CAPITULO 1

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Estaba tan jodidamente deprimido, simplemente no creía que pudiera salir de esa caída. Si pudiera superar esa situación... Había recibido moretones, duros golpes, burlas y palabras hirientes. Caí y me levanté enseguida. Sólo necesitaba esa chispa para levantarme psicológicamente, no sé ni como ni por qué terminé en la posición en la que estaba, abatido, sin ganas ni fuerzas para seguir. Antes era un chico alegre cuya única preocupación era pasárselo bien con sus amigos, pero ya no era así. Comenzaba a sentirme distante otra vez. Oí gritos. Bajé corriendo las escaleras, sin pensarlo dos veces me metí entre ambos con el fin de calmar la situación. Cerré lo ojos, sabía que iba a recibir el golpe. Los volví a abrir rápidamente, la escena había cambiado. Ya no estaba ahí, estaba viendo de lejos otra de las discusiones, pero esa vez al intentar pararla vi que no me podía mover. Me revolví, intenté meterme en medio, pero estaba como clavado al suelo, destinado a sentirme impotente al no poder hacer nada.

Me despierté sudando. ¿Que había pasado?. De nuevo todo había venido a mi mente, me era imposible olvidarlo. Cada vez que lo intentaba, peores eran las consecuencias. Necesitaba que todo lo ocurrido quedara en el pasado. "Estamos a salvo", me quedé con la frase que horas antes mi madre había pronunciado. Intenté volver a quedarme dormido, pero no me atreví a cerrar los ojos. Giré la cabeza y vi una silueta al lado de la puerta, asustado encendí la luz rápidamente.

Keith, hijo, ¿Estás bien?

Si tú lo estas, yo también lo estoy.

Ya ha pasado todo, tranquilo. No volverá a vernos, y no creo que se atreva a hacerlo. Desconoce nuestro paradero ¿recuerdas?, duerme tranquilo. Buenas noches. —dijo apagando la luz y dándome un  en la frente, intentando calmarme.

Volví a cerrar los ojos mientras me acariciaba con delicadeza el hombro, pues aún me dolía y sentía que la herida volvía a estar abierta. Intenté dormir, pero me era imposible, así que opté por simplemente quedarme en la cama mirando la pared y pensando.

En cuanto me levanté lamenté no haber intentado dormir, pensaba que si no lo hacía no pasaría nada. Pero cambié de opinión al ver mi reflejo en el espejo, estaba horrible. ¿Cómo iba a ir así a mi primer día en un instituto nuevo? Estaba pálido, con los labios resecos y eso solo hacía que pronunciar aún más las oscuras ojeras. Me peiné como pude y  vestí con unos vaqueros negros, mi sudadera gris favorita y mis típicas vans negras.

¿ hay de desayuno?—Grité mientras bajaba las escaleras.

—¡Shhh, no grites!

No me acordaba de que vivíamos con mis tíos y mi prima Abby. Éramos de la misma edad e iría con ella para poder integrarme mejor. Su padre era un importante empresario que viajaba mucho, por lo que la noche anterior había llegado cansado de un viaje muy importante y estaba durmiendo.

Hola Abby. —La saludé con un beso en la mejilla.

¿Preparado para tu primer día en un nuevo insti?dijo ella medio dormida.

Intenté responder pero tenía la boca llena así que simplemente asentí y procuré sonreir sin que se me saliera la comida de la boca. Seguí comiendo hasta que un sonido de cláxon me sacó de mis pensamientos.

Es Mikel, vamos.

No tenía ni idea de quién era, aun así seguí a mi prima hasta fuera.Una vez allí hizo las presentaciones y me enteré de que era su"amigo". Como dijo ella, no eran amigos pero tampoco llegaban a novios. Entramos en su coche y me puse los auriculares para no tener que oirles hablar y besarse de vez en cuando. Inevitablemente empecé a pensar por lo que subí la música al volumen máximo. Evanescence conseguía calmarme, conseguía que solo me centrara en la letra y dejara todos mis problemas y preocupaciones a un lado. Me desperté sobresaltado cuando Mikel paró el coche. Mierda, tenía tanto sueño que me había quedado dormido, esperaba que no me hubiera visto nadie.

Quiero que me quieras [Wattys2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora