10

55 13 24
                                    

Que bien huele.

Mi estómago se quejó causando que mis párpados se abrieran sin yo quererlo. Tenía tanta hambre.

- Buenos días, René - esa voz... Era Elián - ¿Te apetece desayunar?

- Claro, me muero de hambre - era verdad - ¿Que has preparado? - Sinceramente me daba igual lo que hubiera preparado ya que me iba a comer todo lo que me pusieran delante.

- Pues he preparado varias cosas para que elijas: He cogido agua del río y la he hervido con la ayuda de esta pequeña fogata - comenzó a explicarme a la vez que señalaba los rescoldos que quedaban del fuego - Luego fui a dar un paseo y descubrí la planta de la menta. Así que he cogido unas hojas y te he hecho una infusión de menta; ayer mientras caminábamos, descubrí un arbusto de moras y he ido a buscar algunas,las he lavado y ya están listas para comer; Y a mayores para tener fuerzas para el día que nos espera he abierto mi primer paquete de galletas. Para comenzar con buen pié.

Estaba total y absolutamente pasmada. ¿Elián había preparado todo esto para mi? increíble. Corrí a darle un abrazo.

- Gracias, gracias,gracias. Te quiero mucho - una vez dije esto el su cuerpo se tensó y supe que había metido la pata. Claro, estaba lo de la noche anterior y los sentimientos. Lo que al principio había sido un abrazo reconfortante terminó siendo como un roce incómodo entre amigos. ¿Donde estaba la confianza entre nosotros? No podía permitirme perderle por lo que me separé de él y comencé a contarle todo lo que había pasado.

Iba a ser incómodo pero tenía que hacerlo.

* * *

Una vez que hubimos terminado de hablar y por lo tanto de desayunar, recogimos nuestras cosas y nos dispusimos a pensar cuál era el siguiente paso. Para ello ideamos una lista de las cosas que necesitábamos para conseguir sobrevivir durante algún tiempo:

Cosas positivas.

Teníamos agua.

Abundaban los alimentos vegetales.

Podríamos cazar si la situación lo requería.

Cosas negativas:

Nos faltaba alimentos prefabricados.

No teníamos dinero si queríamos escapar.

No teníamos refugio

Todo el pueblo nos estaría buscando. 

- Tenemos que sacar algo en claro de todo esto - comentó Elián mirando con cierta apresión la lista.

- Lo sé pero no se me ocurre nada - En ese momento me acordé de una cosa clave para nuestra supervivencia a largo plazo - Corre, ven conmigo. Tengo que enseñarte una cosa muy importante - lo apremié.

- Espera tengo que recoger las cosas - Elián se deshizo de mi agarre

- No importa, volveremos enseguida. Te lo prometo - Puse cara de buena y él me acompaño. Con Elián siempre funcionaba.

Enamorados o no.
Otra vez mi conciencia. Tengo que pensar en lo que voy  ha hacer con mi amiga cuando todo esto termine.

- Está bien - en el momento en el que cedió volví a apresarlo del brazo y corrimos sin parar durante unos pocos minutos hasta que llegamos a una gran roca semihundida en la arena.

La rodeamos y en la parte de atrás, medio escondida entre la maleza se encontraba un bote de madera. El mismo bote que yo había escondido meses atrás.

- Es perfecto René - La cara de maravilla de Elián consiguió calmarme por dentro. Toda la presión experimentada se fue disipando muy muy poquito a poco. Que sensación más agradable - Tenemos que buscar un sitio donde colocarlo, por ejemplo debajo de unos árboles para evitar la lluvia, conseguir mantas y alimentos, no se cómo, y montarnos nuestra propia cabaña. ¿Que te parece?

- Bien excepto en la parte de que tenemos que volver al pueblo - No quería volver al pueblo. No quería que me separasen de Elián.

- Tranquila, ya lo pensaremos, de momento volvamos a por las cosas y consigamos un sitio para el bote. ¿Vale?

- Vale...

- Te prometo que te cuidaré pase lo que pasé - Acto seguido me besó en la cabeza y una corriente eléctrica me recorrió toda las células de mi cuerpo desde el punto de piel donde sus labios me habían rozado.

No sabía lo que me pasaba, ni qué eran esas sensaciones tan extrañas que mi mejor amigo sabía despertar en mi interior. Pero pensaba averiguarlo cómo fuera. Eso seguro.

Mientras recorríamos el camino de vuelta a nuestro campamento improvisado, una punzada de desazón y pena me hirió el corazón y sentí un dolor muy profundo. Algo iba a pasar pronto si es que ya no había pasado.

Poco a poco ese pinchazo inicial se convirtió en una simple molestia, así que decidí no hacer caso e ignorar a mi corazón

Pero algo en mi mente me decía que había hecho mal en haber dejado a mi padre sin siquiera despedirme.

Pero ahora ya no había vuelta atrás.






_____________________________________

 Hola!!!!

Estoy aquí de nuevo con vosotros.

Capítulo dedicado a @NabilCordoba ya que fue la única que me dió su idea y sus puntos de vista de mi novela.

Le estoy muy agradecida ya que me dio la idea que ahora es el fundamente de este bonito capítulo. Muchas gracias a ella y a mis queridos lectores.

Patricia. 

LA CAJITA DE MÚSICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora