Capitulo 18

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PDV de Louis.

Me senté en una de las esquinas del baño. Las lágrimas por el susto caían por mis mejillas, pero no me había dado cuenta hasta que vi una de ellas caer sobre mi brazo.

Nunca me había imaginado a Harry metido en algo como eso. Siempre le veía tan bueno conmigo, amable y simpático. Era suave y muy cuidadoso cuando hablaba conmigo, o cuando me tocaba de alguna forma.

Estaba histérico. Agitado.

''¡Cálmate Louis!'' me obligué a mi mismo. Comencé a respirar pausadamente, haciendo caso omiso a los sonoros golpes que se sentían en la puerta del baño.

-¡Louis! ¿Estás ahí? ¿Podemos hablar?

Respiré hondo una vez más antes de responderle: -Solo... Necesito un segundo... Por favor...

-Louis, abre la puerta, cariño. Por favor -escuché su suspiro- Bien. Te esperaré en la sala, ¿si?

-B-bien...

Hubo un silencio durante unos pocos segundos, hasta que la voz de alguien, que no conocía, se escuchó.

-¡Louis! ¿Qué pasó? ¿Quién es el? ¿Porque actuó así?
-Cállate, Zayn. Te lo contaré todo, pero vamos a la sala. Llama a los chicos para que entren y así hablar más tranquilamente, ¿vale?
-Bien.

Al sentir que los pasos se alejaban, me levanté, mientras borraba cada indicio que permitiera saber que había llorado. Me lavé la cara e intenté asimilarlo todo.

Si, fue algo... Estúpido haber reaccionado así. Pero no supe que hacer. Rasqué mi cabeza mientras mordía mi labio inferior y suspiraba. Miré la puerta por el espejo de la pared. Sabía que habían más que los tres, entre ellos, Harry que ya conocía. Bajé la cabeza.

-No temas. Sabes que si Harry te querría hacer daño, ya te lo habría hecho -quise darme apoyo yo mismo, ya que no tenía a nadie en ese momento.

Quité el cerrojo de la puerta y salí de allí, lo más callado posible. Me asomé por una pared para ver a Harry, Zayn, y cuatro chicos más sentados allí, en los sofás de la sala mientras hablaban. Me armé de valor y, aguantando la respiración innecesariamente, me asomé mientras avanzaba a pasos inseguros hasta donde estaba Harry, jugueteando inconscientemente con sus manos. Él me vio y se levantó de donde estaba. Sentí varios pares de ojos curiosos posarse sobre mi.

-¿Estás bien? Oye, lo siento si te asusté, no quise decírtelo de una forma tan brusca.
-Yo... Estoy bien...
-Hola, soy Zayn -un chico de cabellos y ojos oscuros se acercó a mi, alzando la mano en mi dirección y con una radiante sonrisa iluminando su rostro.

Tomé inseguro su mano.

-Oh... Uhm, hola. Soy Louis.
-Es un gusto - me estrechó la mano al mismo tiempo que me daba un beso en la mejilla.
-Si, si, si. Ya basta. -espetó Harry, mientras me tomaba posesivamente la mano y me alejaba de él.

Los demás rieron, mientras Harry resoplaba.

-Louis, te presentó a Calum y a Ashton Irwin. -señaló a los chicos que eran diferentes. Ellos me sonrieron cálidamente- Él es Niall -señaló al rubio de la habitación- y a Michael. Con ellos trabajo, Louis.

Sonreí forzadamente, pero prácticamente me ocultaba entre los brazos de Harry que se cerraron instintivamente sobre mis hombros, mientras susurraba algo en mi oído: -No temas. No te harán nada, lo prometo.

Los chicos resultaron ser muy agradables conmigo, menos Niall, quien se mostraba algo alejado de mi. ¿Qué sucederá? Sabía que Harry les había contado lo que me hacían en la escuela y lo que me hacía mi padre. También lo que sabía de mi.

Harry me sentó junto a él en uno de los sofás de la casa, mientras me explicaba junto con los demás todo lo que debía saber. También Harry me hizo prometer que no le contaría nada a nadie, sobre todo menos a sus padres, quienes no sabían nada.

A los pocos minutos de haber llegado, habían comenzado a sonar truenos y relámpagos nuevamente, prometiendo una nueva y fuerte tormenta. Harry me había dicho que lo más probable era que sus padres no llegarían esa noche por Gemma, para que no salga al frío para llegar aquí.

-Lo mejor será que nos vayamos ahora.
-¿Ir a dónde?

Me miraron y Harry luego de un suspiro, me comenzó a relatar el problema que habían tenido con otra banda: The Red Hand. Y que habían dicho que los matarían a todos, uno por uno. Me estremecí con tan solo escuchar la palabra ''matar''.

-Es por eso que nos iremos a nuestra base para planear algunas cosas. Venimos para llevar a Harry.
-Pero yo no pienso dejarte solo. Tú vienes conmigo -espetó Harry.
-¿Qué? -pregunté, algo nervioso. ¿Ir con ellos a su ''base''?
-Ya es hora de irnos -señaló Zayn, mientras se levantaba y comenzaba a caminar a la salida. Niall salió tras él, al igual que Calum y Ashton. Zayn me sonrió mientras se levantaba y estiraba perezosamente.

-¿No querrás abrigarte primero, guapo? -me preguntó él.

Miré mi atuendo. Llevaba unos jeans, la remera de antes y una bata sobre los hombros. Asentí, mientras miraba a Harry.

-Espérame un momento, ¿vale?
-Está bien, pero apresúrate.

Asentí, mientras me apresuraba hasta llegar a la habitación donde me quedaría. Me quité la bata y la remera, remplazándolas por una camiseta manga larga y un abrigo que era de Desmont. Me calcé con unas botas y salí de allí para bajar por las escaleras.

Hace mucho tiempo que no usaba algo tan cómodo en los pies. Lo único que tenía eran aquellas viejas deportivas que me apretaban por todos lados en los pies. Estas botas que Desmont me había regalado luego de unos minutos de haber llegado aquí después del hospital eran perfectas. Tibias, suaves y ligeras sobre mis pies. También se sentía bien poder estar abrigado como se debe.

Harry se había puesto una chaqueta de cuero negra, y me esperaba en la sala. Estaba solo y tenía las llaves de su Camaro y las llaves de la casa.

-Vámonos, que nos esperan -me sonrió.

Salimos los dos y yo esperé a que Harry cerrara la puerta de la casa para poder ir a abrir su Camaro. Me subí en el lado del pasajero y Harry se subió detrás del volante. Partimos luego de que él encendiera el motor con un rugido por parte de éste.

(...)

El barrio en el que estaba su ''base'' era oscuro y silencioso. Tres autos estaban ya estacionados frente a una construcción que se notaba, que estaba abandonada. La pintura era de un desgastado azul, las ventanas tapadas por maderas. Harry apagó el Camaro luego de estacionarlo detrás de una camioneta negra y se bajó. Yo me bajé luego.

El frío era muy notorio, por más que uno estuviera bien abrigado. El viento movía los cabellos sueltos sobre mi cabeza, congelando las puntas de mis orejas y nariz. Harry me tomó de la mano y me guió dentro, donde se lograba percibir un fuerte olor a humo y marihuana. Tosí.

-¿Estás bien? -me preguntó él- El olor es desagradable, pero luego te acostumbras.

Asentí. Harry me llevó sin soltarme la mano hasta una pequeña salita, donde había un sofá de cuero desgastado y unas sillas. Todos estaban allí.

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