Por la culpa del vino.

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La luna fue testigo de lo nuestro
Fue la copa, fue el vino,
Fue el deseo, lo prohibido
Y tú como un ángel te veías
Bajo las níveas sabanas
Y yo a tu oído susurraba,
La fusión de nuestros cuerpos
Los latidos me agitaba,
El deseo que se encarna,
El deseo que me mata,
Fue la copa, fue el vino
Fue el momento de amarnos
De querernos
De besarnos.

Poemas: La Manzana DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora