"Un sueño"

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Riley se quedó en la habitación de invitados, Harper y Finley reposaban tranquilamente en sus cunas, L dormía en nuestra habitación mientras yo miraba con tranquilidad el ejemplar de Pinocho sentada en la comodidad de la sala.

Abrí las páginas del libro con cuidado, no era consciente de cuánto tiempo llevaba estando entre mis cosas, no recordaba cuando fue la última vez que se lo leí a Ben y Riley cuando eran niños, no obstante recordaba cómo había terminado en mis pertenencias.

Esa noche necesitaba regresar a casa antes de volver a caer en su trampa de quedarme a dormir, estaba casada, Danny no debería tardar en regresar y habría una nueva pelea esa noche al no saber explicar mi larga ausencia, sin embargo mirar a mis hijos jugando tan cómodos entre ese mar de juguetes me hacía sonreír, abrazar a Michael frente a ellos no era lo apropiado, siempre me preguntaban por nuestras indiscreciones como tomarnos de las manos o abrazarnos frente a ellos, Ben lo dejaba pasar, pero mi niña casi siempre se me acercaba diciendo "Papá se va a molestar", era gracioso, ella nunca le dijo nada a su padre sobre Michael y cuando regresamos de la luna de miel sólo le interesaba una cosa, jugar con él, con mi Michael.

Pase las paginas lento una a una sin mucha prisa por terminar, sus palabras exactas al regalarme ese libro fueron:

-Se los leeré a nuestros hijos cada noche.

Hablaba de nuestros hijos, un niño y una niña con sus ojos marrones, con su cabello rizado o quizá como sus hijos actuales. En nuestras primeras semanas de casados solía imaginarme embarazada de nuevo, con él a mi lado mirando como día a día nuestro pequeño fruto crecía, era una lástima no haber llegado a tenerlo y ahora era cuando más lo lamentaba, de tener a alguno de esos tres niños entre mis brazos las heridas sanarían más rápido, pero decidir irme lejos, poner al mar de por medio para darme seguridad, ¿De qué? De no volverme loca de pronto, de no buscarlo por noches para decirle cuan vacía estaba mi cama a pesar de tener a alguien durmiendo a mi lado.

De entre las paginas cayó un sobre en mi regazo, lo tome con suma cuela no recordaba haberlo visto antes. Decía Lisa en la parte posterior, lo abrí delicadamente había una hoja de papel.

Huele aquí ----> [ ]

Lisa

Realmente necesito

Este receso

No he podido dormir

Literalmente en 4 días, ahora

Necesito estar lejos de los teléfonos y la gente de negocios.

Tengo que cuidarme

Mi salud es primero.

Estoy loco por ti.

Con amor Turd.

Pase la nariz en el recuadro indicado, aún conservaba ese perfume tan suyo, leí la carta mil veces y luego continúe hojeando el libro, curiosamente me percate de algo completamente nuevo. En la última página había un poema o algo parecido, el título "Caer de nuevo"

Siento el fuego arder en mi corazón

Cada momento que pasamos separados,

Te necesito a mi alrededor cada día para comenzar.

No te dejo sola.

Hay algo en ti comenzando por tus ojos

Puesto todo lo que busco me parece encontrarlo

Todo este tiempo lejos me está matando por dentro

Necesito tu amor en mi vida

Quiero pasar el tiempo hasta que termine

Quiero caer contigo de nuevo

Igual que lo hicimos cuando nos conocimos

Quiero enamorarme de ti una vez más.

No puedes correr

El pasado esta dicho y hecho

Te necesito para continuar

Atte.: Tu Michael.

Los ojos se me llenaron de lágrimas, y esta vez no pude contenerlas, no lo necesitaba, nadie estaba mirándome, abrace el libro y la carta contra mi pecho, mis latidos eran fuertes.

Nunca imagine extrañarlo tanto, jamás pensé en perderlo de verdad, no creía encontrarme en una situación como esa nunca, se había ido, esta vez realmente me había dejado sola había roto su promesa. Entre el llanto, el dolor, las gotas de agua estrellándose bruscamente contra la ventana el sueño me hizo su presa por primera vez en tres días.

Cuando abrí los ojos no me encontraba en el mismo lugar, la cama era grande el edredón me abrigaba y justamente a lado de mi estaba a quien tanto anhelaba tener de vuelta.

-Michael –susurre con un hilo de voz apenas perceptible.

Abrí sus ojos marrones parpadeando ligeramente, me miraba con una sonrisa, su cabello era largo, rizado como tanto me gustaba, sus labios me llamaban a comprobar su presencia.

-Hola, amor –me acaricio la mejilla con ternura.

-Amor –un par de gotas saladas se escaparon de entre mis pestañas.

-¿Te ocurre algo? –su preocupación le hizo fruncir el ceño, se incorporó de golpe tomando mi cara entre sus manos esparciendo dulces besos.

-Te amo, te amo demasiado, incluso te amo tanto como para poder aceptar cuanto y sin importar nada siempre te amaré.

Le asegure alterada, intranquila de saberlo un simple sueño.

-Yo te amo más, te amo mucho más –me beso.

Todo se veía tan real, era como si mi vida hasta ese momento hubiese sido una cruel fantasía.

-No me dejes sola nunca, por favor.

Me estrecho entre sus brazos.

-Deberías estar tranquila cariño, yo siempre te amé siempre, nunca te dejaré sola, siempre iras conmigo.

-Michael yo...

-Lisa, te amo.

-No te vayas –suplique.

-No. Vuelve a dormir.

-¿Estarás cuando despierte?

-Nosotros somos eternos, ¿recuerdas? No importa si el sol se niega a salir, cuando digo te amo es para todos los tiempos.

Beso mi frente.

-No quiero despertar, no para perderte de nuevo.

-Siempre puedes volver a encontrarme.

Luego de minutos discutiendo por no volver a dormir, luego de tantas carias a mi rostro así como besos de despedida me aferre a su torso acomodando la cabeza en su pecho cerré los ojos una vez más. Ahora realmente estaba decido, debía ir a Los Ángeles, necesitaba despedirme, verlo de nuevo, decirle todo en cuanto a mis sentimientos así no volviera a escucharme, al menos estaría segura de una sola cosa, ahora definitivamente sabría cuanto lo ame y seguiría amándolo hasta el final de los tiempos.

JunioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora