Capitulo 24

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Capítulo 24

Yo temblé, nunca había visto a mi madre tan enfadada.

-Lo siento, mamá -. Sacudí mi cabeza. -No puedo.

Mi madre se irguió. Echó a su antiguo marido una oscura mirada y entonces se volvió y se alejó de la casa. Me estremeci cuando la puerta de la calle se cerró de golpe detrás mio.

-Selene se calmará, ______________[tn]-dijo mi padre con cuidado. -Tú sabes cómo se pone tu madre.

- Selene no me perdonará, papá -mi voz baja y espesa por las lágrimas. -Nunca. No más de lo que ella alguna vez te perdonó.

- ___________[tn] -la voz de Michael era suave, apacible mientras sus brazos se envolvían alrededor mio, apoyándola.

Qué sensación tan perfecta, pensé, ser sostenida tan apretada, tan cálidamente contra él.
¿Pero cuánto tiempo duraría esto? ¿Cuánto tiempo podría esto durar? Yo lo amaba, ¿pero cómo podía él amarme?, yo tenía mis propios deseos; mis necesidades poco naturales, ¿harían que perdiera el amor de la única persona que realmente alguna vez había deseado?

La pregunta me persiguió durante el resto de aquella noche. Michael no vino a mi cama. Por primera vez en seis noches, no estuvo a mi lado, tentándome, excitándome con su cuerpo y su lujuria. Permanecí en medio de la gran cama, observando silenciosamente el abovedado techo, sintiendo cómo la soledad de la habitación me sofocaba. Que Dios me ayudara, ¿Si no podía pasar una sola noche sin él, como podría hacerlo durante el resto de mi vida?

¿Qué había hecho? Mi deseo de experimentar con él lo mismo que sus otras mujeres ¿Había provocado mi caída? ¿sus celos y su lujuria habían arruinado la única posibilidad que tuvo de hacer que lo amara? Tragué intentando aliviar el nudo de miedo que se me formó en la garganta. Siendo realista, sabía que las posibilidades de capturar su corazón eran minúsculas. Simplemente no había esperado que terminara así en tan poco tiempo.

Al comprender que no podría dormir,me levanté, poniéndome la túnica de seda color bronce colocada a los pies de la cama y anudándola fuertemente. Metí mis pies en unas suaves zapatillas que hacían juego y abandoné la habitación. Prefería sentarme en la cocina ahogando las penas en el helado de menta y chocolate que mi padre siempre tenía a mano.

Cuando entré en el pasillo, observé la brillante luz que se derramaba desde la cocina. Me paré sorprendida en la puerta. Vestida con una gruesa bata, con su rubio pelo atractivamente desordenado y su sorprendentemente preciosa cara sin maquillaje, estaba sentada Helen, comiendo de un tazón, helado de menta condimentado con chocolate, y la tentadora caja delante de ella.

- ¿Las grandes mentes piensan lo mismo? -Helen me dirigió una sonrisa al alzar la vista, agitando la cuchara que tenía en la mano, me señaló el armario. -Cógete un tazón.

Me acerque al armario e hice justamente eso, sentándome después al otro lado de la ovalada mesa y tomando una gran porción.

-Nada relaja los nervios como la Menta con Chocolate -suspiró Helen. -Y adivino que hoy las definitivamente altas.

-Lo siento -me disculpe, sinceramente arrepentida de haberle podido causar algún dolor a mi madrastra. -No esperaba que apareciera mi madre.

Helen se detuvo, con la cuchara suspendida por encima del tazón dirigiéndome una ceñuda mirada.

- ___________[tn] , no estoy molesta por mí -dijo sinceramente. -Estoy molesta por Michael y por ti. Sus elecciones privadas no deberían ser aireadas de esa manera. Michael estaba furioso, desde luego, ella le hizo daño. Pero yo estaba enfadada por lo que te afectaba a ti.

- ¿Por qué? - fruncí el ceño. -Nunca hemos tenido una relación muy íntima. Apenas nos llevamos bien.

Una sonrisa conocedora se dibujó en los pálidos labios de Helen.

- ______________[tn], luchas con alguien cuando te sientes amenazada, y cuando te preocupas por alguien sin tener una red de seguridad que te proteja, un seguro que indique que eres igualmente querida. Lo sé. Solía hacer lo mismo, hasta que encontré a Alex.

Dejé caer los hombros. La observación de Helen estaba demasiado cerca de la verdad.

-Así es como supe que estabas enamorada de Michael -. Helen dejó caer su siguiente obús. -Al principio fueron tiros encubiertos, pero cuando te provocó, coqueteó y te presionó, te colocaste totalmente a su lado en la lucha. Entonces fue cuando supe que tu corazón estaba involucrado.

Casi me ahogue con la cucharada de helado que intentaba tragar. ¿Cómo podía Helen, sobretodo, la tonta de Helen, que después de todo no era tan tonta, conocerme mejor de lo que me conocía yo misma?

- ¿Lo he perdido? -. no pude ocultar mi anhelo y el miedo que reflejó mi voz cuando mire a la otra mujer.

- ¿Perder a Michael? - Helen se rió con sorprendente diversión. - ___________[tn], Michael ha estado luchando por tu atención durante más de dos años. No sé lo que pasará en el futuro. Pero sinceramente, dudo que tengas que preocuparte de nada por ahora.

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