Detuve mi paso, con la mente en blanco, freneticamente fijandome de un lado a otro para ver si tenia algun conocido cerca. Mi rostro frustado se torno a confusión preguntándome quien habrá podido enviarme eso.
¿Quién tiene mi numero? ¿Quién estaba... mirándome?
Me quede mirando el mensaje inquietamente, mi rostro cada vez se ponía mas palido, los pensamientos de que un acosador asesino podría estar siguiéndome inundaban mi cabeza. No podía responder, estaba haciéndome miles de preguntas cuando me otro mensaje apareció en mi bandeja de entrada. Me temblaban las manos de los nervios, hice clic para abrirlo y decía"Linda camisa verde, por cierto. Resalta tus ojos"
Exhale mientras temblaba, mis ojos miraban por toda la calle tratando de ver quien estaba espiándome. Camine mas deprisa hacia el apartamento, tratando de pensar en una explicación lógica de porque un desconocido de Londres tiene mi numero telefónico, y parecía estar siguiéndome. Talvez era una broma, estaba tratando de ilusionarme que podría ser Claire, solo tratando de hacer una mala broma. Pero, tome precauciones, yo era una turista americana en Londres. Un blanco fácil.
Como si me estuviera persiguiendo un león, corrí demasiado rápido hacia el elevador, impaciente a que se abrieran las puertas y poder entrar, saque de mi bolso mis llaves y cerre de un portazo la puerta. Mi corazón casi se detuvo cuando mi teléfono sono por tercera vez.
"Puedes correr, pero no esconderte..."
Bueno, esto se esta poniendo un poco espeluznante. Parpadee tomando un poco de coraje para poder responderle.
"Bueno, Londres es una ciudad grande" Después de unos treinta segundos, volvió a llegarme otro mensaje.
"Si, Incluso es mas grande cuando estas solo ¿no?"
Tire mi teléfono hacia el otro lado de la sala ¿Quién se atreve a meterse conmigo asi?
Cerré las persianas y puse seguro a la puerta, corrí hacia mi dormitorio y me metí debajo de mis sabanas como si me protegiera de esa persona. Alguien se había tomado la broma muy lejos..
Rezaba de que solo fuera una broma, porque esa persona estaba en lo cierto. Londres esta enorme cuando estas sola. Mierda, soy un blanco fácil.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, casi me habia olvidado de el. Lo primero que se vino a la cabeza al revisar mi celular fueron esos espeluznantes mensajes, unos cuantos mensajes no leídos parpadeaban en la pantalla. Tome aire profundamente, movi mi cabeza como si sacudiera todos los pensamientos negativos de mi cabeza.
Esto era una broma, tenia que hacer."Ya es de mañana cariño, ¿Dormistes bien? Tu cama luce comoda"
Bien.. ya habia tenido suficiente."ha, quien eres" Mis dedos temblaban mientras escribia.
"Leona Lewis" fue la respuesta, puse mis ojos en blanco y exhale con furia y escribi.
"Me estas aburriendo con cada mensaje mas, ¿Quien eres?"
"Ouch, y este es su padre, Luke"
"Estoy un 97% segura que tienes el numero equivocado."
"Eso significa que hay un 3% de que tenga el numero correcto. Me gustan esas posibilidades"
"Si claro, perderas en el Poker, ya dime, ¿quién eres?"
"Puedes adivinar."
"Supongo que usted no sale muy a menudo."
"Hmm, yo salgo cuando tu sales, se amable, ___."
Solte un bufido y apague mi teléfono, negándome a tomar esta broma muy encerio.
No le iba a dar a ese perdedor de mi tiempo, o la satisfacción de llegar a mi. Fui a darme una ducha, dejando que el agua caliente, el vapor que salía de la ducha y empañaba el espejo, relajaban mis musculos.
Decidi que hoy tomaria el metro para ir al famoso London eye() Sonreí a mi misma, con la idea, de que podría hacer los siguientes días, aquí en Inglaterra, todo lo que yo quería. Me até el cabello en un moño blanco, pase mi flequillo a un lado de mi frente. Llevaba un cómodo vestido blanco con unos navy TOMS y una pequeña cartera color marino, mis llaves, y mi –todavia apagado—teléfono, y un lindo brillo labial, que lo lance dentro de mi bolso color negro antes de arrojarlo sobre mi hombro.
Lista para recorrer la ciudad. Lista para el dia dos.
Camine por las cinco escaleras del vestíbulo, antes de sonreírle amablemente a la recepcionista y me dirigi a ella. Dude antes de llegar a la elegante barra.— Em.. hola, soy ___ Harper, disculpe — le sonreí a la señora detrás del mostrador. Tenia alrededor de 60 años, y tenia unos profundos ojos marrones que parecían calidos y acogedores.
— Hola querida, ¿en que puedo ayudarte? — pregunto ella sonriendo.
— Me estaba preguntando, cual es, uh.. cual es la seguridad aquí? — le pregunte con una sonrisa semi-nerviosa.
— Seguridad? Bueno, tenemos a el Señor Tommy, el portero, por alla — dijo y señalo a un hombre que podría ser de la misma edad que ella. No me habia fijado antes en el, un hombre vestido con un uniforme azul marino con un grueso bigote y una sonrisa amable. Me saludo amigablemente. Tenia la figura como de un abuelo, pero en mi opinión, el Sr. Tommy no tenia nada que ver a la de un criminal, o por decir, un acosador.
— oh, umm, esta bien — respondi, sin intención de ser ofensiva, pero no sintiéndome mas segura que antes.
— No te preocupes querida, tenemos varias camaras instaladas en los pasillos, junto con un sistema de alarma. Nadie entra sin una tarjeta de clave — sonrio tranqulizandome.
— Oh esta bien, entonces. — le sonreí, sintiéndome un poco mas aliviada,
— Gracias, tenga un bien dia
— Tu también cariño — Sali del apartamento con mas confianza que antes. Nada se meteria en mi camino y esta hermosa ciudad.
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