Cafeína para el corazón

Recordándote sin querer

Es triste mirar a mi alrededor reparado, restaurado y aun así, seguir encontrando viejos recuerdos tuyos, en mis cajones, en mi habitación, en mi mente... Son recuerdos que laceran mi interior como una pequeña daga que continuamente me hace ligeros daños, los cuales incrementan poco a poco hasta dejarme fuera de combate, trayéndome de nuevo aquí, a mi cementerio de recuerdos, de sueños muertos, ilusiones rotas, promesas olvidadas y restos de un corazón que no te importó destrozar.
Está de más decir tu nombre, algún día quiero olvidarlo o poder escucharlo sin pensar en ti.
Él, Jay me rescató de la miseria en la que me dejaste, me ayudó a salir de la pesada sombre del desasosiego y la melancolía con paciencia, amor y confianza, es todo lo que tú no pudiste ser, no se alejó a pesar de la dificultad de la situación, estuvo ahí, a mi lado; pero, de manera inconsciente arrastré fuera de las sombras cenizas de amor muerto, canciones vacías, miradas perdidas, silencios rotos, todos los momentos que pasé junto a ti inundaban mi mente y nublaban mi sentido de vez en cuando, preguntándome vanamente:

¿Cómo te atreviste a decirte enamorado y a tomar todo mi cariño si jamas te importó?

Me engaño a mi misma diciendo que ya no me importas, pero muy en el fondo sé que es un mal intento para dejarte atrás.
No sé como sentirme a cerca de tu persona.
Me deja una sensación extraña la idea de encontrarnos, y tener que pasar de ti como si fuésemos completos extraños, como si no supiéramos lo que ocurrió, quiero jurarme que estoy mejor, que ya no me dueles, pero no puedo.
Sería mejor si tan sólo pudiera olvidarme de ti.