Love Sick

VIII

Scarlet

Me quedo en el corredor, en un pequeño estado de shock.

Me besó.

Mi corazón se agita, sin embargo no duró mucho ese estado.

Se escuchan gritos.

Lo más sensato es ir al patio central, se supone que en emergencias debemos reunirnos ahí.

Al llegar me encuentro con una enorme masa de estudiantes.

A dos metros entre el tumulto veo el pelo arcoriris de Maggie y casi a su lado Majo y Raven junto con Katty.
Un poco más al fondo está Andy, Mildred y Sofia. A un lado Michelle y chico que siempre la acompaña el cual ya se su nombre Kevin.

Llegó a donde se encuentra Maggie, por que Maggie? No lo sé.

—¿Que pasó? De pronto desapareciste.— dijo se notaba un poco quizá no se de preocupación en su rostro.

—Si, que paso Scarlet?- intervino Megan

Mi mente se detuvo y empezaron a surgir imágenes de lo sucedido, Hadrien, las sombras, El beso.

No lo podía creer.

Todo fue tan fugaz, tan pronto...
Un beso.

¿Quién lo diría?

¿Qué pensaría de mi, la chica de hace unos años?
Control. Sí, eso diría.

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Hadrien

Todo era un caos...

El edificio se caía en pedazos, pero ¡qué!..

En el centro del comedor estaba Scarlet inmóvil, al verla ahí se me heló la sangre.

Pasaron unos segundos en lo que obligué a mi cuerpo a reaccionar, sin embargo Luke me sostenía de la camisa.

—¡No!— me gritó, pero yo sólo podía observarla a ella.

Ya no seguía inmóvil, ahora parecía que luchaba contra algo.
Pero en un abrir y cerrar de ojos desaparece por el corredor al patio central.

Lo único que alcanzó a ver es su cabello y el atisbo de una mano.

Dejo de forcejear en cuanto escucho la voz de los de seguridad llamando al orden. Me relajo, no, no me relajo. Joder, me llevo una mano al cabello. No puede ser posible.

Se supone que la estructura es fuerte, a pesar de que el edificio es antiguo, se le hicieron remodelaciones actuales. Un terremoto no pudo haber destrozado la cúpula.

Llegó al patio central, nuestro "lugar seguro". Es increíble, aún no superó el shock. Pero, Scarlet...

Ella debe estar bien, supongo que es inteligente.

A lo lejos, una cabellera rojiza sobresale en la multitud, es ella.
Corro a su dirección, pero choco con unos brazos que me rodean el torso.
Bajo la vista y Sarah esta llorando con el rostro pegado a mi playera.

—¡Hadrien!— dice mientras llora.
—¡Eh! Tranquila nena.— le digo acariciando su cabeza — Yo estoy contigo.—

Y en ese pequeño momento recuerdo algunos momentos felices que Sarah y yo hemos compartido. Me saca una sonrisa.  Y me olvidó de la pelirroja por un momento.