Había llegado a la casa más tarde que de costumbre, aunque ahora mi hermana me esperaba en el sofá mientras veía uno de sus programas de anime. De vez en cuando la acompañaba a verla cuando no tenía nada más que hacer. Esta vez no había hecho de cenar, aunque a veces compraba algo de comer en la pequeña tienda que estaba a unos pocos minutos de aquí.
Las palabras de Ichimatsu pasaban por mi cabeza, miles y miles de preguntas ¿Que anduvo pasando mientras no lo tenía en la mira? Pero siempre no encontraba la respuesta. En ese momento no le había creído ninguna palabra. Solo tenía que averiguarlo. Lo único que tenía que hacer era preguntarle de lo sucedido.
Bueno, dejando eso de lado, me estuve preparando para llegar a la preparatoria temprano y hablar con Ichimatsu. Al saber que mi hermana se había ido antes que yo me había dejado el almuerzo. No tuve tiempo de peinarme, ni de cepillarme los dientes, aunque eso no era lo importante, solo trataré de no soplarle en la cara a Ichi. Tuve que irme corriendo para así evitar llegar tarde.
Cuando había llegado a aquella aula vi que nadie más que yo había llegado, así que me estuve preparando para después. Miraba de vez en cuando la puerta para ver si entraba alguien, y la primera persona era él. Y sabía que iba a llegar temprano.
—Oh, buenos días, Ichimatsu-san...
No respondió a mi saludo.
El se veía un poco diferente, llevaba una pequeña mascarilla en la boca y tenía el pelo tapando en el ojo donde tenía el pequeño moretón. Sus ojos apagados se dirigieron hacia su asiento, viendo unas pequeñas palabras escritas, pero no pude distinguirlas. La curiosidad se había apoderado de mi, aun que me contení. Sabía que necesitaba más pistas para saber lo que había ocurrido. Más alumnos llegaban al aula, algunos se habían quedado para hablar, otros se iban del salón segundos después. Pero Ichimatsu nunca se movió de su lugar, en la misma posición.
La clase de español había comenzado, y como cualquier idiota, no había traído la tarea que había encargado aquel profesor de tercera edad. Ahora el mismo profesor me había encargado traer un informe para la siguiente semana como castigo. Y solo me limité lo que había afuera detrás de aquella ventana. Me había percatado que Ren dejó de hablarme desde ayer, aunque era de esperarse. Aunque, ayer lo veía un poco extraño, ¿que significaba aquella risa? ¡no logro entender! Todo se puso raro desde la primera vez que hablé con Ichi, no entiendo a nadie...
Varías horas habían pasado, me hacia varias preguntas y no lograba responder a ninguna, el rostro de Ichimatsu hacia presente en mi mente.
El sonido que pronunciaba el descanso me había sacado de mi trance, y me levanté de mi asiento. Ahora iba a hablar con Ichimatsu.
Hasta que...
Se había levantado de su asiento, y caminó hacia el pasillo, evitando todas esas miradas que lo perseguían. Así que decidí seguirlo sin que se percatara de mi presencia. Sabía que íbamos perder la primera hora de clase, pero no importaba. Tras unos minutos de caminata, dejó de caminar hasta que estaba parado en las escaleras mientras que dos chicos de tercer grado se acercaron a él.
Empezaron a empujarlo hasta hacerlo caer, golpeándolo hasta el punto de hacerle moretones mientras que le gritaban cosas hirientes. Pero no pude hacer nada, no pude defenderlo.
Ambos senpais se alejaron de él dejándolo en el piso. Tuve que acercarme para brindarle mi ayuda.
—¿Que pasó? —Pregunté como si no hubiera visto nada.
—Me golpee. —Lo miré incrédulo, ahora sabía que era pésimo en mentir.
Pero no dije nada, solo sonreí de oreja a oreja:—Sabes que estoy preocupado por ti. —Dije en broma.
Y puso sus ojos en blanco.
—Vamos a la enfermería. —Propuse.
El se negó, para después levantarse por si mismo. Pero al ver su cara de dolor, no dudé en ayudarlo. Ahora ambos íbamos a la enfermería, mientras que todos las personas de alrededor nos miraban sorprendidos.
Cuando llegamos a la enfermería, la persona que atendía aquí era un profesor, ya todos lo conocían. El me miró para luego ver después a Ichi, señalando hacía una cama para que descansara. El doctor me había dicho que tenia que completar una hoja para avisarle el profesor que nos iba a tocar después del descanso. Al volver con Ichi, se le veía que estaba un poco cansado, me había sentado a lado de el. Y estuve observándolo por un buen rato, y eso me hizo ruborizar. Se veía tierno, como aquella vez debajo del árbol de cerezo. A pesar de tener esas pequeñas heridas, aun no perdía lo tierno. Parecía un gato.
—¿Kusomatsu?
El nuevo apodo que me había puesto me molestaba, ¿Kusomatsu? ¿why?
El se había levantado de aquella camilla, y sentía que aquella mirada me seguía en todas partes, por lo que había sentido escalofríos.
—¿Estas despierto? —Pregunté.
El hizo un sonido por parte de su garganta asegurando que si lo estaba.
—Nee, Ichimatsu-san... ¿Me puedes contar lo que pasó?
Hizo una gran pausa. —No pasa nada... —
—Puedes contármelo, si quieres. —Soné despreocupado.
Suspiró. —Te digo que... no pasa nada.
Esta vez no insistí.
—¿Puedes levantarte? —Pregunté mientras que este bajaba su mirada.
—S-si. —Tartamudeó.
Lo había ayudado en levantarse, el profesor había llegado segundos después para vernos como estábamos.
En los pasillos, había mucho escándalo, pudimos visualizar una idol con un pelo largo y rosado. Varias personas estaban detrás de ella por su gran belleza. Si mal no recuerdo, es NyaaHashimoto, una chica de 2-B. Decidí ignorar tal cosa y sin darme cuenta, habíamos llegado al aula. Nunca me había dado cuenta que había cambiado él ambiente, ahora todo lo que antes era silencio se convirtió en murmullo.
"Noentiendo..."
De nuevo sentía aquellas miradas fulminantes que me ponían inquieto, ahora no sé si seguirá así. Me fijé en Ichimatsu mientras ignoraba a los demás y noté que estaba incómodo al igual que yo. Al ver que me devolvió la mirada, comprendimos que estábamos en la misma situación.
