Capitulo 7

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Ahora peor que las compañeras se la pasaban insultando con palabras tan insignificantes para mí, la verdad me las pasaba y las mandaba muy lejos, no sé que era lo que intentaban hacer, si era hacerme sentir mal eso sería estupido pues alguien que no me importaba no me puede herir y menos "Divas" como ellas que se la pasaban viéndose a un espejo, presumiendo que son ricas, cambiando de novio aunque digan que los aman, etc, personas como ellas solo me daban lastima. Quería salirme de ahí en un dos por tres pero no podía, así es cuando estoy apunto de explotar que es cuando salgo corriendo directo al baño con mi navaja en la mano, que iba a ser clavada en mis venas, para deshacerme de todo sentimiento. Es cuando el llega y me salva de nuevo; me abraza de la cintura cuando voy corriendo, me paralizó la sorpresa de ver sus brazos entre lazados en mi cintura, me aferra tan fuerte a él, que siento su calor humano y logró escuchar su corazón cómo va latiendo muy rápido, sin control.

Tomó sus manos y las toco con las mías, formando un abrazo como de historia de amor, estoy confundida, no sé cómo reaccionar, simplemente me salen estas palabras :

-¡Basta, no sufras más por mi!, ¡aléjate de mi!- me abraza con más fuerza

¡Nunca te dejaré ir! Te quiero conmigo, siempre, no te dejes llevar por personas que simplemente quieren hacerte daño, cree en lo que eres no en lo que ellas dice, eres mejor que ellas, eres fuerte y puedes con esto. ¡No me abandones!- Caen de sus ojos lágrimas que siento caer en mi cuello.

-No llores más- Suelto sus brazos y me doy la vuelta para que el siga abrazándome pero pueda mirarlo a los ojos. Le limpio lágrimas y digo:

-Estas lagrimas significan mucho para mí, me duele ver que caigan de un rostro tan dulce como el tuyo, no lo hagas más, estoy bien, gracias a ti estoy bien, solo tenía problemas del futbol, estaba muy triste y con ellas, la desesperación volvió, perdóname por haberte preocupado-

-No tienes que pedir perdón, estas lagrimas y esta preocupación salen porque tengo miedo de perderte, no te abandonaré, siempre te salvaré sin importarme nada, solo quiero ser tus brazos que te den calor en días fríos, quiero ser el sol que ilumina tu existir y la razón de tus felices momentos-

Ahora soy yo la que empiezo a llorar y vuelve esa sensación de tranquilidad y felicidad de nuevo, aunque siga preguntándome si es solo cariño de amigos o puede ser algo más, no lo sé, la verdad no me importa, ahora sé que no estoy sola, y puedo volver a confiar en mí, pues él estará conmigo, encontré gracias a él una solución a mi tristeza, una solución a mi desesperación, Edwin siempre será aquel Ángel que vino desde el cielo a sacarme del infierno.

Hablamos por mucho tiempo, le cuento todo lo que ha sucedido estos últimos días, decide en la salida invitarme a tomar un café, para que busquemos solución a este problema, que aunque pudo haber sido solo un pequeño problema, se agrando gracias a mi mente, pues de las cosas pequeñas salen las más grandes, como una goto de lluvia puede ir creciendo con el tiempo a un charco de casi una avenida.

Al llegar al café, nos sentamos, compramos lo que queremos y empezamos a comer.

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