Capítulo 2

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Estaba en aquella fiesta sola ya que mi querida amiga había salido a tomar un poco el aire. Tardaba demasiado entonces empecé a beber, copa tras copa sin control pero me aburría allí dentro sola así que fui a ver el barco de nuevo.
Iba tambaleándome de un lado al otro del barco, con la copa en la mano. Llegué a la proa del barco, me apoyé en una de las barandillas de este y me quedé mirando al mar durante un buen rato, esto supuso que en mi rostro apareciera una pequeña sonrisa. Pero esta tranquilidad duró muy poco ya que una persona interrumpió mis pensamientos.

X: ¿qué haces aquí tan sola? *se coloca a mi derecha y me imita mirando al mar*

Yo: ¿te importa? *me llevo el vaso a los labios y lo elevo un poco para que caiga un poco de líquido*

X: deja de beber Talia *me quita el vaso de las manos*

Yo: Dani dame ese vaso ahora mismo *me pongo seria*

D: no te lo voy a dar, no puedes seguir bebiendo así, mira como estás joder *tira el vaso al mar*

Lo miro con cara de asco y dándole un empujón para apartarlo del camino, empiezo a caminar apoyándome en las paredes hacia mi camarote. Me paraba cada dos minutos ya que todo me daba vueltas debido a todo lo que había bebido.
Empiezo a notar unas manos sobre mis caderas, que me ayudan a caminar.

X: ¿vas mejor? *susurra a mi oído y aunque no lo veo se que está sonriendo*

Yo: sí, pero ya me puedes soltar, puedo andar yo sola *intento quitar sus manos de mis caderas pero no tengo fuerzas*

X: no, no estás bien, te puedes caer en cualquier momento y hacerte daño

Empiezo a marearme un poco y mi acompañante se da cuenta de ello. Me doy la vuelta y apoyo mi cabeza en su pecho y él me enrolla con sus brazos tiernamente.

Yo: Dani llevame a la mi habitación por favor, todo me da vueltas *susurro con los ojos cerrados*

D: claro vamos, te acompaño

Lo último que recuerdo fue como Dani me cogía como una princesa, rodee su cuello con uno de mis brazos apoyando mi cabeza sobre su hombro y cerrando así los ojos.

Me despierto cuando unos pequeños rayos de sol chocan con mi rostro y hacen que abra los ojos poco a poco. Me froto los ojos con apenas unas pocas fuerzas. Miro a mi alrededor y veo a mi mejor amiga completamente dormida. Me incorporo poco a poco, me empieza a doler la cabeza con fuerza, así que decido vestirme e ir a desayunar para después tomarme una pastilla. Tardo un poco en el baño ya que no encontraba nada que ponerme, hasta que opto por unas mayas y una camiseta corta acompañada de mis zapatillas de deportes.
Salgo de la habitación y no podía creer lo que estaba viendo en ese momento, pero bueno eso no es cosa mía, le pertenece a María.
Bajo al comedor y pillo un par de piezas de frutas y me siento en la terraza sobre una hamaca, para mirar el cielo azul.

X: ese no es un buen desayuno después de la resaca que tienes que tener chica *se sienta a mi lado mientras se pone sus gafas de sol*

Yo: como si te importara *le quito las gafas y me las pongo ya que me molesta la luz del sol*

X: eii mis gafas *ríe débilmente y se hace el enfadado* vamos dámelas anda no seas mala

Yo: no no *río* ahora me las quedo, vamos Dani reconoce que a mi me quedan mejor que a ti *le doy un bocado a la manzana*

D: dámelas o te las verás conmigo *me reta con la mirada*

Yo: que miedo me das Oviedo *lo provoco y me levanto de la hamaca donde estaba sentada*

D: *me agarra con sus manos de la cintura y pega mi espalda a su pecho* dámelas o te hago cosquillas

Me doy la vuelta lentamente mientras sonrío, coloco mis brazos al rededor de su cuello y me voy acercando poco a poco a su oído y termino susurrándole un mensaje.

