Capítulo 4

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La miró dormir, ¿qué iba a hacer con ella? no lo sabía. Ella estaba echa un ovillo cerca de la hoguera.¿Tendría frío? No podía dejar que se enfermara... Suspiró mientras la cubría con su capa.

Miró al cielo y metió su mano dentro de un bolsillo tocando la pulsera. Pronto tendrían que pasar por alguna aldea a venderla y también a pedir el rescate.

Avivó el fuego y se acercó a su secuestrada.

-¿No te acuerdas de mí, pelirroja? -la arropó más- Pensé que al menos te sonaría mi cara... -se encogió de hombros- mejor para ti, pelirroja.

¡De Ninguna Manera!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora