La Amenaza

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Faltaban exactamente seis dias para aquel maldito torneo que tan malos recuerdos me traía, no sabía que hacer, el nerviosismo volvió a ser parte de mi vida, aquel día decidí ir a caminar por el centro de la ciudad, me parecía un lugar muy tranquilo y pense que me ayudaría para pensar un poco mejor. Asi que me fuí a dar un paseo.

- Ha pasado mucho tiempo- Esa voz era inconfundible, el corazon se me detuvo por un momento.

- Fer cuanto tiempo, nunca creí encontrarte por aqui- Una gran alegría invadió mi cuerpo, era el reencuentro con mi gran amiga y mi eterno amor.

- Como haz estado, hace mucho que no se de tí, pensé que te había pasado algo.

- Pues si sufrí una golpiza después de que no asistí al torneo, estuve en el hospital varios días, pero logré recuperarme y retomar una vida normal - Respondí sintiendo mucha nostalgia, me dolía saber que me alejé de ella por un error.

- Si, escuché algo de eso, pero después perdí cualquier rastro tuyo.

- Sabes, me duele haberme alejado de tí por mi culpa, te he extrañado mucho.

Antes de que Fer pueda responder, una furgoneta negra, supongo que era la misma de la angerior vez, frenó cerca de donde nosotros estábamos.

- Corre! No te preocupes por mi. - Fue lo único que pude decir

Dos hombres me metieron a la fuerza a la furgoneta, me di cuenta que esta vez eran menos, así que esta vez no me iba a rendir sin dar pelea, si bien no estaba en buena forma, todavía no olvidaba como pelear. Logré propinarles algunos golpes hasta quq un paralizador acabó con mis esperanzas de lograr escapar.
Desperté despues de un buen rato en el mismo cuarto donde recibí la golpiza que me envió al hospital, el miedo y la desesperación se apoderó de mi, pero decidí mantenerme en silencio, esperando que podría depararme en los siguientes minutos.

- Ha pasado mucho tiempo desde que te tuve aqui por última vez mi querido amigo. - Era una voz que me resultaba muy familiar.

- Quién eres y qué quieres de mi?

- Solo quería que recuerdes la última vez que me fallaste y decidiste no participar en las peleas, creo que te llevaste un buen escarmiento, espero que esta vez no pienses en faltar.

- No entiendo, por qué quieres que vaya de nuevo, no estoy en forma ni tampoco he tenido una pelea en más de un año. - la desesperación se estaba apoderando de mí, debía encontrar la manera de que me dejen salir del torneo.

- El que es bueno siempre lo será, y la gente quiere verte de nuevo en acción, solo queria advertirte que no tienes como safarte de esta y ni pienses que podrás salir en primera ronda, si jo llegas hasta semifinales nos veremos en este cuarto nuevamente.

Después de esas palabras no recuerdo nada más, desperté en una banca del parque cercano a mi casa unas cuantas horas depués, pasé toda la noche pensando en esa voz que se me hacía familiar pero no logré descubrir de quien era.
Entrada la noche pude comunicarme con Fer para decirle que todo estaba bien, ella sonaba muy preocupada y quedamos en ir a tomar un café el siguiente día.

Conversamos por varias horas, fue un rato muy ameno , me gustaba mucho pasar con ella, tenía una personalidad increible y despues de esas horas me di cuenta que aún seguía enamorado de ella, después de ponernos al tanto de muchas cosas que habían pasado durante el tiempo que nos distanciamos, la acompañe a su casa y yo me dirigí a la mía, esa fue la primera noche que pude dormir con tranquilidad desde aquel día que recibí la invitación rosada.

Un Viaje Sin Retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora