-Tus horarios serán a las 6:30 de la mañana, la familia Greenwood almuerza a las 7:00 am ya que los menores van al colegio y los mayores a sus respectivos empleos, la señorita White la esperara puntualmente- dijo la señora Mackenzie una mujer muy estirada y guapa, tiene unos ojos verdes hinopticos, su color se veía tan irreal, parecía que pudieran escanearnos, se veía que era de carácter fuerte y gracias a eso ninguno rechisto en ningún momento, ella nos mostraba a mis amigos y a mi donde serían las áreas en las que trabajaríamos. La señora Mackenzie me hacía sentir tanta presión, ya tenia tiempo sin sentirme así por parte de alguien, bueno aparte de la policía, pero nadie mas a parte.
La mansión en la que trabajaríamos es excesivamente grande los pasillos que recorrimos parecían ser tan frágiles y lujos, Y a la vez parecían como si nos vigilaran, puedo jurar que mi cara era igual que la de una niña de cinco años sorprendida por la majestuosidad que aguardaban aquellas paredes, pero no sentía ningún gusto de estar ahí, mi sentimiento era un torbellino de temor enojo y desprecio.
Los cuadros del pasillo eran de paisajes y arte abstracto y los marcos de color oro también habían esculturas y jarrones, pero no reconocí alguna obra que no fuera de alguno de los artistas que yo conozco, mis convers rechinaban contra el piso mientras que los tacones de la Señora Mackenzie sonaban lujosos, el sonido de los tacones eran distintos a lo que usualmente suenan o tal vez es porque a los lugares que voy en zapato alto es demasiado ruidoso y nunca logró escucharlo, sin embargo ahora era un sonido seco pero elegante, Mackenzie se detuvo en frente de una enorme entrada blanca de doble puertas ambas blancas con un círculo como ventana en cada uno, puedo deducir que es la cocina.-Está es la cocina- pronuncia Mackenzie, siento como si ella creyera que estuviera demasiado estúpida como para no darme cuenta de lo obvio.
-Las reglas te las dará la señorita White- dijo abriendo una de las puertas dejándome pasar, la cocina era mas grande que cualquier habitación que yo haya visto << Maldición>> susurre, todo se veía tan blanco y pulcro con miles de máquinas que era la primera vez que veía, con suerte se hervir agua, pero lo que más me llamó la atención que una chica rubia de cabello corto, lentes de contacto y ojos azules me veía detenidamente, llevaba puesto una gabardina rosa y pantalones blancos.
-Hola soy Aidana- Me presente estirando la mano, ella la tomó con velocidad y fuerza, ella y me jalo quedando a pocos sentimientos de mi rostro.
-Te diré esto de la forma más amable que pueda ¿Ves a alguien aquí aparte de mi?- me dijo solo empujándome.
-No- Respondí con algo de temor pero tajante.
-Eso es porque está es mi cocina, yo mando aquí, no necesito ayuda de una chica delincuente y no pienso arriesgar mi carrera por tu culpa, así que desde ahorita ten claro que aquí siempre, ¡SIEMPRE! se hace lo que yo diga ¿Entendido?- dijo mientras me lanzaba un mandil a la cara.
-Yo tampoco quiero estar aquí- dije suavemente -Me obligaron, así que no creas que...- fui interrumpida al ver que ella se ponía los auriculares y me ignoraba mientras picaba vegetales sobre una mesa lisa, así que pensé hacer lo que mejor se hacer y es llamar la atención, así que de un brinco me senté justo enfrente de ella, empuje la verdura a un lado pero aun tenía el cuchillo en la mano y lo clavo en la madera atrapando en ella la manga de mi suéter y yo le arrebate los auriculares.
-Si queremos llevarnos bien tendremos que intentarlo "Jefecita"- ella me observó como si lo estuviera pensando.-Soy Luciana, pupila- dijo estrechando mi mano.
-Yo Aidana- retiro el cuchillo y soltó una leve sonrisa.
-Me agrada tu carácter- fue lo único que dijo, después me paso un cuchillo y frutas, y me pidió que los partiera en cuadritos.
Salí a las 10:00 de la noche esto es ser explotada, pero al terminar el día, había socializado con Luciana, al parecer tenía una niña llamada Gala y ella tiene 21 años y su hija 3 años, y descubrimos que tenemos mucho en común, mis amigos nos los vi hasta llegar la noche pero al parecer no los voy a ver muy seguido gracias al trabajo.
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Corazón de Hielo
RandomLas miradas las risas los sueños es algo que comparto con todos excepto mi pasado eso simplemente lo callare y seguiré caminando.