Capitulo 58: Desesperación.

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Narrador externo pov.

(...)

-¿Y?. -preguntó Claire a tráves de la línea.

-Tu gran "espada" es solo una daga de dos pulgadas como mínimo. -respondió Damon sarcástico.

-Debes estar bromeando.

-Pues si esta "espada" es lo que quiere Kisha, mas vale escondarla en un lugar donde no la encuentre.

-¿Dónde? ¿En el fondo del óceano o algo así?. Sea donde la escondamos, Kisha siempre la va a hallar con su magia.

-¿Entonces qué?, ¿Dejamos que nos robe la espada así por así?.

-¿Qué?, claro que no. Solo hay ser inteligentes, ponerla en un lugar donde ella no buscaría.

-O simplemente ponerla en un lugar aprueba de magia. Nada de hechizos ní nada mágico. Porque Kisha sin magia es prácticamente nada.

-Tienes razón. Le pediré a los demás que busquen un lugar aprueba de magia, si es que existen. -Luego colgó.

En cualquier otro hotel de Nueva York...

-¿Cómo que tienen el cuchillo?. -preguntó Kisha molesta a su madre.

-Primero, es espada. -corrigió ella.- Y segundo, soy un espiritú, por si lo olvidaste hija. -le gritó molesta. -Tendrás que robarla Kisha. Y si la esconden, solo tendrás que buscarla magia, claro como el agua. -dijo ahora mas calmada.

-Claro como el agua mis narices mamá. Tengo a alguien desesperada por esa espada, y si no la consigo, intentará matarme. Ya no es tan débil como antes.

-Lo sé hija, pero piensa en que tan poderosa serás si ella tiene la pieza. Tú serías la bruja mas poderosa y ella la vampira mas fuerte. Si quieres que eso pase primero tendrás que eliminar a la competencia. Ellos son la razón por la cual todo ha sido mas...complicado.

-Tienes razón, los mataré.

-Y a propósito, si uno de ellos muere, no lo revivas. -dijo haciendo referencia a la vez que Madison murió y Kisha la revivió para torturarla.

-Está bien, manos a la obra.

Una hora mas tarde...

-Sé donde está. -dijo Kisha después de haber terminado de rastrear la espada ya que le costó mucho.

-¿Dónde?. -preguntó su madre.

-En un hotel de lujo. De seguro ya sabrás quienes la tienen.

-Me lo imaginé. Voy contigo.

-No, no lo harás. Te quedarás aquí en caso de que nos encuentren. -le respondió Kisha mientras buscaba sus cosas.

-¿Qué crees que soy?, ¿Tu asistente personal?. -preguntó sarcástica. -Te he ayudado en casi todo Kisha, ¿Y solo me dejarás aquí?.

-Casi todo mamá. Pero no puedo tener a un espiritú siguiendome todo el día. Incluso cuando voy al baño. Tu dijiste que me ayudarías mamá y eso harás. Ahora, quedáte aquí. -dijo finalmente saliendo por la puerta.

Por mientras en Mystic Falls...

-No hay un maldito lugar aprueba de magia Claire. -le reclamó Blake.

-Solo sigue buscando.

-Llevamos una hora en esto. Tal vez no haya tal lugar. -dijo Stefan.

-Tal vez no significa que lo estás confirmando. -respondió Claire.

-Ya estoy harta en buscar en libros de magia. -Blake cerró el libro que tenía y se recostó en el sofá. Claire la miró mal. -¿Qué?. Es como si estuvieramos buscando la quinta pata del gato, y es imposible ya que no la tiene. Al igual que no existe ese lugar anti-magia.

-Quizás tengas razón....

-La tengo. -dijo Blake interrumpiéndola.

-Ya no nos queda mucho tiempo. Tarda o temprano Kisha vendrá por la espada. Y tal vez mate a Mad y a Damon.

-Que optimismo.

-Gracias Blake, nos estás siendo de mucho ayuda, en serio. -le respondió Claire sarcástica.

-Creo que encontré un lugar. -murmuró Stefan. -La Iglesia, en una ciudad abandonada en México.

-¿Cómo estás seguro?. -preguntó Blake.

-Aquí dice que es un lugar aprueba de lo sobrenatural.

-¿Y cómo sabemos que Kisha no la encontrará? -preguntó nuevamente.

-Hay que intentar. -dijo Stefan mirando en torno a Claire.

-Está bien. Le llamaré a Madison y a Damon para que nos entreguen la espada y allí la esconderemos.

En cualquier parte de Las Vegas...

Luego de haber matado a medio bar por estafarle, Sarah Monroe tomó su teléfono a preguntar por la piedra phoenix.

-¿Ya la tienes?.

-No, se nos adelantaron.

-¿Sabes Kisha?, pensé que trabajar contigo sería mas placentero pero al parecer me equivoqué. Dime donde estás e iré a buscar el cuchillo yo misma.

-Es espada, no cuchillo. -corrigió Kisha. -Y no es necesario que vengas acá.

-Lo haré. Pensé que eras poderosa Kisha, pero al parecer me equivoqué. Dime tu maldita ubicación.

-Nueva York. En un almacen cerca del muelle. -respondió algo apagada.

-Estaré allá esta noche. -dijo antes de colgar la llamada.

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