—¿Estás seguro de que quieres hacer esto...? —Le preguntó con voz suave mientras besaba su espalda rígida.
—M-mh... S-sí... —Dijo el menor, abrazando su cabeza con un brazo, de espaldas a su amante mientras este movía el vibrador en su punto más sensible. —¡N-nh!
—Está bien... —Dijo dándole un último besito en la nuca al chico blanco y delgado de la cabeza rapada y el piercing en la ceja, el cual se encontraba completamente desnudo, arrodillado pero herguido en el centro de una cama matrimonial, mientras su amante lo abrazaba por atrás. Éste último era un hombre alto y ancho, sin demasiados músculos, pero sí varios tatuajes. Llevaba el pelo corto negro y unos ojos de mar que hechizaban, eso fue lo que le paso a Zakk, estaba hechizado por Will. Cualquier cosa era poco decir sobre lo que sería capaz de hacer por él.
Will se apartó del chico, sacándole y apagando el vibrador mientras este suspiraba, aliviado. Lo dejó en el baño y subió la braqueta de sus jeans, aborochó el cinto y se puso una camiseta. Zakk se tumbó tranquilamente en la cama y, aunque parecían tranquilos, a ambos les correteaban las hormigas por debajo de la piel, y estaban muy serios como para estar por hacer algo por placer.
Will tomó su movil y tipeó algo rápido, fue directo al living, dejando a su novio a solas con sus pensamientos.
"Vamos, estás haciendo esto por Will... Además, ¿Quién sabe? Puede que te guste. Son todos desconocidos, aunque las paredes escuchen, guardarán el secreto... Espero...", se atormentaba la mente dentro de su jaula rapada.
En el livin, se escuchó la puerta y luego los saludos, choques de manos, risas fuertes y conversaciones inteligibles. Algunas en todo cotidiano y familiar, y otras en uno más furtivo... Zakk no podía evitarlo, estaba aterrado por la idea.
Pensó en cerrar los ojos al escuchar los pasos acercarse, pero sabía que no cambiaría nada. Cuando los pasos se escucharon tan cerca que parecían estar en su cabeza, y cuando el picaporte bajó y la puerta blanca del dormitorio chirrió, miró al umbral y sonrió.
—Hola, chicos. —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, falsa hasta el último diente.
Aunque estuviera desnudo, erecto y dilatado, Zakk tenía la esperanza de tener una conversación mínimamente familiar antes de empezar, pero no fue así. Dos hombres entraron a la habitación con sonrisas de hienas hambrientas, Will entró el último.
El primer sujeto era de estatura media, muy musculoso y de rasgos faciales fuertes. Tenía un pequeño tatuaje en el cuello tras la oreja y un peinado a lo Elvis, solo que un poco menos exagerado. El segundo ya era más alto pero no tan musculoso, llevaba la camiseta de los Ramones y no parecía que viniera a hacer amigos. Tenía el pelo castaño claro y el corte de pelo masculino usual de la década, pelo arriba y el resto rasurado.
El hombre del peinado antiguo llegó y se plantó delante de Zakk, autoritario mientras se quitaba la camiseta, mostrando su abdomen torneado y el resto de sus tatuajes. "Pues, si no quieren hablar, vayamos directo a la acción", pensó el chico rapado, que se arrodillo en la cama y comenzó a besar el cuerpo con lascivia. Acariciaba los pectorales, los hombros, los brazos y besaba sus pezones. Deslizó lentamente sus manos por su cuerpo hasta llegar a su cinturón, el cual desabrochó despacio para luego acariciar el paquete por fuera.
El segundo chico comenzó a desvestirse también, junto con Will que lo abrazó por la espalda y empezó a acariciarlo y besarlo. A veces, al hombre no le molestaba formar parte de su trabajo.
Cuando Zakk comenzó a sentir la erección mientras besaba y era tocado por el extraño que masturbaba en caricias a través del boxer, sacó la erección. El hombre lo miraba con una ferocidad felina... Él sabía lo que tenía que hacer.
