Resistencia

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Law se encontraba en la habitación de Doflamingo, justo como este le había indicado.
El muchacho estaba sentado en la orilla de la cama. Su mirada gris se encontraba clavada en el piso. Un ligero temblor dominaba su cuerpo.
No podía imaginar que haría Doflamingo cuando llegara...
Le atemorizaba que trajera consigo a Vergo. La simple idea le hizo estremecer aún más.

Y mientras tanto, Doflamingo terminaba de contar su gran secreto a Vergo.
El hombre rubio daba su último trago de vino para quitarse la sensación de pesadez de su cabeza.
Vergo solo mantenía silencio, su expresión era sumamente seria.
Sinceramente... No le agradaba la idea, pero no podía contradecir a Doffy, en lo absoluto.

-¿Y bien...?

-No hay nada que pueda decir Doffy, ese niño no me molesta.

-¿En serio?

-En serio.

-Así que... ¿Si te pidiera que me ayudaras con el aceptarías?-pregunto Doflamingo esbozando su característica sonrisa llena de malicia.

-Por supuesto que sí.

Doflamingo soltó una ligera risa y moviendo su dedo índice le indico que lo siguiera.
En cuestión de un par de minutos el par de hombres habían llegado a la habitación de Doflamingo.
Law vio con terror como sus sospechas se cumplían. El corazón del muchacho empezó a latir descontroladamente.

-Cierra la puerta con llave Vergo-dijo Doflamingo mientras se quitaba su abrigo de plumas.

Law se puso de pie y se alejó lo más posible de ellos. Esto era demasiado...
Si ser el juguete de Doflamingo era un hecho horrible por sí mismo, el ser observado por Vergo sería lo más desquiciado, cruel, enfermo e insoportable que le pudo haber ocurrido a Doflamingo hasta el momento. Debía ser una broma, no, un castigo por haber tenido demasiada felicidad recientemente... Tal vez ya lo había descubierto...

Doflamingo se dirigió de inmediato hacia él, aprisionándolo contra la pared.

-No puedes hacer esto...-musito Law mirando con desesperación al hombre rubio.

-¿No? Pero pequeño Law, últimamente te has comportado muy mal conmigo-y Doflamingo empezó a besar su cuello lascivamente.

-Esto es demasiado...

-¿Qué ocurre? ¿Acaso nuestro querido Vergo te causa malos recuerdos?-inquirió Doflamingo con una voz suave y cruel. Las manos de Doflamingo empezaron a tocar los muslos de Law.

Por su parte Vergo aún se mantenía cerca de la puerta, miraba con seriedad la incómoda escena. Su silencio y postura eran increíbles a pesar de detestar el ver como Doffy acariciaba a ese mocoso con tanta energía y pasión. Empezaba a cuestionar si alguna vez Doflamingo había sido tan atento con él. Sin embargo, como ya había decidido, seguiría sin dudar de sus órdenes y deseos.

Law empezaba a retorcerse con tanta fuerza que Doflamingo lo tomo por las muñecas y las elevo contra la pared. Doflamingo volvió acercarse al cuello del muchacho esta vez para empezar a dejar sus características marcas rojizas...

-Doflamingo...-susurró Law. Tenía que aprovechar que lo tenía cerca y que probablemente Vergo no escucharía lo que estaba a punto de decir.

-¿Qué pasa...?-jadeo Doflamingo mientras empezaba a desabrochar la camisa del joven sin dejar de besar su cuello al mismo tiempo.

-Te lo ruego...

-¿Qué?-Doflamingo se detuvo. Law nunca se había rebajado a hablar con ese tono de voz y menos a rogar, ni siquiera la primera vez en que abuso de él.

Elastic HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora