LA CAJITA DE MÚSICA

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Habían pasado muchas cosas desde que había comenzado todo, pero para René lo que más había cambiado era ella.
Se sentía fuerte, con una capacidad de decisión normal para una adulto y no para una chica de su edad.
Estaba segura de que lo suyo con Elián iba bien, y que podría conseguir salvar a su padre.
Se desperezó tranquilamente en el asiento trasero del coche y observó a su novio. Ninguno de los dos había cambiado exteriormente, bueno alomejor un poco más delgados pero nada más.
Luego desvió la mirada hacia Rosa y un sentimiento de agradecimiento la invadió por completo. Sabía que todo lo que estaba ocurriendo ahora era gracias a ella.
Todo había transcurrido de una manera de la que René ni se acordaba. Para ella todo había sido un sueño. Estaba en una etapa feliz de su vida gracias a Elián, él con su simple presencia y sus sentimientos había hecho que todo lo que tenía que haber sufrido René fuera mucho más llevadero.
Recordó la noche del día en el que se habían declarado sus sentimientos. Para ella todo era un nuevo camino por recorrer pero siempre con cabeza pues su padre dependía de ella.

Después de pasar una semana o más en el bosque, habíamos decidido ir a por Rosa y para su sorpresa no se sorprendió, lo que cabría esperar, al vernos. Atropelladamente nos contó lo que necesitábamos para confiar en ella y el mismo día por la noche ya estábamos en nuestra guarida del bosque.
Yo no confiaba plenamente en ella pero no tenía más remedio si quería llegar ha salvar a mi padre así que me decidí por darle paso pero sin bajar la guardia.
La cuestión era que todo el pueblo estaba bajo alerta porque primero había desaparecido yo, más tarde mi padre y no habíamos regresado ninguno de los dos. Para colmo de Elián tampoco se sabía nada desde hacía tiempo y los habitantes del pueblo no eran tontos por mucho que vivieran un poco apartados de la sociedad.
Se habían adoptado una serie de medidas entre todos los pueblerinos y estaba prohibido salir más tarde de las 10 de la noche a ningún lugar. Eran una sociedad pequeña y deberían de cuidarse.
Algunas madres tenían miedo por sus hijos y los hombres estaban pensando en hacer algún tipo de defensa.
Nadie sabía el porque de nuestra desaparición y mucho lo achacaban a algún animal.
Nunca había pasado pero siempre hay una primera vez para todo.

Rosa había aceptado venir con nosotros porque no soportaba más la presión que generaba el miedo del pueblo. Ella tenía miedo pero sabía que no era ningún animal porque no había motivos para que de repente uno se comportará de esta manera.
Pronto comenzó a atar cabos y se dio cuenta de que probablemente Elián se había ido conmigo, ya que a ella nunca se le había pasado por alto las miradas que Elián me dirigía y los sentimientos que yo tenía​ hacia él incluso antes de que yo los supiera.
Además ella había mantenido una relación con mi padre pero de momento solo como amigos. Ella lo quería pero comprendía que ya éramos una familia y no se quería entrometer y mucho menos sustituir a mi difunta madre.

Esa noche muchas cosas salieron a luz de la hoguera y pronto todos nos dormimos en nuestros respectivos lechos a la luz de las estrellas.
Las noches durante un mes, fueron frías y por mucho que las intenciones de Rosa fueran amables yo sabía que con eso no era suficiente para ganarse mi amistad y mucho menos con mi padre por el medio.

Durante ese tiempo hablamos sobre numerosas formas de conseguir llegar hasta el hospital. Yo sabía​ que cuanto más lo dejásemos peor iba a ser pero no había manera de llegar caminando por el bosque y el coche era extremadamente peligroso y más en invierno.

La única solución posible y viable era caminar por la carretera. Iba a ser un viaje peligroso y extremadamente agotador pero yo no me iba a rendir, al igual que Rosa y Elián quiénes me acompañarían al fin del mundo.

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Hola!
No es un capítulo muy largo pero falta otro para solucionar muchas de las incógnitas que este plantea.
Me gustaría que comentaseis fallos e hicierais comentarios críticos pero amables.
Muchas gracias❤

Patricia 😊