El tiempo se detiene, muere la soberbia y la maldad se desvanece.
Las verdades disipan sus sombras y surge un mar ennoblecido.
La marea mece las ansias y las olas calman las almas.
Almas inertes, invisibles ante la quietud de la inquietud y el pensamiento.Siento la inmovilidad en el viaje de la vida y la existencia putrefacta tras las máscaras de un vigor fingido.
Alientos que engrandecen la fría muerte y traicionan al todo ahora vacuo.
Sentidos embriagados de grandeza y promesas fraudulentas que ceden a las endebles mentes certeza en lo inseguro y duda en la evidencia.Me sumerjo en las frías aguas de la desesperanza, huyo y al fin olvido.
Olvido el desconsuelo, el desaliento de la pasión y las pesadumbres de nostalgia, y no respiro.
El soplo sucumbe en lo insondable y, lo sé, lo siento, ya soy eterno.
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El eterno efímero
PoesíaTres poesías sobre una perspectiva de la vida y la muerte en su presencia donde la nada y el todo quizá no son distintos. #ConcursoOreo