Capítulo 5

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Han pasado dos semanas desde aquel bonito acontecimiento que duró menos de lo que yo esperaba. Si, os hablo de aquella tarde en mi camarote, donde por supuesto no deje que Jesús me besara. Como ya le dije a él y a muchas personas no quiero sufrir y si me beso con una persona ya tengo que estar muy pero que muy segura de que lo quiero de verdad y también tengo que estar segura de que no me engaña y que me quiere de verdad.
Aquella tarde la pase muy bien. Algo me decía que Jesús era diferente pero claro, tengo tanta mala suerte que todo me sale mal, o alomejor no me quise dar cuenta de la realidad. Pero un día me quité la venda de los ojos, un día cambio mi perspectiva de Jesús. Me di cuenta de que siempre fue el mismo, siempre fue el mismo gilipollas mujeriego y chulo. Tuve que darme cuenta de que nunca cambiaría, tuve que darme cuenta de lo que me estaba haciendo, en este caso la tonta fui yo al confiar en él. Mi relación con Jesús Oviedo sigue siendo la misma de antes, alomejor incluso está peor. Palabras mucho más bordes que antes, muchísimos más gestos de asco y todo por la asquerosa sin cerebro de Nicoll. Sí, esa chica tiene el don o la capacidad de que los chicos caigan en su red como moscas, que hagan lo que ella quiera, parece que cuando están con ella todo el mundo se desvanece y ella se convierte en la reina de este mundo. Pero mi inocencia me jugó una muy mala pasada. Hizo que creyera en el mayor de los Oviedo cuando no debería haberlo hecho. Le conté mi mayor miedo y aun así cuando él prometió no apartarse de mi lado, lo hizo y fue en el peor de los momentos.

Ahora mismo me encuentro fuera de otra de las fiestas que han habían hecho mis compañeras de clase junto a algunos chicos. Estoy muy pero que muy bebida, solo me limito a tomarme una copa tras otra, sin pensar en nada. En este mismo momento solo quiero caerme por la borda y morirme ahogada. Pensareis que estoy loca, pero es lo que tengo ganas de hacer. Quiero desaparecer desde asqueroso mundo y dejar que la gente sea feliz sin mi.

Yo: fui una estúpida, ignoré el presente y ahora me está haciendo mucho daño y todo por su culpa, todo... *me vuelvo a llevar el vaso a los labios y lo inclino para que su liquido moje mis labios*

X: una vez te prometí que no dejaría que te hicieran daño y mi promesa sigue en pie, así que cuentame que te ha pasado *escucho sus pasos acercarse a mi*

Yo: vete de aquí Oviedo *repito la acción de antes*

No me hacía falta verlo para saber quien era, estaba harta de oír esa voz por los pasillos, una y otra vez. Pero faltaba la voz chillona de aquella chica rubia que lo acompañaba a todas partes, de la cual estaba ya harta.
Apoyo mi cuerpo en la barandilla del barco, a ver si tengo la suerte y me caigo de una vez. Todo está en silencio, solo se escucha la música de la fiesta de fondo, pero era casi inaudible.

X: no voy a irme, me digas lo que me digas

Tenía la vista borrosa pero aún veía un poco, o alomejor solo veía lo que me importaba o lo que yo quería. El chico que acababa de hablar terminó por colocarse a mi derecha y a mirarme fijamente, sin decir nada, sin mover un solo músculo, solo se movía su pecho ya que estaba respirando, lo que significaba que seguía vivo.

Yo: si no lo haces tú, lo haré yo *junto a mi vaso y a mis pequeños tambaleos me siento en una hamaca*

X: *se sienta a mi lado* deja de beber ya por favor, mañana te dolerá muchísimo la cabeza, no te podrás levantar de la cama

Yo: como si te importara... *pongo cara de asco* y ojalá me duela tanto la cabeza que muera de una vez *recojo mi pelo en una coleta mientras aguanto el vaso con mis piernas* vete ¿si, Jesús?

J: ya te he dicho que no lo haré, me digas lo que me digas y ahora explicame quien te ha hecho daño *me quita el vaso y lo tira al mar*

Yo: ¿que haces?! Joder estaba entero *bufo y miro a otro lado para no mirarlo más* que no te lo voy a decir ¡pesado! *recalco la última palabra*

María Donde viven las historias. Descúbrelo ahora