Capítulo 1: Guarda...¿Qué?

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La música de la discoteca retumbaba en la sala. Mis mejores amigas: Kylie y Hope no paraban de bailar a mí alrededor.

Kylie y Hope eran las hijas de los socios de mi padre desde que yo tenía cinco años. Ambas eran de otros países. Kylie era de Chicago, al igual que su padre, su madre falleció de cáncer cuando ella tenía diez años. Hope era de Londres, al igual que su madre y su padre era madrileño, como mi difunta madre.

- Chicas, voy al baño.- Ellas asintieron mientras yo me movía entre la multitud de gente para alcanzar la puerta del baño. Una vez dentro del baño sentí como mi bolso de fiesta vibraba, lo saqué y vi que April me estaba llamando.

- ¿April?- Oía su respiración entrecortada, como si hubiese estado llorando.

- ¿Puedes venir a recogerme?- Definitivamente, April había estado llorando, y nada me aseguraba que no lo estuviese haciendo ahora.

- ¿Dónde estás?- Oía música de fondo.

- En la fiesta del novio de Jessica.- Mi mandíbula se tensó.

- Voy para allá.-

- Date prisa, por favor.- Dicho esto ambas cortamos la llamada. Tenía miedo por April, tenía miedo de que alguien pudiese herirla.

Después de ir al servicio salí y me dirigí a la barra de la discoteca en la que estaban sentadas mis amigas mientras analizaban el campo de caza.

- Chicas, nos vemos mañana. Debo irme.- Ellas tan solo me miraron y asintieron. No solíamos presionarnos ni pedir explicaciones de nada, al menos que lo viésemos totalmente necesario, y el ir a recoger a mi hermana no era ninguna cosa realmente preocupante, o al menos eso pensaba.

Salí de la discoteca esquivando miradas de chicos deseosos de pasar una noche conmigo, pero hoy no sería ese día. Caminé hasta el borde de la acera y paré un taxi. Una vez dentro le indiqué la dirección a la que debía llevarme. Cuando me dejó en la puerta de la casa de Daniel, el novio de Jessica, le pagué lo correspondiente y me di la vuelta para comenzar a buscar a mi hermana.

Subí los peldaños que daban acceso a la casa y llamé a la puerta. Era consciente que mis pintas de chica adinerada llamarían la atención en un barrio como este, pero se hizo más evidente cuando un chico con rastas algo mayor de veinte años me abrió la puerta mientras le daba una calada al porro que tenía en la mano libre.

- Estoy buscando a April.- El chico se hizo a un lado de la puerta y pasé el umbral para encontrarme a un grupo bastante grande en el salón. El olor a alcohol, tabaco y marihuana predominaba en el ambiente. No entendía que hacía April aquí, ella siempre había odiado esto. Recorrí la estancia detenidamente buscando a Jessica, ella era la culpable de que April estuviese aquí.

- Hombre, Ally...- Daniel se levantó del sofá y se acercó con la intención de darme dos besos a modo de saludo. Extendí mi mano para evitar que se me acercase más de lo necesario. Daniel tenía diecinueve años, tan solo me sacaba uno, pero con su edad tenía bastantes antecedentes penales y ni siquiera tenía donde caerse muerto, ni estudiaba, ni trabajaba. A decir verdad, vivía del dinero de sus padres, y lo invertía en marihuana y alcohol. Lo que se dice"un hombre de provecho", aunque no creo que se le pudiese considerar así, y mucho menos si era un asalta cunas.

A OTRO NIVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora