lo calmaba
-¿ Me pregunto donde acabara esto...? ¿ Me pregunto cuando volverá...
Mientras sus labios se detenían,Alberto se congelaba a la voz que lo llamaba
-Alberto ¿Que haces aquí?, ¿No crees que ya es muy tarde?, ya pronto nos veremos.

Alberto despertaba ... Son las 8 am y el cielo anuncia lluvia, vivía en una ciudad lluviosa y gris, cuyo nombre no importa en este momento, casi siempre hacia un clima caluroso aplacado por la lluvia.
Ya eran las 9:30 am y alberto baja por las escaleras del edificio donde vive, al ir bajando se encontró con una muchacha observa de re ojo, trae un café al parecer caliente, aun suelta vapor y lleva una blusa floreada, es nueva en el edificio.
Han pasado 2 horas del encuentro y alberto ya se encuentra trabajando; es cocinero.
-Alberto ven por favor, te encargo que organices el almacén, hoy descansas de la cocina-
Al parecer el lugar estaba tranquilo.
-Buen día mercedes ¿Como te va?-
-muy bien, odiando este lugar y ¿que hiciste ahora para que te mandaran aqui? -
-yo nada, la gente si al no venir, abajo esta demasiado tranquilo-
Mientras abría el congelador mercedes preparaba porciones de camarón, esta jugueteando con ellos y tardaba horas en hacer todo el trabajo, estaba harta, después de todo 20 años en el mismo lugar no son pocos.
-¿ Oye alberto y cuando te nos casarás?- mercedes bien sabes que no quiero saber nada de eso aun...
-pero si ya han pasado 2 años-
-por favor no me lo recuerdes...-
-muy bien señor amargado es mejor que sigas contando, ya se escuchan clientes abajo-.
Después de la corta conversación llamaron a alberto a la cocina, era su jefe que lo llamaba desde la planta baja, ahi paso hasta su hora de salida.
Regreso a casa conversando con un taxista, escuchaban musica que acompañaba el ambiente, aun estaba lloviendo y la gente cargaba con un paraguas en caso de que arreciara la lluvia pensaban, llegando al edificio alberto subió las escaleras y justo un piso antes de su departamento estaba sentada una mujer, era la misma de la mañana, esta vez podía observarla mejor, era delgada, de un cabello corto negro y ojos marrón como de un felino, esta llevaba un cigarrillo a la mitad, por primera vez en mucho tiempo le atraía una persona, y ahí estaba ella, disfrutaba del sonido de la lluvia tanto como el , solo paso de largo...

En Las EscalerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora