La primera vez que se encontraron

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INUYASHA NO ME PERTENECE, PERO LA HISTORIA SI.

Serie de Drabbles que tendrán conexión entre si

Una primera Vez.

ACTO 12

Que finalmente se encontraron

El viaje no fue agradable para Kagome por su condición, pero resistió bastante bien a pesar de todo. Bankotsu la habia cuidado bien, al menos ese habia sido su gran consuelo en estos días de travesía, donde las aguas del rio podrían a llegar a ser bastante caudalosas.

Kagome hizo algún esfuerzo, pero la verdad es que le hubiese gustado tener algún tipo de contacto telepático con Kikyo como antes, como una forma de preaviso, pero sin embargo no pudo hacerlo.

Quizá Kikyo ya no estaba viva, era muy probable, pero también era posible que sus habilidades se hayan visto menguadas por el cansancio y la sensación de agotamiento que le traía este embarazo y el viaje incómodo.

Lo que si intentaría proteger como pudiera la luz del trozo de perla de su marido, que cada vez estaban más brillante, lo que implicaba que cada día que pasaba, la misma iba purificándose más y más.

Se quedó dormida en un momento dado, a pesar de que su marido le habia avisado que llegarían en cualquier momento.

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Bankotsu y dos de sus hombres bajaron para mirar el puerto donde iban a aparcar. Estaba vacío, pero aun así el joven mercenario devenido en capitán de barco bajó con su enorme arma a cuestas para ver si veía gente.

Sinceramente esperaba que Inuyasha y los otros pudieran estar allí, esperándolos, tal vez por la alarma del aroma de Kagome, si es que en verdad su poder olfativo era tan inigualable como decía Kagome o por si Kikyo seguía viva, pudiere detectar su propio fragmento, purificado por su esposa.

Tampoco señales o rastros de los otros acompañantes.

En ese instante, Kagome que estaba aún en el barco, despertó por la sensación de que algo estaba mal, y se llevó una mano en el pecho. Se incorporó enseguida, ya no era mero presentimiento lo que tenía. Era una visión.

Gritó el nombre de su esposo, a que viniera por ella.

Habia algo que tenían que hacer.

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Era horrible, pero nunca antes habían tenido una intervención de Naraku que lo hubiera tomado tan de sorpresa.

Miroku, si bien habia tomado la poción para evitar el dolor, sabía que no podía usar el vórtice tanto como pudiera.

Sango e Inuyasha junto con Shippo debían hacer lo que podían, no solo para proteger a Kikyo, sino a Kohaku, que era dueño de un trozo de perla, y que intentaban cuidar con desesperación, ya que era el antepenúltimo trozo, y que además mantenía con vida al hermano de Sango.

Kikyo tenía el hombro lleno de miasma, y no habia podido curarse a sí misma. Su hermana Kaede habia intentado purificar cuanto podía, pero solo servía para mantenerla con vida un poco más ante la desesperación de Inuyasha, y por ende de los demás, que dependían de la habilidad espiritual de la sacerdotisa, como antes lo estuvieron de Kagome.

Pero ella ya no estaba. Y aunque sufrían mucho por su ausencia, habia aprendido a vivir con el dolor de no saber nada de ella porque aunque seguían buscándola, también tenían el deber primario de derrotar a Naraku, porque después de todo es lo que querría Kagome si estuviera con ellos.

Esta vez el asunto iba muy complicado, con Miroku casi desahuciado por el miasma, habia quedado en tierra, intentando proteger a Kikyo, en tanto Sango, Kirara, Inuyasha y hasta Shippo se enfrentaban a las aves infernales que habia lanzado Naraku, que además no dejaba de lanzar telarañas mortales.

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