"Hasta Siempre"

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Después de todo ella tenía razón no iba a poder engañarme el resto de mi vida sin volver a tener consecuencias como esas.

–7 de julio –me dije en la oscuridad del jardín trasero. No era un día muy cercano en realidad, habían pasado ya cuatro días desde su partida, todos esos días sin excepción alguna había soltado un par de lágrimas, no quería pasar el resto de mi vida lamentando mis malas decisiones.

– ¿Puedo sentarme? –la voz gruesa de L inundó mis oídos rápidamente.

–Claro –me hice a un lado en el columpio para darle espacio.

-Siento lo de esta mañana, no deseaba decir todo eso... es que no puedo evitar sentirme confundido molesto todo este tiempo me he sentido bajo su sombra.

-No pasa nada -le acaricie el brazo derecho.

Yo estaba a merced de su sombra, lo estaría siempre. De todos mi amores él siempre lograría opacar a cualquiera, ahora era cuando realmente estaba afrontándolo, lo había amado hasta el cansancio, me había negado la oportunidad de sacar todo eso a la luz, pero él se encargó de traerlos de nuevo a mi vida. Si lo extrañaba de esa manera en esos momentos a tan sólo días de saberlo lejano como él sol no quería imaginarme como sería con el paso de los años.

-Tengo una invitación para ir a su memorial -le dije lista para soltar la bomba.

-Si quieres ir yo voy a volar contigo todo ese tiempo y...

-Michael, quiero ir sola.

No estaba bien llorar frente a él por alguien más, no tenía un corazón de piedra como para causarle tal trauma afirmando no haber olvidado sus ojos marrones ni su sonrisa.

-¿Sola?

-Necesito reencontrarme, pisar la tierra de nuevo darme paz. Yo...

-No necesito una explicación detallada -me atrajo hacia él para abrazarme-, si quieres ir sola, entonces iras sola, nosotros estaremos aquí esperando tu regreso.

-¿En serio?

-Claro, la familia nunca te abandona, puede estar lejos, pero siempre regresa -beso mi cabello.

Tenía razón, podía hacerlo, podía sincerarme conmigo y con el resto mi pequeño universo para dejar de una vez por todas ese enorme peso al haberme tragado tantas emociones como me había sido posible. Había cometido muchos errores, deje de verme como un ser humano al punto de odiarme por ser tan sensible a sus palabras, trate de olvidarle cuando su recuerdo era siempre mi fiel amigo, todo era como en el sueño, él no me abandonaría porque prácticamente éramos uno, pasamos el tiempo tratando de alejarnos sin tomar en cuenta como el viento nos haría volver a juntarnos.

. . .

El 6 de julio a las 12 pm en punto estaba mirando por la ventanilla mientras dejaba el suelo de Londres, tenía 10 largas horas para poder tranquilizar el dolor de mi estómago así como mis nervios. Había llamado al teléfono de Michael por última vez esa madrugada, mis palabras exactas fueron: Estoy a punto de ir a tu encuentro, ruego por no aferrarme al féretro pidiendo tu regreso.

Ahora debía luchar contra mí, de nuevo comencé a llorar pensando en cuantos viajes realizamos juntos, cuantas veces él tomaba mi mano para decirme cuan sorprendente sería ir a nuestro nuevo destino, cuantas veces me prometí no volver a estar entre sus brazos sin cumplir esa promesa ni por error. Adoraba estar entre sus brazos, sentir su vigoroso aroma inundando todos mis sentidos. Aún recordaba como entro a mi vida poco a poco, cuando sus sonrisas me eran indispensables, sus ojos el sol de mis días, él era sin pensarlo la esencia embriagadora de la fantasía, entrar a su mundo significaba conocer la luz dentro de la oscuridad, abrazar a la soledad sin perderse en ella significaba días alegres, noches de ver las estrellas, apreciar la belleza de estar vivo.

JunioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora