Detrás de un prado escondida,
Lejos del hombre y del ruido,
Una frágil, fina y pálida,
Estaba una crisálida.Arrullada por los vientos,
Sedada por el pasto fresco,
Dentro de telas mantenia,
El desarrollo de un cuerpo.El patrio rio y el musgo,
Dejaban un cómodo lecho,
Como invitando el nacimiento,
Del ser que crecia dentro.Pero eso fue eterno...
¡Mucha paz!, ¡Paz en exceso!
Con el paso del tiempo no hubo cambios.
La mariposa habia muerto.