Cuando sonó el último timbre del día Miguel agarró sus cosas rápidamente y se dirigió a la puerta. "Un año y medio más y todo estará terminado" decía Miguel en su mente y soltó un suspiro. En la puerta fue detenido por Felipe, el cual sostenía un papel doblado en su mano. Miguel lo miró con decepción y enojo y se acomodó los lentes.
-Miguel... ¿Podemos hablar?- Dijo Felipe con un tono de voz bajo.
-Nada que hablar, ¿entiendes? No somos nada y ya me lo has dejado claro muchas veces- Dijo Miguel fríamente.
-Algo parecido quiero hablar-
-¡Wow! ¿De nuevo? No gracias. Adiós- Dijo Miguel y empujó a Felipe para salir del aula de clase.
Miguel malinterpretó lo que Felipe quiso decir, pero ahora los roles se habían cambiado para ambos.
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Dos asientos delante del mío
Historia CortaMe da pena decirte esto, y sé que somos algo así como amigos. Pero quisiera que nos conocieramos mejor, porque eres muy lindo... -El chico de los lentes sentado a dos asientos detrás del tuyo.