Zakk se agachó y comenzó a lamer desde la base hacia arriba, sujetando el miembro con una mano, mientras que con la otra acariciaba el costado torneado. Comenzó a succionar y lamer la punta en su boca, ya estaba todo colorado y vergonzoso, le costaba hacerlo bien. Se concentró en la punta mientras masturbaba el resto del largo miembro, el hombre lo miraba con ojos de buitre, como si esperara algo más, mientras a una corta distancia el castaño masturbaba a Will, comiéndole la boca.
El hombre tomó a Zakk de la cabeza y lo hundió en su miembro mientras este soltaba un par de arcadas antes de reincorporarse. Posó sus manos en las caderas del que lo dominaban, y se dejó mover. Le excitaba mucho que lo tocaran así, pero... Había una pizca. Una pizca de algo. Una pizca de incomodidad... Una pizca de molestia en lo que estaba pasando, pero el futuro era incierto, su mente estaba nublada y sus ojos vendados por su amor incondicional hacia Will, no había forma de que anticipara la piedra con la que había tropezado en esa relación, pero su error fue enamorarse de esta.
Se dejó llevar, con cerezas en las mejillas y lágrimas en los ojos, mientras el moreno violaba su garganta en embestidas rápidas y arcadas fuertes. Zakk cerró los ojos y se concentró en lo que hacía, los jadeos del sujeto le indicaban que lo hacía bien, y las yemas de los dedos que presionaban su cráneo contra la incomodidad de la boca inexperta estaban cada vez más sudadas, a punto de correrse. "Hoy no voy a poder escupir...", pensaba recordando las advetencias que Will le había dado horas antes.
...
Flashback:
—¡N-naagh! —Se desesperaba Zakk contra las sábanas, estrujádolas entre las manos sudadas y mordiéndose el labio para aguantar el dolor. Ya había llorado suficiente.
Will embestía sin piedad. Nunca lo había hecho así... Zakk era bisexual, pero nunca había tenido un novio, todo era nuevo para él.
—¡A-aah, Will... M-me duele! —El chico estaba en cuatro patas, pero casi besando las sábanas. Will paró un momento y lo tomó del brazo, tironeándolo bruscamente hacia él. Lo abrazó por la espalda con una mano, sintiendo en las yemas la pálida piel y las marcadas costillas del escuálido chico, cada vez más lleno de marcas del amor de un hombre de cama.
Lo mantuvo en esa posición y siguió embistiendo.
—¡Nh...! Ellos n-no van a tener piedad contigo. Lo sabes, ¿No...? —Susurraba Will con voz de lija, en los oídos de una mente y cuerpo aturdidos. —No vas a poder e-escupir... —Embistió más fuerte. —N-no te vas a poder quejar... Y m-mañana habrás sido menos que un trozo de carne para ellos- A-ah... —Se le escapó un gemido ronco mientras se corría en el interior sanguinolento del chico. —N-nmh... —Comenzó a besarle el cuello y los hombros. —P-por eso te pregunto... ¿Estás seguro de que quieres esto? ¿De que te gusta el maso...?
Zakk se deshacía en jadeos entre los brazos de Will, quien aún no se había "ablandando" y seguía en su interior, debatiéndose entre si ir por otro round o no. Pero Zakk no podía más, no podía ni hablar... Hizo un último esfuerzo.
—S-sí... —Dijo en un entrecortado hilo de voz, mientras Will se apiadaba de él, saliendo de su interior para dejarlo descansar. En algunas horas llegarían invitados, y tendría que despertarlo antes para al menos dilatarlo un poco... En el fondo, sentía algo de empatía por el pobre diablo.
Lo arropó, le apagó las luces y se fue a otra parte de su departamento.
Fin del flashback.
...
—¡A-aargh! —Soltó el hombre corriéndose en su boca, con casi todo su largo miembro en la cavidad del chico. El sujeto mantenía toda su mano presionándole la cabeza, no podía salir. Su garganta hizo un par de ruidos queriendo deglutir, y lo soltó. Zakk estaba durísimo ahí abajo.
Antes de que pudiera terminar de apartarse del cuerpo, comenzó a sentir caricias en su espalda y costados. El castaño estaba masturbándose detrás de él. Le apoyó el miembro en la espalda y le metió un par de dedos bruscamente en la boca, Zakk comenzó a lamer con empeño mientras, por detrás del moreno, vio a Will prendiéndose un cigarrillo con el miembro flácido saliendo del calsoncillo. Le pegó una calada, exhaló el humo y salió de la habitación sin siquiera mirarlo. Zakk sintió la desolación de su vida, mientras la inseguridad violaba su boca en la forma de dos dedos anchos.
