Abrí la puerta de casa y dejé las llaves en el llavero. Parece que no hay nadie, pensé al notar que el piso no tenía iluminación. Antes de que pudiese encender la luz, algo me detuvo, más bien alguien. Me abrazó por la espalda y pude notar su erección en mi trasero.
—Galen... —Habló Lucas a milímetros de mi oído, claramente excitado.
Esto es nuevo, dije en mi mente. Su mano derecha acariciaba mi entrepierna por encima de la ropa y no pude evitar sonreír de medio lado.
—¿Has pensado en algo? —Le pregunté, aunque su única respuesta fue levantarme en brazos sin mucha dificultad y caminar algo apresurado a la habitación.
Bajó mis pantalones y ropa interior tras sentarme al borde de la cama y yo desabroché mi camisa. Se agachó delante de mí y comenzó a masturbar mi semi-erección.
—Wow, espera, ¿vas a...? —Mi frase fue interrumpida cuando sus labios rozaron mi glande. —A-aah... —Gimoteé por lo bajo mientras sus labios recorrían mi centro. Esto es algo que no acostumbra a hacer, ¿qué tiene en mente?
—Mhg... ¿se siente bien...? —Me preguntó entre lamidas.
—Sí, dios... —Respondí mientras mi mano acariciaba su pelo nerviosamente.
Bajé la mirada hacia mi compañero sólo para endurecerme por completo disfrutando de la vista que la luz de la lámpara (la única encendida en toda la casa) podía permitirme. Estaba en mi límite, embistiendo ligeramente su boca incluso, cuando se detuvo y me sacó.
—¿A-ah...? —Le miré, confuso y algo desesperado. —¿P-por qué pa-...? —Y me besó. Su lengua y labios tenían ese... característico sabor, cosa que sólo aumentó mi excitación.
—Hoy quiero probar algo nuevo. —Dijo sin rodeos tras liberar mis labios.
—Llevas todo el rato probando "algo nuevo". —Le sonreí, sin tener ni idea de lo que podía venir después.
—Métemela.
—... —Mi sonrisa se borró en un instante y pude ver en sus ojos que había cumplido con su propósito. Se me escapó una risa nerviosa mientras intentaba disimular mi sonrojo. —C-creo que he escuchado mal, ¿puedes repetir?
—Métemela. —Volvió a ordenarme, esta vez lamiendo mis labios con deseo y extendiendo su saliva por mi erección.
—¿Q-qu-quieres q-que yo t-te la...?—La vergüenza me asaltó en cuestión de segundos. Esto es realmente nuevo, ¿cómo puede soltarlo y quedarse tan tranquilo?
—¿Lo repito de nuevo o pasamos a la acción? Mi trasero se impacienta.
Tragué saliva. Estaba esperando a que me empotrase sin compasión y de repente decidió ser el pasivo. No tenía ni idea de lo que pasaba, pero no iba a desaprovechar la ocasión.
—Q-quítate la ropa.—Le pedí más que ordenar, aún avergonzado.
—A la orden. —Respondió con una sonrisa pícara a la vez que se bajaba los pantalones y se deshacía de su camiseta. Podía notar cómo la ropa interior se le había quedado pequeña tras todo lo que hicimos y se me hizo la boca agua tan solo con mirar su cuerpo. Me saca 5 centímetros de alto... y de largo. He analizado todo de él a estas alturas; todo menos su interior.
Antes de que pudiese reaccionar, ya no le quedaba nada de ropa. Me empujó para tumbarme en la cama y se sentó sobre mi abdomen, rozando mi miembro con sus nalgas. ¿Cómo hemos llegado a esta situación exactamente?
—E-espera, s-si empezamos así t-te dol-¡ah...! —Este hombre le encanta interrumpirme.
—M-me subestimas, Galen... —Me dijo con confianza mientras lo metía poco a poco. —E-estuve practicando mientras no estabas. A-aunque he de admitir es más grande de lo q-que esperaba... —Lo llevó hasta donde alcanzaba y yo no podía estar más caliente. O eso pensaba hasta que comenzó a moverse.
—Lu-Lucas, y-yo... —Intentaba articular palabra mientras notaba sus paredes apretarse entorno a mí.
—A-ahg, Ga-Galen... —Gimoteó, manteniendo su voz ronca.
Verle moviéndose sobre mí, sonrojado y... digamos disfrutándome, fue demasiado para mí. Llevé mis manos a sus caderas y las acaricié, mordiéndome el labio inferior. En un movimiento rápido, nos di la vuelta, quedando yo sobre él. Noté su sorpresa, pero no pareció molestarle.
—Así mejor... —Murmuré mientras le embestía gentilmente. No sé cómo estaba aguantando, aunque se hubiese preparado habíamos nunca hecho esto antes.
—M-más... más rápido... —Me pidió entre gemidos. Quise evitar ser brusco desde el principio, pero... vamos a ver, ¿cómo me iba a negar?
Lo saqué casi por completo de él y lo volví a meter con brusquedad, sacándole un gemido más alto. No me digas que...
—¿Tu punto débil? —Le pregunté, sonriendo de manera pervertida.
—U-uhm... —Asintió, avergonzado por primera vez.
Apreté los dientes y volví a embestirle en esa zona repetidas veces. Tomé su miembro en mi mano y lo masturbé, me sorprendí ligeramente de que eso cupiese en mí, aunque era la menor de mis sorpresas en el momento.
—A-ahng, joder, estoy apunto de... —Me avisó a su límite. Y, efectivamente, llegó segundos después con un gemido más alto.
No tardé en venirme yo también al notar sus ya apretadas paredes presionarme más fuerte, aunque no sin antes darle una última estocada.
—A-aahh... f-feliz cumpleaños... —Me murmuró una vez que salí de él.
Me quedé unos segundos en silencio y sonreí, enternecido. Eso lo explicaba todo.
—El mejor regalo de mi vida. —Concluí y besé sus labios con cuidado.
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One-Shots Yaoi
RomanceEste es un rinconcito en donde iré tirando todo lo que mi perturbada mente produzca entre dos hombres. Disfruten, salidxs ♡