Capítulo 8.

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Maratón 3/3.♥

El móvil sonó indicando la entrada de un nuevo mensaje. Lo desbloqueé rápido. Era número desconocido.

Desconocido: Te dije que no vayas a la fiesta.

Enviado: 10:28 p.m.

¿Ayden? ¿Éste es el número de Ayden? ¿Como habrá obtenido el mío?

Decidí no responder y miré por la ventana. Ayden había desaparecido de la ventana. ¡Bien! Ésta es mi oportunidad. Baje con cuidado por la ventana y cuando ví que quedaba poco me tiré. Caí de rodillas, por suerte el césped amortiguo mi caída.
Me puse en cuclillas y pasé por la ventana de la sala. Cuando llegué a la puerta principal Newt estaba observandome con una sonrisa en su cara. Vaya, que linda sonrisa.

—¿Qué es tan gracioso?—Pregunté resoplando.

—Nada, nada.—Dijo sin quitar la sonrisa de su rostro.

Que bien que no lo hizo.

—Bien, ahora espero que sepas manejar rápido porque estamos a punto de que nos descubran.

Subí y envolví mis brazos en su espalda agarrandome fuerte.

—Agarrate fuerte.—dijo y arrancó dejando una capa de humo detras nuestro.

Luego de unos minutos de andar suspire aliviada. Creí que Ayden le diría a mi padre o algo.

Unas cuadras antes de llegar podía sentir la música. Nos detuvimos y Newt me dijo que esperara aquí. Creo que fue a buscar lugar para estacionarla. Acomode mi cabello y alise mi vestido.

—¡Dylan!—Grito Max.

Oh, Dios. ¿Dylan aquí? Me escodí detrás de un auto y saque un poco mi cabeza. Lo suficiente para ver sin ser descubierta. Dylan estaba con Trisha y Max estaba soriendoles tenso. Empezaron a hablar pero no pude escuchar nada. Max parecía mirar dónde yo estaba. Pero creo que solo es mi imaginación.  Dylan y Trisha se adentraron en la casa y Max se quedó un momento quieto. Volvió a mirar a dónde estaba yo y alzó el pulgar en seña de que estaba todo bien. Mierda. Me descubrió, pero por lo menos estaba de mi lado. Apoyé la cabeza en el auto y suspire.

—¿Qué haces aquí?

—¡Estúpido! —Dije llevandome las manos al corazón que latía agitado.
—¡Casi me matas del susto!

Él comenzó a reír, se detuvo y comenzó de nuevo. No podía quejarme, era una de las risas más lindas que había escuchado.

—¡Ya basta! —Dije tratando de hacerme la enojada, pero el siguió riendo y yo lo acompañe.

Estuvimos así por lo menos diez minutos, hasta que mi estómago comenzo a doler y el aire me faltó. Me doble en mi misma y murmure algunos insultos.

—¿Qué te pasa?

—Nada..

Él pareció notar mi vestido y se saco la chaqueta.

—Toma, yo no la necesito.

Me la coloqué agradecida sientiendo como mis brazos se calentaban.
Entramos de la mano. La casa era realmente preciosa. Algunas personas estaban bailando. Bueno, más que bailando haciéndolo con ropa. Otros fumaban y otros estaban en la barra.

—¿Vamos por un trago?

—Claro.—respondí sonriendo.

Newt le pidió una bebida desconocida al barman. Este asintió y se fue.

—¿Qué le pediste?

—Te encantará.

El barman volvio con dos copas con un líquido rosa y mucha espuma.
Me lo lleve a la boca dubitativa y me moje los labios, luego pase la lengua por estos. Sentí mis pupilas dilatarse.
Esto era lo más rico que habia probado. Bueno, no es que haya probado mucho...

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