Capítulo 3 "Los Hijos"

190 18 5
                                    

Las dos semanas siguientes paso enseguida, no lo pasamos en nuestros respectivos trabajos, yo trabajo como barista en un antro muy concurrido así que yo duermo en el día y trabajo en la noche, Ethan siempre esta cambiando de distintos trabajos no tiene uno fijo más que el de prosti que supongo es el que le deja más dinero, Mark trabaja en un pequeño local de cómics, aun no se si eso se Concidera trabajo y bueno Blake trabaja en un restaurante, yo di mi carta de renuncia gracias a que ahora trabajare para los señores Greenwood.

-Me sorprende tu renuncia Srita. Aidana- dijo mi jefe Jeff, un hombre regordete con bigote y siempre un puro en su boca no tiene ningún atractivo es un viejo rabo verde que siempre nos intenta ligar a nosotras sus empleadas.

-Si, señor me ofrecieron una oferta de trabajo que no puedo rechazar- el hombre solo se limitó a sonreír.

-Aidana reconcideralo, sin ti este lugar pierde uno de sus atractivos- No se si eso es un alago o no.

-¿O acaso conoces a otra chica que sepa de bebidas?- Yo negué con la cabeza es algo cierto, eso atraía a la gente, yo solo me límite a sonreír y a negar.

-Dime, si es por el dinero lo podemos hablar- se veía con intención de convencerme.

-Lo siento Jeff es algo personal- el solo le dio una calada a su puro y siguió hablando diciendo estupideces como el aumento de sueldo, y se me pagarían mis horas extras, yo agarre mi mochila y salí de ahí y dedique a despedirme de mis compañeros, la siguiente semana iniciaba mi primera semana en la mansión Greenwood.

(...)

La alarma del celular sonaba tan fuerte que parecía un terrible terremoto en mi cabeza nunca me e acostumbrado a levantarme temprano pero tengo que cumplir con las reglas de la mansión, voltee levemente a ver mi despertador y vi que eran las cinco de la mañana, debería de ser pecado levantarse a esa hora, en cuanto me levante escuche la alarma escandalosa de Ethan y sus gritos.

-¡AIDANA!- Ethan entro a mi habitación aun en boxers y sosteniendo su alarma en las manos.

-¿Que paso?- Joder tenia que molestarme con sus gritos a esta hora lograra que me de migraña.

-La alarma no se calla y no me deja dormir- parecía un niño pequeño que le acaban de negar algún berrinche.

-Para eso son los despertadores para despertar- Sabia a la perfección que el como yo nunca se a levantado tan temprano, la alarma volvió a sonar y el grito como idiota lanzandolo y aventandose a un lado de mi cama.

-Oye genio, no nadamos en dinero como para que tu rompas las cosas- el solo me saco en dedo del corazón y se volvió a dormir << Que haría sin este idiota>>. Tras todo este show con Ethan decidí arreglarme para ir a la mansión.

Todos los días o al menos los de estas ultimas semanas e estado caminando por la misma calle de mal a muerte para ir a la mansión, las calles empedradas, provocando que el caminar sea completamente difícil, provocando que termine con dolor de pies, topandome con el mismo vagabundo vestido de andrajos y totalmente desalineado, su cara llena de polvo y con los mismos zapatos agujerados, Junto a el los mismos grafitis, de vez en cuando les hacen una que otra modificación; pero se siguen viendo iguales, son solo garabatos para mis ojos y más adelante la chica de los adornos para celular, escuchando música con sus auriculares y su rostro con desesperación notable.

Todo eso mientras mis pasos cansados seguían su camino, lentamente solo seguía adelante y mi miraba clavada en mi libro favorito "Orgullo y Prejuicio" y mis lentes de sol, tapaban mis notables ojeras mis hombros pedían a gritos un descanso ya que llevaba la mochila con el uniforme de trabajo y varias revistas de cocina, en estos momentos extraño mi Harley Davidson mi motocicleta negra, mis pantalones oscuros me empezaban a matar lentamente, jamas en mi vida había caminado tanto, de repente sentí mi celular vibrar en mi bolsa trasera, era un mensaje de Luciana.

Corazón de Hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora