02. Daniel, Un chico encantador

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Una vez Coraline se hubo marchado, Daniel y yo nos fuimos hacia una cafetería cercana al parque.

De camino a la cafetería estuvimos callados. De vez en cuando nos mirábamos, y se dibujaba una tímida sonrisa en nuestros rostros. De repente sentí su mano agarrar la mía y me sonrojé.

Cuando llegamos a la cafetería, me pregunto:

- Noah...- hizo una pausa ligera- que quieres tomar?

- No se...- respondí nervioso.

- Te apetece leche con chocolate?- me pregunto el.

- Mejor un café con hielo, es mi favorito...- dije con timidez.

- Ok, ahora vuelvo. Mientras, intenta buscar una mesa libre para sentarnos.

- Vale - respondí.

Daniel me sonrió y se fue a pedir una taza de chocolate y un café  con hielo,  mientras tanto, yo busque un lugar donde sentarnos. Finalmente, encontré una mesa vacía. Me senté y esperé a que el regresara. Diez minutos depues apareció Daniel con un par de tazas, en las que obviamente  estaban las bebidas, una en cada mano. Las dejó sobre la mesa y se sentó. Acerqué el café hacía mi.

Entonces el preguntó:

- Noah, ¿de dónde eres?

- De Barcelona - respondi - ¿Y tu?-.

- De Barcelona también - dijo él.

Hubo unos segundos de silencio, y después añadió:

- ¿Y cuántos años tienes?

- 16. ¿Y tu? - dije con la voz entrecortada, por lo nervioso que estaba.

- 17 - me sonrió .

A partir de ese momento mantuvimos una charla muy larga, en la que hablamos de muchos temas. Le explique como era mi carácter, mi personalidad; le dije que me gustaba hacer en mi tiempo libre; le hable de mis pasiones y mis sueños; etc. El hizo exactamente lo mismo.

Fue muy agradable hablar con él. Después, al salir de la cafetería, dimos un tranquilo paseo. Me acompañó hasta mi casa.

Al llegar, me dio su número de teléfono y me dijo nerviosamente:

- Espero volver a verte de nuevo. Eres muy bello y encantador.

Se sonrojó, yo también. Sonreímos.
Entonces respondí dulcemente:

- Gracias, podemos quedar cuando quieras. Me lo he pasado muy bien contigo.

Finalmente, se despidió de mi, me beso la mejilla y se marchó. Yo entré a la portería de mi casa, pensando en todo aquello tan bonito que me había ocurrido ese día. Sonreí. Sentía una enorme felicidad.

Pero, ¿era todo aquello una realidad o simplemente era un sueño?

***Hola mis lectores, espero les guste, por si a caso, ya saben que la historia es de capítulos cortos y sus votos y comentarios nos inspiran a una y a mi a seguí, los leo en el siguiente capítulo. ;3***

¿Amor u Obsesión?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora