Capitulo II

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Eran las dos de la mañana, Carl se encontraba sentado en el sofá del salón jugando videojuegos mientras yo me entretenía observándolo con Coco*mi gato* en mi regazo y mis piernas sobre las de él, sin interponerme entre el joystick que tenía en sus manos.

Diez minutos más tarde comencé a aburrirme, así que bajé al gato de mis piernas y me dispuse a revisar Twitter en mi móvil, pero lamentablemente no había nada nuevo. Dejé el móvil de nuevo en la mesa y simplemente me quedé mirando a mi novio jugar. Se veía tan lindo y sexy concentrado; sus cejas juntadas, ojos mirando fijamente la pantalla de la televisión, y sus manos apretaban con fuerza el mando cada vez que se ponía nervioso.

Mierda, que bueno estás, Carl.

Me acerqué a él, y enrollé mis brazos alrededor de su cintura tratando de llamar su atención, pero él no reaccionó.

Apoyé mi cabeza en su hombro y dí un leve beso cerca de su cuello pero siguió sin reaccionar.

Ya un poco harta, acaricié con las puntas de mis dedos su pecho trazando formas abstractas una y otra vez.

Nada.

Ni un movimiento de su parte.

Comencé, ya impaciente por algo de atención, a besar su cuello repetidas veces y fue ahí cuando oí un leve suspiro de su parte. Pero sólo eso.

-Amor, ahora no...

-Mhm...-me quejé, poniendome a horcajadas sobre él. Una pierna a cada lado de su cuerpo y mis labios de nuevo fueron a enterrarse en su cuello.

Levemente, me froté contra él, haciéndolo soltar un pequeño gemido.

-A la mierda ésto. -dijo tirando el mando al suelo y posicionando sus manos en mi cintura, besandome intensamente y frotandome contra él un poco más rápido.

Gemí sobre sus labios dándole permiso a su lengua, la cual recorrió toda mi boca sin piedad.

Le quité su clásica camiseta de "if you have haters then you're doing something good" y la arrojé a un lado de la habitación.

Él hizo lo mismo con mi sweater y mi camiseta, acariciando mis brazos.

Me separé de sus labios y salí de encima de él, poniendome de rodillas delante suyo. Le quité su pantalón de pijama y pasé mi mano por encima de su bóxer sintiendo lo excitado que estaba.

-Amor...por favor...-rogó en un tono bajo.

Le quité sus bóxers y soltó un suspiro de alivio.

Tomé su miembro en mis manos, girando mi dedo pulgar por la punta de éste haciéndolo gemir alto.

Introduje su miembro en mi boca, deslizando mi lengua mientras Carl ya no gemía, sino que gritaba y sus caderas se levantaban a causa del placer que yo le estaba dando.

Puso su mano en mi cabeza, empujandola levemente, para que pudiera meter más de su miembro en mi boca. Sus gemidos cada vez eran más constantes y altos, cosa que me excitaba demasiado.

-Sí, justo así Amor...No pares...-gimió mordiendo su labio inferior y cerrando sus ojos al mismo tiempo que tiraba su cabeza hacia atrás, apoyándola contra el respaldo del sofá.

Continué moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo, mientras con mi mano tomaba todo lo que mi boca no alcanzaba.

-Mierda, cariño, me voy a correr...-susurró haciéndo que yo aumentara mis movimientos.

-Amor, apartate, no quiero correrme en tu...¡OH DIOS! -gritó, y sin poder evitarlo se corrió en mi boca, justo lo que yo quería.

Me levanté, y Carl me empujó al sillón colocandose sobre mí. Quitó mis shorts y mis bragas, dejandome sólo en mi sostén negro.

-Estás tan mojada...me encanta. -susurró en mi oido mientras acariciaba mi clítoris haciéndome gemir.

-Espera aquí, preciosa. Ya vuelvo.

Carl se levantó y fue a nuestra habitación dejandome necesitada y sola en el sofá.

Dirigí una de mis manos a mi feminidad y comencé a trazar círculos en mi clítoris, buscando algo de placer. Aunque eso no se comparaba ni en lo más minimo a lo que me provocaba Carl.

-Mhm...-gemí aumentando la velocidad de mis dedos. -Sí, ah,

sí...Carm...Ah...-gemí imaginandome que era èl quien me provocaba tanto placer.

-¿Me llamabas? -lo oí decir, mientras volvía a colocarse sobre mí, ocultando algo detrás suyo. -¿Impaciente?

Iba a contestarle, pero de la nada sentí como introducía un vibrador dentro de mí en su más alto nivel y lo movía rápidamente.

-¡DIOS! ¡MÁS! -grité arañando su espalda.

Aumentó la fuerza de sus movimientos, llevandome al borde de mi orgasmo.

-¿Te gusta, Amor? ¿Uhm? ¿Así de rudo te gusta?

-¡Carl! ¡Me corro! -grité y senti como detenía todos sus movimientos.

-¿¡QUÉ MIER...?! -un gran gemido interrumpió mis quejas cuando sentí como

Carl había comenzado a penetrarme rápidamente.

Lo único que se escuchaba en la habitacíon eran los gritos y gemidos que ambos soltábamos. Yo arañaba su espalda y él dejaba chupones por todo mi cuello y clavícula.

Enredé mis piernas en su cintura dándole un mejor ángulo. Mierda, y qué buen ángulo. Comencé a gritar de placer al igual que èl. Sus gemidos y gritos sólo me ponían más y más caliente.

-Amor...no creo que...que dure mucho más.

-Y-yo tampoco...-gemí.

-A la cuenta...de tres. -dijo y asentí gimiendo.

-Uno...-comenzó.

-D-oh dios, d-dos...-continuó mordiendo su labio inferior.

-¡TRES! -dijimos ambos al mismo tiempo y un segundo después nos corrimos al mismo tiempo, gimiendo el nombre del otro.

Y gracias a Dios que había tomado anticonceptivos.

Me besó hasta que ambos nos calmáramos y luego se separó de mí, acariciando mi mejilla.

-¿Sabes que sos hermosa, verdad? -dijo besando mi frente.

-Cómo tú...-contestè sonriendo.

-Amor, tengo hambre.

Rodè mis ojos riendo y me levantè. Me puse su camiseta (que por cierto me quedaba enorme), mis shorts y él sólo sus bóxers con su pantalón de pijama y decidimos ir a comer algo de pizza. Entre algunos besos y risas, se hicieron las 6 de la mañana. No habíamos dormido nada, pero honestamente, noches como ésas, son las mejores.

The Grimes   (Carl/Chandler & Tú) HOT -  SMUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora