Capitulo 3: Primer día de Clase

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En multimedia Mandy Matterson

No me puedo creer que ya sea el primer día de clase. Se me ha pasado volando el verano.
A ver, técnicamente ya no tengo que ir a clase porque soy una vampira inmortal. Parte del Círculo. Podría quedarme tirada en un sofá de terciopelo y limitarme a a beber cócteles de sangre de una copa de cristal. Pero, por otro lado, si voy a vivir miles de años, supongo que podría invertir unos cuantos en terminar el instituto, en tener una educación. He conocido a unos cuantos no muertos que dejaron los estudios e ir a cenar con ellos es un verdadero muermo.
Y no hay ni que decir si quiero continuar viviendo con mamá y con Sunny tengo que seguir actuando como una adolescente normal.

Aun así, mientras recorro los pasillos del instituto de Oakridge con un vestido estilo Lolita de encaje negro, unas medias de red y unas botas de plataforma, balanceando mi fiambrera de Beetlejuice, me pregunto si habrá sido una buena idea.

Aun así, mientras recorro los pasillos del instituto de Oakridge con un vestido estilo Lolita de encaje negro, unas medias de red y unas botas de plataforma, balanceando mi fiambrera de Beetlejuice, me pregunto si habrá sido una buena idea

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En la foto Rayne y su vestido estilo Lolita.

Salta a la vista que no encajo con el resto de las chicas populares y los deportistas. Como si fuese una mosca en la pared, observo mientras se saludan con nerviosismo al puro estilo del primer día de clase.

Las fashion llevan camisetas de rayas horizontales con colores intensos y ochenteros, cinturones y mallas.
Las chicas más retro grunge llevan vestidos rectos por encima de pantalones de campana. Las pijas llevan pantalones vaqueros pitillo y botas de piel arrugada. Todo el mundo tiene un estilo que encaja con su pandilla. Quizás en una escuela mas grande habría otros que se pareciesen a mí. Pero aquí no. El instituto de Oakridge no mola nada.
Pero me da igual. Yo soy como soy. Y no necesito tres mil amigos en MySpace para reafirmar mi existencia en este planeta.

-Eh, mirad.¡Es la friki!

Sin embargo, necesito que me dejen en paz.

Me giro para ver qué clon de Oakridge intenta sobrellevar su triste existencia riéndose de mí. Mis ojos se posan en un grupo de animadoras que me miran del otro lado del pasillo. Cómo no.

De todos los pringados del instituto de Oakridge, las animadoras son lo peor. Con sus sonrisas falsas y empalagosas, el frufrú de sus faldas, su elasticidad, su cabello rubio tostado por el sol (es decir, con mechas encima del castaño tierra con el que nacieron), las animadoras se creen un regalo del cielo para los institutos. Esperan que los chicos las veneren, pero también las chicas, e incluso los profesores. Y lo consiguen. Y si a alguien no les interesa arrodillarse para besar sus culos perfectamente esculpidos, será mejor que coja la lepra, porque las animadoras se asegurarán de que sea un marginado durante el resto del curso.

-¡Eh, tú, friki! -grita otra animadora. A mí todas me parecen iguales-. Pensaba que los vampiros no podíais andar por ahí de día.

Pongo los ojos en blanco. Por supuesto, no tiene ni idea de que en realidad sí soy una vampira. Está haciendo una suposición basándose en que no llevo puesto nada rosa.

-Claro que podemos-le replico-. ¿Cómo si no clavaríamos nuestros colmillos en suculentas vírgenes como tú? Ah, espera, lo siento, creo que te he confundido con otra persona.
Alguien que no se ha acostado con todo el equipo de fútbol.

La chica entrecierra los ojos.
-Ten mucho cuidado, friki. -Sí, una réplica muy inteligente. Pero tampoco lo ha negado, vaya.

-¿Ah, sí? -digo sonriendo con descaro mientras me acerco a su pandilla con mi actitud más confiada-. ¿Y eso?

-Porque si no, te voy a patear tu culo de vampiro.

Suelto una risotada exagerada. Tengo que demostrarles que no tengo miedo.
-¿Tú y quién más?

Otra animadora da un paso hacia delante. A está sí la reconozco. Se llama Mandy Matterson, en su día fue mi mejor amiga. Antes de darse cuenta de que yo no era más que un obstáculo en su camino hacia el estrellato en el instituto. Desde que andábamos juntas ha pegado un cambio total, tanto por fuera como por dentro. Ahora es rubia, guapa y se ha convertido en una zorra. No me extraña que sea la actual capitana del equipo. No me puedo creer que fuésemos amigas.

-Te crees muy guay -dice Mandy con desprecio y el ceño fruncido. No admitiría que éramos amigas aunque la torturasen y amenazasen. -Pero no dejas de ser más que otra quiero y no puedo del instituto de Oakridge.

Aprieto los puños mientras siento que la ira me quema cada una de mis venas. Ya está. No me importa que sea el primer día de clase. Ni que tenga que evitar llamar la atención por lo de mi nuevo estatus de no muerta y todo eso. Hago ademán de atacarla.

-¡Rayne! -Alguien me agarra por el brazo y tira de mí justo a tiempo para salvar la perfecta nariz de la animadora Barbie, que es igualita a la de Ashlee Simpson después de operarse. Me doy la vuelta enfadada.

Si fuese una vampira sana, ningun humano mortal podría haberme detenido así. Maldito virus de la sangre. Debería empezar a hacer pesas.

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