CAPÍTULO 1 "- Siempre serán nuestras bebés... "

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- ¡Maddie, despierta! - No puede ser, no ahora.- ¡Hey! Arriba fea durmiente. Tienes que terminar de empaquetar, el camión de la mudanza viene a las tres.

- Mmm ya voy, dame cinco minutos.- Murmure con voz ronca. Oí como Sophia caminaba fuera de la habitación y cerraba la puerta. Empecé a sentir mis párpados pesados y caí de nuevo en un sueño acerca de chicos que se burlaban de mi en el Instituto. Intenté correr pero por cada pasillo que cruzaba me conseguía a uno de ellos mirándome con una sonrisa burlona. No sé cuánto tiempo pasó.

Empecé a sentir algo muy frío correr por mi cabeza y me desperté de golpe, al darme cuenta de lo que sucedía me sentí furiosa.

- ¡Maldita sea, Sophia! ¿Tenias que echarme agua fría? ¡Te dije que en cinco minutos me paraba! - Grité furiosa.

Me miró con sus perfectos ojos azules llenos de furia.

- ¡Ha pasado una hora y media hermanita! Agradece que no te coloque hielo en tus partes íntimas. Y ahora mueve tu trasero a la ducha. ¡YA!

Me sequé el agua que todavía goteaba en mi cabeza con la manta que tenia para cubrirme y estiré las piernas para que se relajaran un poco mis músculos agarrotados.
Ella caminó acomodandose su cabellera rubia. Al llegar a la puerta se detuvo y me miró.

- Si vengo de nuevo y estas babeando en tu cama no dudaré en ponerte hielo.- Y salió.

- Perra.- Murmure entre dientes.

- ¡Te oí!

Puse los ojos en blanco y me levanté maldiciendo por lo bajo, me coloque mis sandalias tome una toalla y me metí en la ducha.

Mis padres murieron en un accidente hace 11 años y la familia de Sophia se hizo cargo de mi, ya que mis padres eran muy cercanos a ellos. Sophia siempre ha estado conmigo desde que nací, somos inseparables, a pesar de nuestras discusiones. Ahora ellos son como mi familia y, a pesar de que Sophia es a veces pesada, la amo con todo mi ser, es la mejor amiga y hermana que he tenido jamás. Aunque nunca se lo he dicho con palabras, ella me entiende y sabe que es muy importante para mi. Me encanta vivir con sus padres también, son como mamá y papá y los quiero mucho, me tratan igual que Sophia y dicen que soy su hija.
Los padres de Sophia me dijeron que mis padres murieron en un accidente automovilístico y no tengo familiares.

- Diablos. Parece que me explotó algo en la cabeza mientras dormía.- Murmure con voz ronca frente al espejo. Soy un desastre, quizás por eso no he tenido novios. Aunque la verdad no me interesa mucho.

Me desvesti y me metí a la ducha.

- Dios, esto sí es vida.- Susurré al entrar en contacto con el agua tibia. De inmediato mis músculos empezaron a relajarse.

Después de 15 minutos salí de la ducha y me sequé el cabello. Elegí un jeans ajustado y una camisa blanca porque me gusta como luce mi piel morena con ese color, luego me calzé unas converse negras. Sophia siempre usa vestidos, tacones y faldas, es muy afeminada. Yo soy mas jeans, monos deportivos, uno que otro vestido para ocasiones que lo ameritan y así.

Me pare frente al espejo completo que hay en mi habitación y vi mi reflejo. Debo de medir ahora al rededor de un metro sesenta y siete, tengo piernas gruesas y estoy más o menos en forma, tengo algo de trasero pero soy plana de boobies, mi cabello, como siempre, es una melena salvaje, me llega por las caderas y es castaño oscuro. La camisa que llevo no me hace resaltar las curvas pero me da igual, no me gusta llamar la atención. Voy al baño y me aplico poco maquillaje, como siempre. Base, un poco de rímel y brillo labial. Me doy una última mirada y salgo.

Hoy nos mudaremos Sophia y yo, así que hay mucho movimiento en la casa, por fin Rick y Karlie Parker, mi familia adoptiva y los padres de Sophia, nos dejaran hacerlo. Pero nos estarán visitando constantemente. Nuestro nuevo departamento queda a varios de minutos de aquí, no está tan cerca.

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