Yo: ¿y si no te las doy? *acompaño el susurro de una pequeña risa*

D: te haré cosquillas hasta que no puedas parar de reír *susurra a mi oído*

Yo: ni se te ocurra eh

Me separo poco a poco dando pasos hacia detrás. Termino chocándome con una de las paredes del barco y el chico que tantas ganas de hacerme cosquillas tenía, me acorraló entre sus brazos, quedándose muy pero que muy cerca de mis labios. Mi respiración comienza a acelerarse tanto como la suya. Observa todo mi rostro, se fija en cada detalle, en cada imperfección hasta que termina chocando nuestras miradas. Noto como cada vez está más cerca de mí, no quiero que me bese, es más, no me puede besar.

¿Por qué no te puede besar? Si lo estas deseando.
¿Tú siempre en el peor momento?
Así soy yo chica.
Desvanece de una vez.

No puedo dejar que lo haga. Me quito las gafas con rapidez y las dejo caer en el suelo sin querer. Ando lo más rápido que puedo a mi habitación. Si voy allí me va a encontrar, tengo que buscar otro sitio. Ando, es más bien, corro por los pasillos de aquel monstruoso barco buscando un sitio donde estar sola, necesito pensar en lo que podía haber pasado hace unos minutos entre unos de los Oviedo y yo.

¿Podría haberme besado? ¿A mí? No, no y no. ¿En qué estaba pensando este chico? ¿Creía que me iba a dejar? Pues iba equivocado, no me iba a besar con una persona que solo me ha dado problemas y más problemas. Que solo me ha hecho la vida imposible. Nunca os he contado esto pero... hubo un tiempo en el que los Oviedo y yo éramos inseparables.
Sobre todo Dani y yo. Pero dicen que un día todo lo bueno se acaba, que lo bonito se vuelve feo y el amor se convierte en odio. Sí, lo que escucháis. Él y yo hubo un tiempo en el cual estuvimos saliendo, para el instituto eramos la pareja perfecta, hasta que llegó aquella chica. La chica perfecta para él, llegué a pensar que no se dejaría llevar por el físico de la personas, pero esto no fue así.

Un día los pille enrollándose en el mismo parque en el que nosotros juramos no separarnos nunca, en el mismo parque donde nos dimos nuestro primer beso, en el mismo parque donde me pidió que fuera su novia. Pero como os dije antes todo lo bonito se acaba y como dicen, del amor al odio solo hay un paso.

#FLASHBACK#

Enserio no puedo querer más a Dani, es diferente a todos los demás. Me quiere y yo lo quiero a él. Pero me preocupa un poco ya que lo he llamado varias veces y no contesta, así que he salido a buscarlo. Sé perfectamente donde está, está en ese parque donde hemos jurado estar siempre juntos.
Llego al parque y busco nuestro banco, pero hay una pareja sentada, dándose amor mutuamente. Paso por su lado y no puedo evitar mirar para saber quien son. Me quedo paralizada al ver a mi chico, es decir, al Oviedo con la chica nueva. Me pongo frente a ellos y los interrumpo.

Yo: anda, hola Oviedo ¿tu por aquí? *intento contener las lágrimas*

D: *me mira sin saber que decir* y-yo...

Yo: *lo interrumpo* ni te molestes, lo nuestro ha terminado *me doy la vuelta para irme*

D: *se levanta deprisa y me coge del brazo* Cielo,por favor perdoname...

Yo: *me suelto bruscamente* no me vuelvas a tocar, no me llames cielo, ya para ti no soy nada. Es más para ti, ya no existo *aprieto la mandíbula aguantándome las lágrimas y salgo de allí corriendo*

Él llora desconsoladamente y grita mi nombre repetidas veces. Pero yo no me doy la vuelta, no quiero escuchar nada que venga de él, no quiero que me mire, no quiero que me quiera, para mí, él, está muerto.

#FIN DEL FLASHBACK#

Bueno pues ya me conocéis un poco más. Últimamente está muy raro conmigo, pero me da miedo de que vuelva a pasar lo de la otra vez. Así que aunque me duela mucho, no voy a hablar más con ninguno de los Oviedo mientras esté en esta travesía.

Me limpio algunas lágrimas que han salido de mis ojos al recordar esta horrible pesadilla, pesadilla que hizo que me diera cuenta de muchas cosas e hizo que me quitara esa corona de princesa que me puso Dani para ponerme esta estúpida armadura que ha hecho que muy pocas cosas me afecten.
Miro el reloj y son solo las 10 de la mañana, y ya que iba vestida con ropa de deporte, baje al pequeño gimnasio que tenía el barco. Un poco de deporte nunca viene mal.

María Donde viven las historias. Descúbrelo ahora