Capítulo 7

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Después de que mi gran amiga le dijera a Jesús que me tirara a la piscina no he vuelto a verla más ni a ella ni a Dani, cosa que me tiene algo inquieta. Se que estando con Dani no le va pasar nada, pero aún así estoy preocupada.
El chico de ojos marrones me mira divertido y yo le devuelvo la mirada retándolo. Comienza a acercarse y sé las intenciones que tiene. Quiere hacerme cosquillas. Empiezo a retroceder como puedo dentro del agua, pero me choco con el bordillo de la piscina, sí, todavía seguíamos dentro. Jesús pega su torso desnudo al mio tanto que al respirar mi pecho chocaba con el suyo. Coloca sus manos en mi cintura, rozando su meñique con la liguilla de mi traje de baño y se acerca a mi oído.

J: ¿preparada para las cosquillas? *ríe levemente*

Yo: Jesús cosquillas no por favor *no puedo evitar reír un poco*

J: si no quieres cosquillas tendrás que contarme de ti y de tu infancia

Yo: em... está bien, pero tu has de hacer lo mismo *lo miro levantando una ceja*

J: eres lista *sonríe* no pensé que ibas a contra atacarme con lo mismo

Yo: ya ves, he aprendido de ti

No lo dejo hablar y me salgo por uno de los lados de la piscina, apoyando los brazos en el bordillo, dejo caer todo el peso en estos y saco mi cuerpo del agua. Escurro es exceso de esta misma de mi cabello rubio y de mi cuerpo mientras camino hacia las toallas. Al llegar cojo la primera toalla que puedo y me la pongo por encima. Creo que es la de Jesús, pero aún así me seco con ella. El chico de ojos marrones llega algunos segundos después que yo y se queda mirándome.

J: dame mi toalla anda *ríe extendiendo una mano*

Yo: aii no, coge tu la mía que estoy a gusto con la tuya *le saco mi mejor sonrisa*

J: *ríe levemente y coge mi toalla* sientete afortunada, esa toalla no la toca ni mi hermano, era de Adriana... *mira a otro lado*

Yo: *me quedo en silencio algunos segundo y me la quito* no, no Jesús toma esta toalla, no sabía que era de ella y la he cogido sin permiso, perdoname

J: pontela, si no pasa nada, pero verte a ti que físicamente eres igual a ella con su toalla me hace recordar los bonitos momentos que pasamos juntos *me sonríe* pontela o cojeras frío boba

Yo: me da cosa, no sé... *me quita la toalla de las manos y me la pone él sobre los hombros*

J: no va a pasar nada, además seguro que ella estará contenta de que una chica como tú se seque con su toalla *ríe*

Yo: gracias por el piropo *río*

Jesús se sienta en una de las hamacas todavía tapado con la toalla y mira como extiendo el protector solar por todo mi cuerpo, uniformemente y sin dejar ninguna mancha blanca. Me pongo un poco en las manos y me extiendo la crema en la cara mientras me reflejo en el móvil del chico que está frente a mi.
Empujo mi hamaca hasta ponerla más cerca de la de Jesús, para no tener que estar gritando mientras le cuento una mentira tras otra de mi infancia. Si os digo la verdad no me acuerdo de nada hasta hace un par de años. Mis padres no quieren contarme mucho tampoco, ya que dicen que mi infancia fue como todas, normal; niña que no daba problemas, hacía lo que me decían y era muy educada. Pero el no recordar nada me hace pensar lo peor de mi pasado. No me acuerdo ni de mi primera comunión. Al ver fotos no recuerdo nada, nada me viene a la cabeza. Ni nombres, ni lugares, nada, nada me hace recordar mi infancia.

J: bueno, pues cuentame de tu infancia *se seca el pelo*

Yo: em... sí claro, ¿qué quieres saber? *le sonrío intentando disimular mi nerviosismo*

María Donde viven las historias. Descúbrelo ahora