Autoestima

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Hubo un tiempo en el que me sentí bonita. Había tenido problemas antes, pero creía que los había dejado en el pasado, ya llevaba una gran temporada sin haber vuelto a... vomitar la comida o dejado de comer. Me sentía bien conmigo misma, supongo que el estar al lado de alguien me hacía sentir bien, me hacía sentir que esa persona a la que quería me aceptaba como era y que no necesitaba cambiar nada. Además, comía relativamente bien y las personas comenzaban a decirme que me veía más delgada, más flaca, incluso la báscula empezaba a marcar menos peso ¡Era genial!

Pero... no sé qué me pasó ahora. Tuve un bajón, un terrible bajón. Desde que me separé de esa persona con la que estaba y empecé a tomar unas pastillas que me recetaron, me he sentido mal conmigo misma. Tal vez sea mi imaginación, posiblemente lo sea, pero me veo, me siento y me peso más gorda. Quizás sea mentira, la báscula sigue marcando el mismo peso... o quizás mi báscula miente, porque mi espejo me dice algo totalmente distinto. Me dice que cada día me veo más gorda, que cada día tengo más panza, que mis lonjas cada vez son más grandes. Incluso, cuando camino me siento distinta, más pesada, más obesa. Mi ropa parece que me queda igual, pero yo la siento más apretada. Mi cabeza me dice que son las pastillas las que me están haciendo engordar y que, poco antes de terminar mi relación pasada comencé a comer mucho más de lo que comía antes porque a mi ex novio le encantaba comer cada cochinada que encontraba.

Nunca he sido tan segura de mí misma, algunas veces lo parezco, pero no es porque precisamente me sienta así. Últimamente pienso mucho en el peso, en cómo se me ve la ropa, en qué ropa me hace ver más gorda y cuál no. De hecho, pienso ya que muchas de mis prendas me hacen ver gorda o que reflejan cómo me veo realmente. Tenía blusas que llevaba años sin usar y que en un pasado cercano me había sentido tan bien que había vuelto a tener la confianza de usarlas. Blusas un tanto más ajustadas de las que normalmente usaba. Me sentía bien conmigo misma, linda, delgada. Blusas que antes me quedaban apretadas, ahora me quedaban ¡perfectas! Nunca me había sentido tan bien conmigo misma, pero... ¿Qué pasó que ahora me vuelvo a sentir igual que antes? Sin la confianza de usar esas blusas, de ponerme cierta ropa que antes sí. Ahora, todo el tiempo pienso que me veo mal, todo el tiempo pienso en mi enorme panza, me siento más insegura hablando o estando con muchachos porque siento que me ven gorda.

La última vez que lo había hecho, la última vez que había vomitado, había sido hacía más de medio año. Lo hacía con frecuencia, pero al parecer ese día mi cuerpo no aguantó y me llevó a una descompensación que me llevó la mitad de la noche al hospital. Desde ese día, me prometí no volver a hacerlo porque solo me estaba lastimando y odiaba esa idea. Sin embargo... hoy no pude evitarlo. Había intentado comer menos, comer bien, incluso hoy había amanecido sintiéndome bien. Pero, durante la tarde, empecé a probarme mi ropa, para ver si ya no necesitaba algo y regalarlo y... creo que me vi durante demasiado tiempo al espejo, solamente en ropa interior mientras me cambiaba. Me miré demasiado y esos defectos que siempre he odiado y siempre evito mirarlos cuando me miró, hoy resaltaban mucho más. Esas lonjas, esos gorditos, esa grasa, esas estrías, esos vellos, esa panza... Era demasiado. Y, para rematar, la cena. Fue bastante, me sentía llena, a reventar... Haberme estado cuidando tanto todos estos días para echarlo todo por la borda hoy. Así que, no pude evitarlo. No pude evitar que pasara, pero sí detenerlo. Me detuve antes de sacar todo. Antes de regresar toda mi cena...

Y me sentí bien y mal y decepcionada. Bien, por haberlo hecho, sentí la satisfacción de haber sacado al menos una parte. Mal, por dos motivos: porque no terminé de regresarlo todo, si ya había empezado ¿por qué no terminé? Sentí que, por no haberlo echado todo igual no iba a funcionar haberlo hecho a medias e iba a engordar, Y segundo: mal, porque de nuevo me había dañado a mí misma. Y decepcionada por haber roto mi propia promesa y haberlo hecho de nuevo, por no tener la fuerza de voluntad y fuerza suficiente para no hacerlo. Y no logro sentirme bien. Me siento gorda, fea, como si los chicos solo se fijaran en lo gorda que estoy y que nadie vaya a fijarse en mí por eso, habiendo tantas otras chicas delgadas y bonitas a mi alrededor. ¿por qué no pude ser una de ellas?

Siempre me he llevado mejor con los hombres y creo que he descubierto el motivo: Con las mujeres siempre me siento menos porque todas son más bonitas que yo y, con los hombres, no existe ese sentimiento. Prefiero mil veces el sentimiento de inseguridad con ellos, al de inferioridad con las otras mujeres...

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2016 ⏰

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