La puerta se teminó de cerrar, Will estaba completamente fuera de esto, y entonces la habitación se hizo más pequeña para Zakk. Los dedos salieron de su boca, y pocos segundos después estaban en su trasero, moviéndose sobre su punto más sensible. Arqueó la espalda y dejó ser ante el placer amargo... Se sentía tan sucio... Tan usado. Entonces descubrió hasta dónde llegaba su masoquismo, que desde que Will se fue y la garganta se le cerró de tristeza, estaba más duro que antes.
El chico se encontraba arrodillado, con la espalda arqueada para que el castaño lo masturbara. El moreno se desnudó y subió a la cama, para volver a hundir la boca del chico en el sabor salado del sexo, la cual ahora era más ágil. Zakk estaba más caliente, y más triste, dos cosas que hacían que se concentrara en distraerse. Los gemidos de placer y las arcadas se amontonaban en su garganta ocupada, mientras su cabeza iba y volvía sola, mirando al moreno con cara de angelito sonrojado, mientras éste solo sonreía y jadeaba.
—M-mh... L-lo haces muy bien. —Dijo con voz susurrante y masculina.
Zakk se puso en cuatro y siguió lamiendo. El castaño metió un tercer dedo en su ano, para comprobar qué tan dilatado estaba, y se mordió el labio al ver como Zakk sacaba el miembro del moreno de su boca para soltar un gemido.
—¡Ah! —Apretó los dientes y masturbó al moreno, bajando la cabeza por el dolor y la timidez. —A-ah...
El castaño le propinó una nalgada, y el moreno le agarró la cabeza para introducirle, lenta y tortuosamente, su miembro hasta el fondo.
—A-aaah... Sí... —Decía mirando al techo, moviendo la cabeza del chico rápidamente. Las trompetas de las arcadas vergonzozas sonaban de vez en cuando.
Los dedos se retiraron y en poco sintió la punta de piedra abriéndose paso en su interior. Dolía. Ardía. Se aferraba a las sábanas como a un cinturón de seguridad en un accidente, buscando algún consuelo en su mente. El castaño se abrió paso hasta el final de su miembro y comenzó a moverse. Meneaba con una gracia diferente a la de Will, él era más drástico aún siendo delicado, éste chico lo hacía con una mezcla entre delicadeza, gracia y técnica; se movía constantemente sobre su punto de mayor placer.
Zakk frunció el ceño y pasó poco antes de que no pudiera aguantar los gemidos. Se zafó del agarre del moreno y se arrodilló herguido en la cama, abrazando la cabeza del castaño con un brazo, aferrándose a él entre gemidos, mientras masturbaba al otro chico con una mano.
—¡A-aah! ¡Aah! —Soltaba en su oído mientras besaba su cuello, apretando fuertemente el miembro del otro, que se mordía el labio apreciando su desnudez.
El moreno se abalanzó sobre él y comenzó a acariciarlo, arañarlo, besarlo y morderlo como un animal salvaje. Lo tomó de la cintura y recorrió su escuálido cuerpo con manos calientes y pasión sadista, hasta correrse en su vientre, mientras Zakk esparcía el líquido espeso en su piel, entre gemidos y gritos por la brusquedad creciente del castaño.
El que tomaba su trasero tomó una pierna y la levantó a la altura del incio de sus costillas, embistiéndolo como una fiera. Entonces temió su contextura física y el dolor se cirnió sobre él, envolviéndolo con su desoladora presencia. Agarró de la mano al valor y al esfuerzo, y bailó en el dolor.
—¡A-aagh! ¡Argh! —Abrazándose con fuerza al pelo del castaño, el moreno comenzó a besarlo, mordisqueando sus labios de vez en cuando. Acarició su costado hasta llegar a sus caderas, entonces se lamió un dedo y lo introdujo lentamente en su ano junto con el miembro del castaño, el cual no dejaba de embestir. —¡N-nh! —Zakk se escondió su expresión de dolor en el hombro del chico, mientras el moreno sadista lo miraba con ojos de animal salvaje, comenzando a pellizcar sus pezones.
