Miguel se sentaba lejos de sus amigos, cosa que nunca hace. Parecía tan sólo y deprimido recluido en una esquina del salón, en esas se acerca Felipe.
-Hey- Dice Felipe.
-Aléjate- Respondió Miguel de manera antipática al saludo.
-No sé qué es lo que te pasa, Miguel. No hay razón para estar así- Expresó Felipe.
-Tú ya no sabes nada de mí... ¿Que no lo ves?-
-Sé que un rostro tan lindo como el tuyo debe mantener una sonrisa- Dijo Felipe y puso una mano en la mejilla de Miguel. Miguel le dedicó una mirada triste y el aire fue tenso entre los dos.
Una misteriosa atracción fue haciendo que Felipe y Migue se acercaran cada vez más... Y luego llegó Estefanía.
-Amorcito ¿Qué haces con el maricón del salón?- Dijo Estefanía.
-Amorcito ¿Qué haces con tanto maquillaje en la cara?- Respondió Miguel imitando su voz.
-Aish, grosero-
-Aish, zorra-
-¿Ustedes dos no se pueden llevar bien?- Intervino Felipe.
-¡No!- Exclamaron los dos al unísono.
Un último timbre sonó indicando el final del día. Miguel suspiró y se levantó de su asiento dispuesto a vagar por la ciudad antes de ir a casa.
ESTÁS LEYENDO
Dos asientos delante del mío
Short StoryMe da pena decirte esto, y sé que somos algo así como amigos. Pero quisiera que nos conocieramos mejor, porque eres muy lindo... -El chico de los lentes sentado a dos asientos detrás del tuyo.