Variedad

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¡Hola! Que tal a todos, quiero darle gracias a los que me han apoyado no solo con este fic sino con los otros, me esforcé bastante en traerles este one-shot y como ven está bastante largo, ¡Ojala lo disfruten como yo haciéndolo! Tiene Lemmon hard y quisiese que lo tuviesen presente a la hora de leer. A lo largo de la lectura hay diferentes canciones para que las coloquen en el momento en el que aparecen, así es mejor ambientado todo, sin más que decir ¡Disfruten! Y recuerden que un voto o un comentario me hace muy feliz y me impulsa a escribir cada día =) 

—Uhm eh ho-hola— Saluda el pelinegro demasiado tenso, y también suprema mente apenado

—Buenas ¿Que necesita?— Atiende una joven, con una sonrisa amplia en su rostro

— Tienes ehm... ¿Condones?— La chica abre sus ojos demasiado ¿Que tiene de malo ir a comprar condones? Nada, excepto por el hecho de que esto nunca lo había hecho, la situación en sí causa gracia pero es que ¡Dios! Guillermo solo quería experimentar con Samuel algo... Distinto, y valla que lo que tenía en mente era algo muy explosivo, que le golpeaba el cráneo cada noche, ese algo era una simple pregunta ¿Condones con sabor a fresa?

—Eh... Sí claro, ¿Cuales deseas? Hay una gran variedad— Comenta la joven más calmada que antes, mientras el pobre Guillermo solo tenía más y más curiosidad

—¿Variedad?— Pregunta curioso mientras la chica ríe bastante sorprendida

—Sí, hay fluorescentes, con textura, con lubricante, aromáticos, otros más finos, o también de sabores— El cerebro prácticamente se le activo a la hora de oír la ultima palabra mientras que divagaba ¿Fluorescentes? ¿Eso acaso existía? 

—Eh... dame unos con sabor a fr-fresa— ¡Y es que no podía parar de tartamudear con la cabeza agachada ¡Que pena! El pobre estaba rojo a más no poder, pero valdría la pena ¡Oh sí! Valla que lo haría. Guillermo salió de la droguería con el rostro rojo pero con un sentimiento de éxito por dentro.

...

Ya todo estaba listo, las velas aromáticas puestas, las sabanas limpias y el cubrecama rojo, el ambiente era en verdad cautivador, no era nada muy exagerado solo romántico... como lo había sido Samuel siempre en sus encuentros sexuales, pero es que ahora era especial, el joven llegaba de viaje de Madrid después de haber ido a visitar a sus padres y decir que tenían ganas de sentirse era poco, Samuel no paraba de pensar en Guillermo, todo esto sin imaginar la sorpresa que tendría a la hora de llegar a su piso en los Ángeles.

Recién perfumado y bañado Guille se puso la toalla en la cintura, Samuel no debería demorar en llegar, estando semi desnudo apagó las luces y aspiró el ambiente una ves más, no podía estar mas emocionado, excitado ¡Nunca había hecho algo así! Pero su pareja lo merecía, Guillermo quería pagarle de alguna manera todas las excitantes sorpresas que su novio le hacía cuando llegaba a casa, los regalos románticos, las salidas nocturnas, a decir verdad su relación era muy tierna, dulce pero también apasionada, esos momentos sexuales siempre eran algo distinto, algo extremo y romántico que les producía a ambos una oleada de sentimientos placenteros, pero... El productor de todo esto siempre era Samuel, ¿Que tal tomar la iniciativa? ya era hora ¿No? Bueno, pues eso iba a ocurrir.

El timbre sonó anunciando la tan esperada llegada, dos veces, y Guillermo se reía por dentro, con nervios, pero lo hacía, por que su pareja estaría preocupado pensando en que él no estaría para su llegada, se escondió detrás del sofá del salón entre las penumbras, donde no lo pudiese ver, donde lo único que captase su atención fuese la luz proveniente del fondo del pasillo a causa de las velas en el cuarto de ambos. Apenas se hicieron oír las llaves al otro lado de la puerta el pelinegro respiró hondo.

WIGETTA ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora