carta

3 1 0
                                    

Alberto llevo a Rebeca hasta su apartamento, mientras preparaba una taza de te la observaba atentamente, el lunar y los rasgos idénticos a los de mercedes le parecían más extraños, cada día se parecía mas a ella - es como si fueran una sola- se dijo alberto mientras sonaba el vapor de la tetera, en la esquina derecha del apartamento colgaba de un gancho azul el uniforme de rebeca, parecía otra persona vestida así , del saco gris se asomaba una hoja de papel, sacando delicadamente alberto la abrió, estaba arrugada y amarilla, tal vez por la lluvia, en su reversa tenia la fecha de hace una semana y con letra manuscrita decía:"hoy alberto se ha comportado muy bien, viene de trabajar sonriendo, hace la cena mientras bromea y habla de mercedes, su compañera de trabajo, siempre repite que es una señora extravagante, de verdad me gustaría conocerla, lo único que aun molesta son sus sueños, son muy fuerte y casi siempre dice algo de un farol en la madrugada, estoy preocupada por su salud mental, no me molestaría cuidarlo, yo se que el lo haría por mi pero no quiero saber que esa locura estalle por Cecilia .
La carta terminaba sin mas que unos rayones y flores mal hechas, en ese instante alberto se ponía su suéter y un gorro- hay que hablar con mercedes o Gabriel. No importa que hora sea los tengo que hallar" eran las 2:00 am, la lluvia paro y el clima se torno húmedo, salio del edificio pensando lo ultimo que escribió rebeca, era momento de sentirse miserable? O solo era pasajero. Camino por las calles de la ciudad durante una hora , paso frente al restaurante, el instituto donde solía ir de joven, el hospital con gente esperando malas noticias y el mismo vagabundo de siempre, tenia los tenis húmedos por los charcos, la gente estaba tan activa como los últimos días, había llegado a un callejón con neblina muy agradable a la vista, el agua en el aire se sentía tanto como si fuera el mar, ese aire otoñal tan melancólico parecía tranquilizarlo y apagar su mente de todo lo que pensaba, hallo un lugar realmente acogedor en esa calle, se había sentado sobre la banqueta fría bajo la luz de un farol, ya no ocupaba de Gabriel ni de mercedes, solo estar ahí hasta que amaneciera, no importaba si no dormía ese día y mucho menos si la paz se la daba un farol y no su mujer, cerro los ojos y sintió alguien frente a el, al abrir los ojos miro un unos pantalones negros frente a el, siguió recorriendo con la mirada hasta llegar a su rostro, el pelo esponjado por el clima y anteojos medio empañados hacían que se agitara la respiración de alberto- hola, como estas?- le decía Cecilia parada frente a el.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 05, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

En Las EscalerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora