Capítulo I

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Liam


Ring ring

¡Mierda! Que alguien apague ese teléfono.

Ring ring

Lo reconosco.Es mi teléfono.

Abro mis ojos y los cierro nuevamente por la molestosa luz que entra por el ventanal. Abro nuevamente y de a poco me acostumbro a la luz, siento como algo rodea mi cintura. Miro hacia ella y veo que es el brazo de Amanda. La quito de mi cuerpo y me levanto de la cama, sigo desnudo. Me dirigo a la silla de mi escritorio donde se encuentra mi pantalón y dentro de el mi teléfono.

Lo encuentro y contesto.

-Habla Crawford-

-Sr. Crawford, habla el fiscal Robert. Su cliente, la Sra.Adams a recibido una llamada sobre una persona que afirma a ver visto a su hija hace unas tres semanas por el centro comercial y cree que podría brindarles alguna información.- proceso lo que me dice mientras me acostumbro a la luz que entra por mi venta, dirijo mi mirada hacia la sensual espalda de Amanda acompañada de su lacio cabello- Necesitaríamos su presencia en estos momentos.

-Estaré ahi dentro de una hora-

Cuelgo el teléfono y lo lanzo sobre mi cama. Me dirijo rapidamente a mi armario, es el tamaño de mi habitacion. Mi madre se ha esforzado en el diseño a tal punto que tiene un similar parecido a una tienda de indumentaria. Escojo un traje negro y zapatos a juego, una camisa blanca y una corbata gris oscura. Me resulta incomodo tener que trabajar asi todos los días, pero me agrada como luce en mi.

Me cambio y mientras lo hago escucho como Amanda despierta de a poco.

-¿Cariño?¿Ya tienes que irte?- su voz me resulta un tanto exasperante.

-Sí, y para cuando vuelva quiero que ya hayas desocupado la casa.

-¿Qué?No hablas en serio. ¿Verdad?-dice confundida.

-No cariño, hablo muy enserio. Debo irme a trabajar y tú ya deberías irte.

Me coloco frente al espejo mientras me abrocho la camisa y veo sobre él como Amanda se levanta de la cama encolerizada y comienza a buscar su ropa. Mientras lo hace le hecho una última mirada a su hermoso trasero y a sus grandes senos. Obviamente plásticos, nuestros empleados si que tienen muy buenos ingresos.

-Eres un imbécil-Escupe con furia.

-Ya me lo han dicho muchas veces- Hago el nudo de la corbata. Me coloco un poco de perfume, BLEU de Chanel, mi favorito. Doy media vuelta y busco mi teléfono y me dirijo hacia la sala de estar que de seguro allí se encuentra mi maletín.

Me dirijo hacia la puerta, y espero que Amanda aparezca.

-Apúrate. Tengo asuntos importantes que atender y tú no eres uno de esos.

-Cállate imbécil-me grita y pasa por mi lado dirigiéndose hasta su auto.

-Que tengas buenos días encanto-le grito mientras termino de cerrar la puerta de mi casa y me dirijo hacia mi auto. Miro como Amanda levanta su mano y me dedica su dedo corazón.

-Púdrete-Observo como entra y arranca su auto, saliendo a toda prisa hacia la calle.

Sólo miro como su auto se aleja de a poco, sonrío ante tal situación. En realidad no se la razón por la que me he acostado con ella, tal vez por que esta tan obsesionada que se me ofreció tan facilmente que no pude rechazar su oferta e igual porque tiene un cuerpo infernal y deseaba conocerlo. La mala noticia es que tengo que ver su rostro todos los días, igual no es ninguna noticia, ya que me he acostado con medio personal femenino de la oficina y las miradas de odio como las de deseo nunca faltan.

NEVER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora