Diferentes tipos de One shots o drabbles wigetta donde saldrá liberada mi imaginación, pueden tener o no continuación dependiendo del gusto de los lectores, espero les guste y los invito a seguir para pasar por la travesía mas caliente, tierna, dram...
Joder. La mirada de ese hombre me estaba derritiendo. El sonido vociferaba en mi mente. No podía hacer nada más que lamerme los labios, pasar mi lengua lentamente por estos. Mojandolos cada ves que se secaban y sorber de mi trago del cual ya no tenía idea que tenía gracias al calentón que tenía bajo mis pantalones.
Y es que ese hombre era totalmente ardiente. Su mirada reflejaba deseo. Sus ojos brillantes, y ya no sabía si era por la bebida o por que este chico me estaba seduciendo de una forma que nunca creí sentir.
Las bolas de billar sonaban al fondo pero un aura flotaba sobre ese joven de cabellos negros y lacios, cayendo sueltos sobre su frente de tez blanca, nariz respingada y ropa tan casual que creía que era un príncipe vestido de plebeyo. Jugando con tanta avidez y calma que impresionaba. Mirándome cada vez que metía una bola con su taco de billar. estirándose sobre la mesa descaradamente, dejándome ver su trasero redondo y que a mi parecer se veía firme y esplendido para... Bueno ya sabes... masajear esas dulces nalgas y penetrarlas de forma tan dulce, lenta y persistente que pudiese sentir su calidez y suavidad en mis manos por más tiempo.
Oh Guillermo. Cuanto quiero llegar a casa para hacerte sentir mil maravillas bajo las sabanas blancas.
Deja de mirarme de esta forma. Oh no, no te acerques. Vienes con ese taco de billar en tu mano y casi puedo sentir que mi polla es al que estas acunando en ella. Una punzada fuerte invade mi vientre y empiezo a sentir el liquido preseminal, maldito billar, maldito Guillermo, maldito Rubén invitando salidas como estas. ¿Ves como me pones? ¿Como lo vas a ver si estoy sentado. Intentando cubrir mi miembro y ardiendo de calor por ti.
—¿Viste?— Oh Chiqui. La pregunta es que no vi. Tu espalda arqueada, tu expresión seria y juguetona gritando sexo. Amo cuando te pones de interesante conmigo, cuando quieres jugar. Porque siempre pierdes.
—Claro que sí Guille— Sonreí de lado tomando su cintura y haciendo que se siente encima mio
—¿Tu lo ves?— Me muevo disimuladamente para que sienta mi erección bajo sus hermosas nalgas
—Oh... Sí, y no solo lo veo... ¿Necesitas ayuda eh?— se muerde lentamente el labio inferior y no puedo evitar besarlo. Un beso que no es como los de siempre, no es dulce ni romántico como los que le doy cada mañana. es un beso ansioso, caliente, que hace quemar y arder la boca, cuando nuestras lenguas se rozan y bailan entre ellas en nuestras bocas. Un beso que me hace delirar y tomar con una mano su cuello para profundizar el contacto y que las silabas se sientan en un punto exquisito, y tomar uno de sus muslos con la otra mano. Acariciándolo lentamente mientras el chocar de las bolas de billar se escucha al fondo.
Se separa de mi quitándome el calor de su cuerpo y haciendo que un gruñido se escape de mis labios.
—Sígueme— Habla lentamente y estoy seguro que me quiere hacer sufrir y delirar por tocar su piel, Me guiña un ojo y sonríe curioso. Lo sigo por un pasillo oscuro, iluminado con unas cuantas luces blancas y escucho la música, de reojo veo a Rubén con Miguél en uno de los salones de billar, pero paso de ellos y sigo a mi amado. Aspiro el olor a tabaco saliendo de algunas salas. Guille me guía a una sala totalmente sola y bastante amplia. paso y cierra la puerta tras de mi con pestillo. en ella hay un par de mesitas para poner bebidas y una gran mesa de billar en el centro, unos tacos de billar colgados en la pared y una lampara rectangular con luz amarilla justo arriba de la mesa
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—¿Y ahora que?— Pregunté sonriendo
—A jugar— Respondió lentamente, y podría jurar que estaba sonriendo, igual que yo. Me volteo rápidamente y lo beso desaforadamente, de la misma forma que en el salón principal hace unos minutos. Lo alzo por los muslos y lo siento en el borde de la mesa acariciando sus pezones por encima de su camisa blanca de tela delgada. Sus gemidos empiezan a inundar la habitación pero cuando se la intento quitar me sujeta la mano. Oh valla que quieres hacerme sufrir ¿Eh Guille?
—Tienes que hacer algo antes— Salta quedando parado y dejándome ensimismado en mis pensamientos
—¿Que quieres que haga chiqui?— Respondo mientras me volteo y apoyo mis codos en la mesa que está justo detrás mio. Él comienza a caminar alrededor de la mesa, deslizando su dedo indice por esta, llegando hasta donde están los tacos colgados y tomando uno.
—Quien logre meter más bolas obliga a hacer lo que el otro desee— Habla firme y es irresistible soltar una carcajada. Apreto mis labios y sin pensarlo dos veces acepto el trato. Después de todo, siempre gano.
Comenzamos a jugar, turnándonos, meto la 11 rayada y sonrió mientras siento su mirada detrás mio, penetrándome con sus pequeños e irresistibles ojos, le toca. Toma la tiza y la desliza por la punta del taco, lamo mis labios dejando a mi mente pensar cosas guarras, se estira sobre la mesa y... Oh. Su espalda delgada me da la cara, sus hermosas caderas y piernas largas. Logra meter la lisa 4. Morado, mi color favorito...
Llevamos 14 bolas y estoy sudando, estoy deseoso por hacerlo arrodillarse y acunar mi miembro con su hermosa y rosada boquita. Pero la emoción me falla, íbamos 7 iguales, y mi oportunidad se va por la borda cuando la blanca choca y deja la 7 lisa en frente del agujero, deseosa por entrar, y lo hace cuando con un ligero movimiento Guille hace que entre, soltando una pequeña risa que me hace caer en cuenta de mi error... He perdido.
Bueno... Definitivamente este no es el final, pero quería hacerlos arder un poquito ¿Que tal? El próximo capitulo lo subo mañana ¿Que pasará? Jumm Ya lo verán Muajajaj. No me maten por favoor. ¡Pronto lemmon, lo prometo!