Corazón de Hielo

Capitulo 9 "Día Libre"

En un reino muy muy lejano una chica actualizo al fin su novela de hace 1500 años.

Espero que les guste y déjenme su voto y un comentario para saber si les gusta la novela Gracias.
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Un hombre de traje está tras un escritorio esperando a una persona, el hombre se siente nervioso e impaciente, no sabe cómo calmarse ya que el hombre al que estaba apunto de ver le ponía los pelos de punta, tal vez se sentiría menos intimidado si los dos guardias de la puerta no pareciera que tienen la orden de romper cada hueso de sus 206 huesos y sus 230 articulaciones, de repente se escuchó la puerta de madera a su espalda abrirse.

-Buenas tardes Bullock- Pronunció aquel francés, con su español forzado y difícil de entender, un hombre de aspecto imponente, un hombre alto con un corte de cabello moderno que es corto de los lados y largo de enfrente, pero lo más llamativo de el no es su mirada, son aquellos ojos verdes azulados, no es por su atractivo es porque su mirada refleja odio, sabes que mientras el tenga esa mirada en ti, es porque tu vida corre riesgo.

-¿Alguna noticia nueva?- me estremeció esa pregunta.

-No, mi señor, perdimos el rastro en Londres- el se movió de un lado a otro para acercarse a su barista personal, preparado para tener cualquier bebida que él pidiera, todos hacían lo que él quería pero algo lo mantenía molesto desde hace ya 2 años, el tomo dos Diamond Sterling, uno me lo ofreció aunque tenga un severo problema en con el alcohol tendré que tomarlo, lo acepte.

El toma un trago de su bebida se ve como pasa por su garganta la cual esta cubierta de tatuajes desde el cuello hasta los pies, el único lugar que no estaba tapizado de tatuajes a la vista era el rostro.

-Mi querido amigo Bullock- suspira- Imagina esto- da otro sorbo a su bebida pero esta vez observa cuidado el vaso con un solo ojo, su expresión se veía relajado. -En alguna parte de este sucio planeta, se encuentra la mujer de mi vida- se expresa y su puños se empieza a cerrar. -Una mujer hermosa, amigo mío- se acerca a una foto que tiene en su escritorio, la contempla por un momento una sonrisa llena de cariño se hace presente, pero es obvio que no solo es cariño lo que siente si no obsesión, me la muestra. -¿Acaso no es hermosa la Señora Lamour?- me pregunta.

-Por supuesto, es muy bella- digo casi sin observar bien la foto.

-Por favor amigo mío vela bien- se cruza de brazos y se sienta encima de su escritorio y me mira atento, bajó la vista a aquella foto que él me entrego, en ella vi a una joven de cabello castaño claro, su mirada era de alguien igual a él, alguien con la que nadie se debe meter, sostenía a una pequeña niña, una niña de cabello castaño con ojos risado, ojos de un color azulado iguales a los de el hombre que tengo enfrente.

-Son unas bellezas, ¿no es así?- me pregunta orgulloso porque sabe la respuesta.

-Por supuesto, lo son- respondí.

-Bueno ellas son las mujeres que amó, hace años hice algo muy estúpido y deje que ellas tomaran sus cosas y se fueran, pero ahora quiero que regresen, ella y mi hija, así que tu trabajo es encontrarlas, si me decepcionas...- tomó su copa y lo lanzó contra la pared, solo se escuchó se rompía en mil pedazos.-Si no regresas la próxima vez que te hable dandome una dirección, me encargaré de que sufras, de que sufra cada parte de ti y mis hermanos me ayudaran en eso - señaló a los guardias de la puerta - Y no dejaré de hacerlo hasta que me entregues los resultados que espero, ¿Entendiste?-.

Yo asentí con la cabeza.

-Si Señor Dimitri- el puso una mano en mi hombre

-Amigo- dijo como si nada hubiera pasado -Por Favor- sonrió -Dime Señor Lamour-. esa fue una clara señal de que no podré salvarme de ninguna de sus amenazas.