-Aa-aahh... ya viene...
Murmura mientras sus caderas se mueven, entrando hasta el fondo de mi boca. Abro los ojos para mirar de la forma más provocativa que puedo y que esto termine de una vez por todas. Sus dedos se enredan en mi pelo ligeramente largo y noto finalmente cómo descarga todo su "estrés" dentro de mí.
¿Cuántas veces he hecho esto en mi vida? No tengo idea, sólo sé que me funciona. No es que me agrade chupársela a los profesores para aprobar, pero al menos el de física no es un viejo verde y casado. De hecho, no está nada mal para doblarme la edad; quizás le deje llegar más lejos en otra ocasión.
-¿Y bien?- Pregunto una vez que he escupido todo -¿Qué nota me pondría usted en lengua?
-Aah...- Trata de recuperar el aliento -En lengua no sé, pero me da que la media de esta evaluación en física te da aprobado, Mario.- Me dice con una mirada cómplice.
-Eso esperaba. Pues, si me disculpa, tengo que ir a mi casa a comer algo más que esto. Hasta mañana, "profe".- Digo mientras me pongo el abrigo y tomo mi mochila.
Salgo de la clase sin entretenerme ni un segundo más y me dirijo a la salida del instituto. Es algo más tarde de la hora de salida, pero la situación requería seriedad. ¡Iba a suspenderme si no hacía nada al respecto!
Mientras vuelvo a casa caminando un pensamiento asalta a mi mente: esto que hago me convierte técnicamente en gay, ¿no? En realidad no es una pregunta que me consterne demasiado o me deje sin dormir por la noche, pero aún no sé cómo responderla.
Nunca me he interesado por una chica ni menor ni mayor ni de mi edad siquiera en mis 17, prácticamente 18, años de vida. En cuanto a hombres... no me importa comer alguna que otra polla para salvar una asignatura, aunque no es que me entusiasme la idea. Sin embargo, es cierto que hace... tres años, más o menos, hubo alguien que rompió todos mis esquemas.
William Peterson, un estudiante estadounidense de intercambio que estuvo casi un año en nuestro instituto. Era un pelirrojo de ojos claros y tez pálida que me sacaba una cabeza de altura (siempre he sido algo bajito, aunque no es algo que me acompleje demasiado). Will me sacaba tres años, por aquel entonces tendría la edad que yo tengo actualmente; y vaya que era notoria la diferencia entre ambos.
El caso es que yo me fijé en él desde el minuto uno, no sólo por ser el alumno de intercambio, sino por su increíble atractivo y, principalmente, porque él siempre fue abiertamente bisexual. Esto supuso un gran impacto para mí en su día, pues yo era un chaval que jamás se había planteado su sexualidad (aunque como dije antes, nunca me había fijado en mujeres) y que entrase alguien así en mi entorno era chocante.
No fue muy difícil para nosotros volvernos cercanos, ambos éramos bastante extrovertidos y cada uno dominaba de manera aceptable el idioma del otro. Y con cercanos me refiero a muy cercanos. Quizás suene a algo que una colegiala diría, pero él fue el primero para mí. Mi primer beso, mi primer amor (podría decirse, sí) y, por supuesto, mi "primera vez".
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-W-Will, it hurts... (W-Will, duele...)- me quejaba.
-Hold on for a second (aguanta un poco).- él trataba de calmarme y, aunque su voz era ciertamente tranquilizadora, sus dedos dentro de mí dolían a horrores.
Ahí es cuando comenzó a lamer mi miembro semi-erecto para que me relajase. Poco a poco, el dolor se tornaba en excitación y mis gemidos de dolor se mezclaban con los de placer. Sus dedos se agilizaron dentro de mí, llegando incluso a introducir cuatro. Su lengua recorriendo cada parte de mi pene me estaba volviendo verdaderamente loco, tanto que por un momento pensaba que me corría.
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One-Shots Yaoi
RomanceEste es un rinconcito en donde iré tirando todo lo que mi perturbada mente produzca entre dos hombres. Disfruten, salidxs ♡