...
"N-no voy a aguantar...", deliraba su mente agotada. "Duele mucho... Se me c-cierran los ojos...". Su cuerpo estaba anestesiado, completamente relajado sobre el castaño que sostenía sus piernas abiertas, pero él no lo sentía. Su tacto estaba apagado. Su piel, lacerada de chupones, saliva, pellizcos y mordidas. Encima suyo, lo único que miraba era el cuerpo esculpido del moreno y la escencia de su indiferencia ante el dolor del chico, mientras seguía embistiéndolo como un animal, cuando este no tenía fuerzas ni para seguir gimiendo, lo único que sentía era el dolor centralizado en su entrepierna.
Pero sabía cuál era su deber.
—A-aah... S-sí... —Susurraba con voz apagada. Él había pedido esto, no podía tirarse atrás ahora. Cerró fuertmente los ojos y miró a un costado. —M-más...
Entonces el moreno lo miró, y le propinó un buen par de embestidas desgarradoras. El castaño y su compañero compartían espacio en el apretado agujero, el de abajo solo miraba al techo, jadeando por los roces del que se movía. Los gemidos en la oreja de Zakk se iban haciendo más fuerte, el castaño se iba a correr de nuevo.
—¡A-aah! —Soltó en su oreja. —A-aaah... Ha-haa... —Dejó libres sus piernas y abrazó su cuerpo, mientras volvía a besar y lamer la enrojecida piel de su cuello y espalda.
El moreno dio una última embestida antes de terminar también, y cuando ambos salieron para hacerlo sentir vacío, sucio y agujereado, la consciencia de Zakk terminó de desvanecerse. Se durmió.
...
En la cocina del departamento de Will, se escuchaban risas y vasos de whiskey corriendo en la barra, pasando la enigmática puerta blanca, el castaño y el moreno iban acabando su corta velada con Will.
—Chicos, muchas gracias por pasar a visitarme de nuevo. —Decía el propietario del departamento entre carcajadas ebrias.
—Oh, por favor, no es nada. —Decía el moreno con el peinado de Elvis deshecho, una medida de whiskey en la mano y vestido solo hasta las caderas, pues aún estaba sin camiseta. —Siempre tienes lo que estoy buscando... —Dijo dándole un par de palmaditas en la espalda. Bajó esa medida de whiskey y, entre risas, dijo. —Te conseguiste un lindo chico esta vez.
—Sí, lo mismo digo. —Mencionó el castaño, ya completamente vestido, sentado en la barra y debatiendo la medida de whiskey en su mano. Él tenía que conducir luego de esto. —¿Cuánto me dijiste hoy que salía?
—Doscientos dólares. —Dijo Will, con un aire de orgullo burlón en su sonrisa.
—¿Lo pagamos a medias? —Dijo el moreno mirando a su compañero mientras se ponía su camiseta.
—Sí. —Ambos pusieron cien dólares sobre la mesa y Will los guardó en una especie de mini-caja fuerte oculta tras un enchufe (Ese típico enchufe que, supuestamente, "no funciona"). Y, al ver esto, el castaño unió un par de neuronas y frunció el ceño en una sonrisa.
—... Espera, espera, espera. —Dijo y soltó un par de risitas, mientras todos lo miraban con curiosidad. —¿É-él no sabe que lo estás vendiendo? —Dijo entre risas. Will rió tambien.
—N-no. —Contestó entre carcajadas ebrias. Ambos se descostillaron de la risa.
"Eres un maldito". "Quién lo diría". "Vaya novio del año". Frases como esas volaban por sobre la barra entre risas alcoholizadas. En el fondo, a nadie le importaba. Ni siquiera a Zakk que, en ese momento, cuando afinando el oído habría tenido una oportunidad de conocer la verdad, dormía en la cama del mercenario enemigo al que le decía "te amo".
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One-Shots Yaoi
RomanceEste es un rinconcito en donde iré tirando todo lo que mi perturbada mente produzca entre dos hombres. Disfruten, salidxs ♡