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- ¿Te divertías en el hospital el otro día?

- No lo niego - me responde Skai con una sonrisa.

- Estas loca - suelta mi hermano. 

- No me conoces, amor.

Me entra un escalofrio. Skai y mi hermano, no.

- Estoy aquí por dos razones: -empieza mi hermano - 1: indagar sobre mi vida personal y 2: mi hermana. Supongo que no hace falta que te explique todo el problema y por qué tú eres la principal sospechosa. Cuchillo, sangre, blah blah blah. Y te quiero recordar que Arthur es tu maldito amor platónico y tu estás como una cabra.

Mi hermano nunca había memorizado tanta información.  Se estaba esforzando, así que supongo que se merecía la recompensa.

- ¿A si?¿Y cuándo puedo entrar en tu vida personal?

De nuevo el escalofrío.

- ¿Puedes ser un poquito seria? - la grité - ¿por qué hiciste la broma del hospital?

- Katrina no te merece. Aléjate de ella antes de que te arrepientas. Katrina ya no volverá a ser la misma, asumelo y buscate una nueva vida.

Estaba perdiendo los nervios. Me volví hacia mi hermano, y por un momento en su cara vi comprensión. ¿En serio creía eso? Sin embargo luego me devolvió la mirada y su cara adoptó otra expresión.

- ¿Intentaste matar a Arthur o no? - la preguntó.

- ¿De qué hablas? Mira, vosotros no me conocéis, así que dejad de hacer interrogatorios a la gente en mitad de un maldito parque. Nicole, creo que alguien te tiene que poner las cosas claras.

- ¿Qué quieres decir? ¿Entonces quien lo hizo?

- Tienes que empezar por explicármelo. Creo que le estáis haciendo daño. Creo que está bastante desesperado. Sois un asco.

- ¿Quieres decir que intentó suicidarse? - preguntó mi hermano.

Skai negó con la cabeza.

- Quiero decir que no sé lo que ha pasado, pero haré todo lo que pueda para que nada de esto le vuelva a pasar, y si eso implica que no le pongáis una mano encima, lo haré.

Le lanzó un beso al aire a mi hermano y se fue.

- Vaya, ahora es wonderwoman. -
dijo mi hermano.

Pero yo ya no estaba ahí. De alguna manera, no recuerdo bien, fui corriendo a mi casa, subí las escaleras, y hundí mi hocico en la almohada.

MemoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora