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Maratón 2/5.

Observo los edificios iluminados por millones de lucecitas pequeñas y lo grande que se ve la ciudad desde donde estamos. Luego de abandonar el bar 8cho insistió en ir a un lugar en especial el cual no quizo revelar hasta que estuvimos lo suficientemente cerca como para deducirlo.

Ahora mismo estamos en una especie de mirador alejados levemente del centro de Barcelona, recostados sobre el coche observando la ciudad y el magnifico cielo estrellado que nos ofrece la noche, pareciera como si millones de frascos de purpurina se hubieran volcado sobre un manto oscuro.

- Allá puedes ver el Triangulo del verano -apunta 8cho hacia un grupo de estrellas formado por tres brillantes puntos.

- Increíble -murmuro asombrada.

- Y si observas muy atentamente quizá encuentres alguna entrella fugaz -susurra como si fuese una especie de secreto.

Me concentro fuertemente en las estrellas sobre mi buscando alguna que haya decidido caer de su lugar y regalarme un deseo pero solo termino haciendo que me duelan los ojos.

- Dije que observaras, no que matases las constelaciones con la mirada -se mofa riendo.

- Es muy difícil encontrar una estrella fugaz -me quejo haciendo un mohin.

- No tanto, para mi fue fácil.

- ¿A que te refieres? ¿Ya viste una? ¿Dónde? -empiezo a escanear cada lugar que puedo del firmamento en busca de la dichosa estrella.

- He visto muchísimas ¿Sabes cuándo? -se acerca más a mi y siento su respiración en mi mejilla.

- ¿Cuándo?

- Cuando hago ésto -susurra antes de lanzarce a besarme.

Nos quedamos en el mirador hablando, bromeando y besandonos hasta que las luces de la ciudad empiezan a atenuarse indicando que se está haciendo tarde.

- Deberíamos regresar -le acoto.

- Sí, deberíamos. ¿Puedo quedarme en tu casa? No me apetece ni un poco escuchar la fiesta que se debe estar montando Triline con esa chica del bar -dice haciendo una mueca.

- Claro, supongo que no habrá problemas.

Al subir al coche un inexplicable cansancio se apodera de mi cuerpo y me hace caer medio dormida sobre el asiento así que el camino de regreso no lo siento pasar aunque si tengo breves imágenes de la calle a través de la ventana polarizada.

Despierto al escuchar lejanos ecos de mi nombre y al sentir una cálida mano sobre mi mejilla. Abro los ojos de par en par enfocando la imagen frente a mi.

- Vamos, despierta ya -murmura 8cho haciendome cariñitos detrás de la oreja.

- ¿Ya...llegamos? -digo entre bostezos pesados.

- Sí, ahora despierta dormilona -responde sacando las llaves de su lugar y bajando del coche.

Le imito y sigo hasta la puerta de la casa con paso cansado frotandome los ojos disipando el sueño. Le entrego mi llavero para que abra la puerta mientras yo sigo en mi labor de frotarme los ojos.

Ya dentro de la casa, mas específicamente mi habitación, me doy el lujo de desplomarme sobre la cama que parece una enorme nube purpura que me suplica descansar sobre ella y ¿Quién soy yo para negarle tal petición? Estoy apunto de cerrar los ojos nuevamente cuando escucho a Danny junto a mi.

- ¿Dónde dormire yo? -pregunta observandome.

- Creo que eso es bastante obvio, 8cho. Aquí conmigo -respondo con la cara hundida entre las sabanas y dando ligeros golpes a mi lado.

El chico de la ventana [ 8cho Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora