Steve Rogers, no me sacaré ese nombre de la mente, ese chico que solo llevaba unos minutos en la escuela y ya me había robado mi fama y a mis admiradoras, ¿Qué le ven a ese sujeto? No es la gran cosa, ok si, es el capitán del equipo y eso por lo general atrae atención, pero por favor, de la noche a la mañana me convirtió en un don nadie, estabamos rodeados por toda la escuela y era como si yo fuera invisible.
-Ah, Tony, llegaste, no había visto que estabas aquí- ¿Ven? Hasta Pepper lo sabe.
-Ja ja, muy graciosa Pepps, me siento insignificante, llevo aqui 10 minutos y eres la única persona que me ha notado- me incliné ligeramente hacia delante como derrotado, y lo estaba, un rubiecito me estaba aplastando.
-Bueno, el nuevo equipo acaba de llegar, y ya que es la primera vez que tenemos uno pues todos estan entusiasmados- sentí su mano sobre mi hombro en un intento de calmarme y levantarme el ánimo.
-Aja, entunsiasmados, sobretodo por el capitán...me voy a la cama y por algo de comer- me alejé del lugar como un niño emberrinchado, ya sé, suena raro que yo lo reconosca pero así me sentía, solo podía escuchar como Pepper me decía que no podía faltar a clases y que no debía meterme en problemas pero hice como si no la escuchara, solo me fui de ahí pasando en el trayecto por una pizza tamaño familiar para mi solo.
-Narra Steve-
Me llamó Steven Grant Rogers, mejor conocido solamente como Steve Rogers y quiero contarles un poco sobre mi vida academica, no será la más emocionante pero he vivido tantas anécdotas con mi equipo y compañeros que siento la necesidad de contarlo.
Bueno, estudiaba en la universidad, tenía mis actividades normales como cualquier chico de mi edad, en mis tiempos libres me iba a jugar con mis amigos, eramos un gran equipo, mi puesto era el mariscal de campo; hace poco tuve una charla con un sujeto llamado Nick Fury que quería unirme a su academia, y no solo a mi, a todo mi equipo, me dijo que nos veía jugar y creía que teniamos potencial así que nos ofreció un lugar en su academia, le pedí tiempo para poderlo hablar con los chicos pues no iba a tomar solo esa decisión. Por una semana lo pensamos, lo hablabamos y al final decidimos aceptar esa propuesta, creo que hicimos una buena elección pues oportunidades así llegan muy pocas veces y hay que aprovecharlas.
Al iniciar el semestre me sentía algo nervioso, no sabía como serían las clases, los horarios, no conocía la escuela así que lo más probable es que terminaré perdiendome, fue por eso que me levanté un poco más temprano para poder recorrer un poco la escuela, principalmente quería ver el campo con mi equipo; en cuanto llegué a la escuela me quedé parado en la entrada viendo hacia el interior, la escuela si que era grande, entré a paso lento observando detalladamente cada edificio tratando de conservarlo en mi memoria para poder ubicarlos después y evitar perderme; no paso mucho cuando encontré el campo, mi equipo ya estaba ahí, cierta emoción nos inundaba, no podíamos esperar a poder jugar contra otros equipos.
-bien chicos, ya estamos aquí y es un nuevo comienzo, no es solo esforzarse en el campo sino también en clases asi que demos lo mejor de nosotros- para mi el motivarlos era la clave para conseguir el triunfo, si uno no confía en las habilidades de su equipo y no los motiva a seguir adelante tarde o temprano se derrumbará.
Escuchamos la campana de clases y nos disponiamos a ir a clases pero de la nada nos vimos rodeados por casi toda la academia, al parecer la noticia de que eramos el nuevo equipo corrió bastante rápido, no había forma de que pudiesemos pasar esa multitud así que lo único que haciamos era saludar a todos y presentarnos, no había mucho que pudieramos decir sobre nosotros ya que no haciamos la gran cosa, solo eramos unos chicos normales a los que nos gusta jugar. Pasaron varios minutos y la multitud no parecía ceder a dejarnos ir, pero no puedo negar que todos nos estaban dando una buena bienvenida a la academia, bueno, creo que no todos, entre todas esas personas sentía una mirada en particular, un chico pelinegro con una chamarra roja con detalles amarillos me miraba fijamente aunque, no sé si sea cosa mía, puedo jurar que ese chico estaba asesinandome con la mirada, traté de ignorarlo pero no pude, sentía aún su mirada sobre mi, eso comenzaba a volverse incómodo para mi y lo peor es que no habia forma de salir de ahí, para mi suerte aquel sujeto se fue lo cual fue un pequeño alivio para mi, solo esperaba no encontrarmelo otra vez, lo que menos quería era meterme en problemas en mis primeros días en la academia.
La primera semana fue algo pesada, las materias que me asignaron son algo complejas, definitivamente tendría que esforzarme el doble para poder seguir con buenas calificaciones aunque también puede que considere el buscar a un tutor para que me ayude con alguna materia que se me dificulte; todo marchaba bien hasta que caí en cuenta de que en la mayoría de mis clases estaba aquel chico que me asesinó de mil y un maneras con su mirada, pensé que era una mala coinsidencia pues en toda una semana no se había presentado a clases pero por como los profesores lo regañaban me di cuenta de que era el clásico chico problemático y con mayor razón debía evitarlo, me dedicaría únicamente a mi equipo y a mis estudios.
No puedo negar que fue un cambio bastante grande pero prefiero verlo como un reto a superar, algo que debo alcanzar esforzándome como cada día lo he hecho y definitivamente nada me va a frenar para lograr esas metas, ni siquiera este nuevo comienzo.
ESTÁS LEYENDO
The genius and the legend
Fiksi Penggemar"¡No! Definitivamente no estoy enamorado de él" Palabras del genio ante aparente descubrimiento de sus sentimientos hacia el chico que, desde que llegó, le había robado su fama y a sus admiradores, ¿Será acaso que no quiere admitir sus sentimientos...